Posturas de yoga que ayudan a reducir el dolor de la espalda al instante

La práctica regular de posturas de yoga contribuye a mejorar la alineación de la columna y a reducir molestias en la zona lumbar

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Persona practicando diferentes poses de
Persona practicando diferentes poses de yoga enfocadas en equilibrio y respiración consciente para mejorar la salud integral. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

La práctica de yoga se ha consolidado como una herramienta eficaz para quienes buscan fortalecer la espalda y aliviar el dolor en esta zona, una molestia que afecta a una parte considerable de la población en algún momento de su vida.

Más allá de la prevención, el yoga ofrece beneficios concretos tanto para quienes ya experimentan molestias como para quienes desean evitar su aparición.

El dolor de espalda puede tener múltiples causas, entre las que destacan el envejecimiento, la falta de actividad física, pasar largos periodos sentado o de pie, así como factores de origen mental como el estrés o la depresión.

Frente a este panorama, la recomendación principal para quienes padecen alguna lesión es consultar previamente con un especialista antes de iniciar cualquier rutina de posturas, ya que la orientación profesional resulta fundamental para adaptar la práctica a las necesidades individuales.

Entre los principales aportes del yoga a la salud de la espalda se encuentra la alineación de la columna, la mejora de la flexibilidad y el fortalecimiento de la musculatura de la zona.

Además, la práctica regular contribuye a estirar y tonificar lumbares, dorsales y cervicales, mientras que la meditación asociada al yoga ayuda a reducir el estrés, lo que repercute positivamente en la higiene postural.

Existen posturas específicas que resultan especialmente útiles para quienes buscan mejorar la salud de la espalda. La Marjaryasana o postura del gato, por ejemplo, favorece la flexibilidad de la columna vertebral, la espalda, el cuello y la caja torácica.

Para realizarla correctamente, se recomienda colocar los brazos al ancho de los hombros y las rodillas al ancho de las caderas, mirar hacia abajo y, al inhalar profundamente, recoger el abdomen y elevar la espalda.

Postura: Marjaryasana
Crédito: Wikimedia Commons/Galería NPG
Postura: Marjaryasana Crédito: Wikimedia Commons/Galería NPG

Otra postura fundamental es la Bitilasana o postura de la vaca, que masajea los órganos abdominales. Su posición inicial es idéntica a la de la postura del gato, pero en este caso se arquea la columna abriendo el pecho y levantando la cabeza y la pelvis, siempre con el abdomen recogido.

Postura: Bitilasana
Crédito: Wikimedia Commons/ Bernie
Postura: Bitilasana Crédito: Wikimedia Commons/ Bernie Clark

La Adho Mukha Svanasana o postura del perro boca abajo permite estirar las piernas, los isquiotibiales y los gemelos, además de fortalecer la musculatura de la espalda.

En esta postura, la espalda y los brazos deben mantenerse alineados. Si resulta difícil apoyar los talones en la esterilla o aparece dolor, es posible doblar las rodillas para adaptar la postura a principiantes.

Postura: Adho Mukha Svanasana 
Crédito:
Postura: Adho Mukha Svanasana Crédito: Wikimedia Commons/ Iveto

La Eka Pada Rajakapotasana o postura de la paloma contribuye a abrir el pecho y estirar muslos y glúteos. Para ejecutarla, se debe estirar una pierna hacia atrás y doblar la contraria, lo que genera presión en la cadera, especialmente si no se cuenta con mucha flexibilidad.

Para evitar molestias, se aconseja empujar con las manos hacia el suelo hasta que la cadera adquiera mayor flexibilidad.

Postura: Eka Pada Rajakapotasana
Crédito: Wikimedia
Postura: Eka Pada Rajakapotasana Crédito: Wikimedia Commons/ Bernie Clark

El yoga Kundalini destaca por su eficacia en el alivio del dolor de espalda, ya que se enfoca en la liberación de energía y el fortalecimiento de la columna vertebral.

Mediante secuencias dinámicas, respiraciones profundas y el uso de mantras, esta modalidad ayuda a liberar tensiones en la zona lumbar y dorsal. Las posturas de gato-vaca son especialmente recomendadas dentro de este estilo para mejorar la flexibilidad y el flujo de energía.

La repetición de estas posturas iniciales, junto con la exploración de otras variantes, permite aliviar y fortalecer la espalda de diferentes maneras. Algunas se enfocan en estiramientos profundos, mientras que otras refuerzan la musculatura o ayudan a relajar la tensión acumulada. La clave está en practicarlas con atención, adaptándolas a las necesidades personales y aprovechando los beneficios que ofrecen.