Profeco advierte: una cucharadita de Tajín podría ser más peligrosa de lo que crees

El consumo frecuente de este sazonador puede provocar problemas cardiovasculares, respiratorios y celulares, según la PROFECO

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La PROFECO dio a conocer
La PROFECO dio a conocer los riesgos del consumo de este alimento (Jovani Pérez/ Infobae México)

En México, pocas cosas realzan tanto el sabor de una fruta, una botana o incluso una cerveza como el característico toque ácido y picante del Tajín.

No obstante, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha advertido que esta pizca de sabor podría tener efectos que van mucho más allá del paladar.

Entre los posibles riesgos asociados a su consumo frecuente se encuentran problemas respiratorios, retención de líquidos, aumento de la presión arterial, enfermedades cardiovasculares e incluso afectaciones a nivel celular, como daños en las mitocondrias.

Las consecuencias del consumo de Tajín

La Profeco revela los riesgos
La Profeco revela los riesgos de abusar del Tajín (X/ @elpoderdelc)

Una sola cucharadita de Tajín Clásico contiene 968 miligramos de sodio, lo que representa casi la mitad del sodio recomendado al día para un adulto, y más del 60% en el caso de un niño, según el Poder del Consumir de la Profeco.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 2 gramos de sodio al día, ya que exceder esta cantidad de forma constante puede incrementar significativamente el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, retención de líquidos y otros problemas de salud.

Además del alto contenido de sodio, la radiografía del producto advierte sobre el uso de dióxido de silicio, un aditivo que, aunque común, puede representar riesgos a largo plazo.

Según la Profeco, esta sustancia ha demostrado causar silicosis al ser inhalada, y cuando se ingiere en grandes cantidades o de forma prolongada, podría afectar la función de las mitocondrias, es decir, dañar el funcionamiento celular.

El etiquetado del producto muestra el sello de advertencia “Exceso de sodio”. A pesar de ello, Tajín se promociona como “sin colorantes ni saborizantes artificiales”, lo que, de acuerdo con El Poder del Consumidor, es una estrategia publicitaria que podría confundir a los consumidores, al omitir la presencia de otros aditivos.

Ante estos hallazgos, las organizaciones recomiendan moderar el consumo del producto, especialmente en niños y personas con padecimientos relacionados con el corazón o los riñones.

Como alternativa, se sugiere optar por combinaciones naturales y bajas en sodio como pepino con limón, chile en polvo y chía, que ofrecen sabor sin los posibles efectos negativos para la salud.

Riesgos de un consumo excesivo de sodio

El consumo de sodio podrían
El consumo de sodio podrían dañar la salud progresivamente (Imagen Ilustrativa Infobae)

Según advierte la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el consumo excesivo de sodio —como el que puede derivarse de ingerir productos altamente salados de forma habitual— puede tener consecuencias graves para la salud, muchas de ellas silenciosas y progresivas.

Entre los principales riesgos se encuentran los accidentes cerebrovasculares, que ocurren cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, provocando daño irreversible en pocos minutos. Este tipo de eventos puede causar parálisis, dificultad para hablar, pérdida de visión, problemas de equilibrio e incluso la muerte si no se atienden a tiempo.

El exceso de sodio también se relaciona con fallas en la función renal, ya que sobrecarga a los riñones y dificulta la eliminación de desechos y líquidos, lo que puede provocar síntomas como dolor lumbar, náuseas, alteraciones en la orina y sabor metálico en la boca.

Otra consecuencia común es la hipertensión arterial, una condición que afecta a cerca de 30 millones de personas en México y que suele avanzar sin síntomas visibles. Sin embargo, puede derivar en complicaciones graves como enfermedades cardíacas, infartos y daño en órganos vitales.

Además, consumir sodio en exceso puede causar retención de líquidos, provocando hinchazón, inflamación, aumento de peso repentino y presión sobre órganos como el corazón, hígado y riñones. También puede disminuir la cantidad de calcio en el cuerpo, afectando los huesos, las uñas y el ritmo cardíaco.