En esto consiste la ‘sexalescencia’, la segunda adolescencia de los adultos mayores para aceptar la vejez

Especialistas indicaron que México aún enfrenta un contexto social poco preparado para asumir esta visión de la vejez

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Adultos mayores y beneficios de
Adultos mayores y beneficios de los juegos de mesa (Freepik)

La vejez ha comenzado a verse bajo una nueva óptica entre personas de 60 a 70 años en México, con el surgimiento de la etapa definida por el concepto de “sexalescencia”, que especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) identifican una una especie de segunda adolescencia que motiva a vivir la madurez con energía y apertura, dejando atrás los mitos sociales de dependencia e inactividad por envejecimiento.

María Montero y López Lena, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, atribuye el origen del término “sexalescencia” al médico español Manuel Posso Zumárraga, quien fusionó “sexagenario” y “adolescencia” para describir esa fase en que los adultos mayores escapan a los estereotipos negativos asociados a la edad avanzada.

“Las personas adultas mayores muestran una ‘juventud acumulada’ que se manifiesta en diversas formas, como cuidar su cuerpo haciendo actividad física; si están solteros, se dan la oportunidad de conocer personas; disfrutan de su vida sexual; les permea la idea de sentirse más funcionales, deseados y amados”, puntualizó.

La sexalescencia comparte rasgos con la adolescencia, porque implica redescubrimiento y replanteamiento de desafíos, aunque las personas ya han resuelto su crisis de identidad.

A partir de experiencia y madurez, seleccionan solo aquellas vivencias que consideran verdaderamente significativas y útiles, contrario al impulso exploratorio de los jóvenes.

Es decir, esta fase suele traducirse en la adopción de nuevos proyectos de vida, prácticas físicas, cambios en la apariencia, relaciones sociales e incluso en viajes, aprovechando la independencia y la estabilidad económica que permite la jubilación.

Una pareja de adultos mayores
Una pareja de adultos mayores realiza ejercicio juntos en un parque arbolado durante la mañana, destacando la importancia de la actividad física y el bienestar en la tercera edad. La imagen transmite un mensaje positivo sobre la vida activa y la salud en espacios públicos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

José Alberto Ávila Funes, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM y director de enseñanza en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, enfatiza que la sexalescencia no es un concepto médico, sino un fenómeno social.

“Es un periodo en el cual las personas mayores niegan asumirse con ciertos estereotipos que socialmente se les ha impuesto por su edad, como el ser inactivos, pasivos y dependientes de los hijos”, enfatizó.

Uno de los cambios más visibles de la sexalescencia se observa en la sexualidad. Ávila Funes indica que las transformaciones hormonales derivadas de la menopausia en mujeres y de la reducción de andrógenos en hombres, modifican la experiencia sexual, pero no eliminan el placer o el deseo.

“La sexualidad se transforma en esta etapa, adoptando un ritmo más pausado… lo que permite redescubrir y disfrutar la vida sexual de una forma distinta”, agregó.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

El impacto positivo de la sexalescencia incluye mejor salud física y emocional, mayor ánimo, reducción de estrés y depresión, acompañados por una autoestima fortalecida.

La docente señala que cuando el entorno social es receptivo y aceptante, las personas mayores contribuyen activamente a la familia y la comunidad; por el contrario, la intolerancia o la falta de inclusión pueden generar crisis emocionales o, en casos extremos, situaciones graves de depresión.

México aún enfrenta un contexto social poco preparado para asumir esta visión contemporánea de la vejez.

Según los especialistas de la UNAM, la sexalescencia necesita ser estudiada a mayor profundidad para implementar estrategias que permitan a los adultos mayores vivir dignamente, ser escuchados y alcanzar una vejez funcional, activa y respetada.