¿Qué se siente ser enterrado con vida? Esto explica la ciencia

Esta fatal situación pudo ser el destino de muchas personas en los siglos XVIII y XIX

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Ser enterrado vivo es uno
Ser enterrado vivo es uno de los mayores miedos en la humanidad. Foto: (iStock)

Ser enterrado con vida es uno de los temores más antiguos y universales de la humanidad. A lo largo de los siglos, esta aterradora posibilidad ha dado lugar a mitos, leyendas, e incluso precauciones médicas y rituales funerarios especiales.

Aunque suene a historia de terror o ficción gótica, existen condiciones reales que han provocado este tipo de episodios. La más conocida es la catalepsia, un trastorno neurológico poco común que puede hacer que una persona entre en un estado de aparente muerte, sin realmente estarlo.

La catalepsia se caracteriza por una pérdida casi total del control muscular, rigidez corporal, disminución de la sensibilidad al dolor, lentitud en las funciones vitales y una apariencia similar al coma o incluso a la muerte.

En los siglos XVIII y XIX, antes del avance de la medicina moderna, muchas personas fueron erróneamente declaradas muertas debido a este estado, y posteriormente enterradas. En algunos casos, al abrirse los ataúdes tiempo después, se encontraron señales de lucha que confirmaban que la persona había recobrado la conciencia dentro de la tumba.

La gran mayoría de los
La gran mayoría de los casos de personas que fueron enterradas con vida están relacionados con trastornos de catalepsia. Foto: (iStock)

Según los pocos testimonios documentados de personas que han atravesado episodios catalépticos profundos, la experiencia es angustiante.

Algunos aseguran haber estado completamente conscientes, pero incapaces de moverse, hablar o reaccionar, atrapados en su propio cuerpo, mientras eran considerados clínicamente muertos.

Quienes lo han vivido describen una sensación de encierro extremo y pánico interno, aunque sin poder expresar ninguna emoción. Es como estar despierto dentro de un cuerpo inmóvil, mientras se escucha lo que sucede alrededor: voces de médicos, llantos de familiares, el cierre de un ataúd o incluso el sonido del movimiento al ser transportados.

Sin embargo, en muchos casos, el cerebro también puede entrar en un estado de confusión, mezclando realidad con alucinaciones, lo que agrava la desesperación interna.

Actualmente, aunque los avances tecnológicos han reducido casi por completo el riesgo de que alguien sea enterrado vivo, la catalepsia todavía representa un desafío en ciertas regiones con acceso limitado a diagnósticos clínicos precisos.

A través de la historia
A través de la historia se han encontrado vestigios de personas que fueron enterradas con vida. Foto: (iStock)

En el pasado, para evitar errores fatales, algunas personas solicitaban ser enterradas con campanillas conectadas al ataúd o incluso sistemas de ventilación, por si llegaban a despertar bajo tierra.

Hoy en día, la catalepsia está relacionada con ciertos tipos de epilepsia, narcolepsia o trastornos neuropsiquiátricos. Es muy rara y suele ser tratada con medicamentos y terapias específicas, pero el miedo a quedar atrapado en el cuerpo sigue siendo real para quienes la padecen.

Despertar en un ataúd enterrado vivo es una experiencia aterradora: oscuridad absoluta, falta de aire, opresión en el pecho, desesperación total. El silencio es ensordecedor, el cuerpo inmóvil por el pánico.

Cada segundo es angustia, el miedo se convierte en terror puro, y la esperanza desaparece con cada aliento limitado. En muchas ocasiones, según se ha visto en los descubrimientos, las personas trataban de salir desesperadamente, lo que podía provocar lesiones y fracturas que solo dificultaron más su huida, hasta que no la asfixia se apoderó de ellos.

En definitiva, ser enterrado con vida, aunque hoy extremadamente improbable, es una experiencia aterradora que puede surgir de una condición médica muy real. Para quienes han vivido la catalepsia, el recuerdo no es solo físico, sino profundamente psicológico, marcando una frontera difusa entre la vida, la muerte… y el terror.