Asesinato de Camilo Ochoa tendría estrecha relación con ‘El Mini Lic’ de La Mayiza y así el exsicario lo prevenía

El influencer perdió la vida como resultado de los disparos que recibió tras múltiples amenazas y ser relacionado con ‘Los Chapitos’

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Asesinato de Camilo Ochoa tendría
Asesinato de Camilo Ochoa tendría estrecha relación con ‘El Mini Lic’ de La Mayiza y así el exsicario lo prevenía (RS)

El homicidio de Camilo Ochoa Delgado, conocido como ‘El Alucín’, ha vuelto a situar en el debate público la influencia de Dámaso López Serrano, alias ‘El Mini Lic’, y la facción de La Mayiza. El exsicario e influencer fue asesinado tras ser amenazado en un boletín que, según él, se originó por órdenes de este rival.

Camilo Ochoa cayó abatido la tarde del sábado en la colonia Lomas de Cuernavaca, en Temixco, Morelos. La Fiscalía General del Estado de Morelos (FGE) confirmó que inició una investigación tras el hallazgo del cuerpo dentro de una vivienda, luego de reportes de detonaciones de arma de fuego. Paramédicos confirmaron que el influencer perdió la vida como resultado de los disparos.

De acuerdo con testigos citados por El Sol de Sinaloa, un agresor huyó en un Chevrolet Sonic tras los hechos. Autoridades estatales y federales colaboran para determinar responsabilidades. El crimen ocurrió a pocos días de que viniera circulando una serie de volantes impresos en los que se identificaba a Ochoa y otros creadores de contenido como Peso Pluma y Gail Toys con el Cártel de Sinaloa.

El influencer perdió la vida
El influencer perdió la vida como resultado de los disparos que recibió tras múltiples amenazas y ser relacionado con ‘Los Chapitos’ (Captura de pantalla)

La presunta amenaza de ‘El Mini Lic’ a Camilo Ochoa previo a su asesinato y el deslinde de La Mayiza

El propio Camilo Ochoa señaló reiteradamente en sus redes sociales y entrevistas, incluidos diálogos con la periodista Adela Micha, que la campaña de amenazas contra youtubers, influencers y músicos derivó de intereses personales dentro del narcotráfico. Identificó como principal impulsor de los mensajes intimidatorios a Dámaso López Serrano (‘El Mini Lic’), integrante de La Mayiza, brazo ligado a Ismael “El Mayo” Zambada, alias “El Mayito Flaco”.

El ex integrante del Cártel de Sinaloa explicó que su aparición en los volantes difundidos en Culiacán, Sinaloa, el 9 de enero, obedeció a enemistades personales y no a vínculos directos con actividades criminales. Señaló que ‘El Mini Lic’ buscó la colaboración del “Mayito Flaco” luego de que Ochoa emitió críticas hacia el padre de Dámaso, lo que detonó una escalada de amenazas.

“Me mandaron volantes, amenazas, un decapitado. Querían que pidiera perdón públicamente. Yo no lo iba a hacer, porque no les hice nada”, sostuvo Ochoa en sus declaraciones a Adela Micha.

Añadió que la inclusión de otros personajes en los panfletos obedeció en múltiples ocasiones a enemistades personales, celos o simples relaciones de amistad con figuras rivales, como Néstor Isidro Pérez Salas, conocido como ‘El Nini’.

“Salimos 25 en un volante. Que se ponga a investigar a ver si tienen vínculos con el narcotráfico y se va a dar cuenta que fue nada más por sembrar el terror, que están matando inocentes”.

La presunta amenaza de ‘El
La presunta amenaza de ‘El Mini Lic’ a Camilo Ochoa previo a su asesinato y el deslinde de La Mayiza (Infobae México | Jovani Pérez)

La denuncia pública de Camilo Ochoa y su advertencia de falta de protección institucional previo a ser asesinado

Durante los últimos meses, el youtuber denunció la ausencia de protección gubernamental para quienes aparecieron en los volantes. Relató que ni el gobierno federal ni los estados realizaron acciones para blindar a las víctimas potenciales, incluso después del asesinato de Gail Castro, hermano de Markitos Toys, el 28 de marzo en Ensenada.

“Al gobierno le vale madre si nos matan o no”, afirmó de manera contundente. Según narró en entrevistas y en sus canales digitales, la violencia ya no distingue entre miembros activos del crimen organizado y civiles ajenos, incluyendo creadores de contenido y familiares. Explicó que a él mismo intentaron matarlo frente a sus hijos.

“Ya no son ajustes entre facciones, están matando a creadores de contenido, mujeres, jóvenes. A mí me quisieron matar con mis hijos”, relató.

El clima de amenazas llevó a Camilo Ochoa a modificar rutinas y a extremar medidas de seguridad. Decidió mudar a sus hijas mayores a Estados Unidos y resguardar a sus hijos menores en una vivienda protegida, donde reciben educación en línea y evitan contacto externo. Describió su entorno como un lugar de vigilancia constante en el que empleaba vehículos blindados y limitaba el uso de medios electrónicos.

En conversación con Adela Micha, reconoció que vive con miedo, pero reiteró su intención de no callarse ante la situación de violencia que atraviesa Sinaloa y otras regiones del país. El testimonio de Ochoa revela el impacto directo que la lucha entre facciones del crimen organizado tiene sobre las vidas de quienes quedan en la línea de fuego mediática.

La denuncia pública de Camilo
La denuncia pública de Camilo Ochoa y su advertencia de falta de protección institucional previo a ser asesinado (Foto: La Saga, YouTube)

Camilo Ochoa, un exsicario que ganó fama en YouTube pero fue asesinado

El exsicario compartió abiertamente a sus seguidores y entrevistadores que su motivación original para hablar sobre estos temas no sólo deriva de su experiencia, sino también de una búsqueda de adrenalina propia. “Siempre me ha gustado la adrenalina y se lo dije, me metí en eso por la adrenalina. No puedo estar tranquilo”, asumió en una de sus intervenciones.

Insistió en que rechazó volver al narcotráfico y que se sostiene económicamente con negocios personales y las propias plataformas digitales. “Sí me han ofrecido, pero no me interesa. Vivo bien. No me falta nada”, aclaró frente a las constantes insinuaciones.

En la última parte de su vida, Camilo Ochoa transmitió de forma reiterada el riesgo de ser víctima de un ataque. La muerte del influencer y exsicario profundiza la preocupación por la violencia que enfrentan los generadores de contenido ligados —o sólo relacionados mediáticamente— con el crimen en México.