“Estamos secuestrados en Culiacán”, los ecos de una ciudad en guerra por el Cártel de Sinaloa

Negocios cerrados, pérdida de empleo, enfrentamientos, cuerpos colgados, militares en las calles y el temor de que hombres armados te detengan, cambiaron la dinámica social de los culiacanenses

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FOTO DE ARCHIVO. Una camioneta
FOTO DE ARCHIVO. Una camioneta abandonada con un grafiti que dice "Bienvenidos a Culiacán", en la que se encontraron seis cadáveres el viernes por la noche en el estado occidental de Sinaloa, en Culiacán, México. 27 de septiembre de 2024. REUTERS/Jesús Bustamante

La detención de El Mayo Zambada el 25 de julio de 2024 en los Estados Unidos no solo movió las piezas del mundo criminal en Sinaloa, sino que cambió la dinámica social de los habitantes de Culiacán, quienes modificaron sus hábitos de vida producto de los hechos violentos en la capital del estado.

“Nos cambió completamente la vida. Definitivamente nos dio un giro de 360 grados en la manera de convivir, de estar secuestrados, de... se nos acabó la libertad definitivamente”, afirma María Isabel Cruz Bernal, representante del colectivo Sabuesas Guerreras, al describir el impacto que tuvo la detención de “El Mayo” Zambada.

La líder del colectivo de búsqueda reveló en entrevista con Infobae México el ambiente de miedo, encierro y violencia que se ha instalado en la capital de Sinaloa tras este hecho, considerado un parteaguas en la vida social y política del estado.

FOTO DE ARCHIVO: Un vendedor
FOTO DE ARCHIVO: Un vendedor de periódicos ordena los diarios que informan sobre la detención en El Paso, Texas, Estados Unidos, del narcotraficante mexicano Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo de "El Chapo" Guzmán, en Ciudad de México, México. 26 de julio de 2024. REUTERS/Gustavo Graf/Foto de archivo

Según Cruz Bernal, la captura de Zambada “vino a acrecentar un poco más la violencia. Esto vino a poner un parteaguas de saber en realidad quién es el que mantenía la calma en el Estado. Porque pues bien, sabemos que estamos en un narcoestado, ¿no?”.

La activista sostiene que la detención “fue como poner la cereza del pastel que faltaba” para que los habitantes de Culiacán vivieran amedrentados en sus casas sin poder salir.

Antes de este suceso, la dinámica social en Culiacán ya estaba marcada por la presencia de las facciones de Los Chapos y Los Mayos, las dos familias más grandes del Cártel de Sinaloa, pero la población mantenía cierta rutina.

“Siempre se supo que iba a haber una fracción que se iban a pelear, porque lo hay en todos lados y en cualquier organización, aunque no sea delincuencial”, explica Cruz Bernal.

Imagen de archivo. Un avión
Imagen de archivo. Un avión que se cree transportaba al narcotraficante mexicano Ismael "El Mayo" Zambada y a Joaquín Guzmán López arrestados en El Paso, es visto en Santa Teresa., Nuevo México. EEUU. 25 de julio de 2024. REUTERS/Jose Luis Gonzalez/File Photo

Sin embargo, reconoce que no imaginaron que el conflicto “nos iba a pegar a todos, a toda una ciudad, a todo un estado y hoy estamos pagando las consecuencias de eso que no vimos que iba a venir”.

El cambio en la vida cotidiana ha sido radical. “Estamos secuestrados en nuestros hogares, o sea, no podemos ir a visitar a la familia por la noche, no podemos salir a una discoteca, no se puede salir a tomarse una cerveza por la noche, porque no sabes si vas a regresar a casa”, relata la representante de Sabuesas Guerreras.

El temor a encontrarse con comandos armados, ser despojados de vehículos, secuestrados o asesinados ha modificado profundamente las costumbres y la vida social de la ciudad.

Cruz Bernal describe que “el estar encerrado es traumático; el no saber si tu familiar va a regresar con vida a casa, es traumático”.

La sensación de inseguridad se ha extendido a todos los ámbitos, afectando tanto a quienes han sido víctimas directas de la violencia como a quienes viven bajo la amenaza constante.

La incapacidad del Estado para proteger a la ciudadanía ha propiciado la aparición de grupos de alerta en redes sociales y aplicaciones de mensajería.

“Surgieron grupos. Creo que todo mundo los teníamos en los teléfonos, pero se vino una temporadita que también tenías que cuidar tu teléfono, porque si te encontrabas al comando armado lo primero que hacía era pedirte el teléfono para revisarlo y si traías algo de los grupos, pues era una tableada mínimo, ¿no?”, detalla Cruz Bernal.

Autoridades acordonaron la zona del
Autoridades acordonaron la zona del puente de El Seminario, en la salida norte de Culiacán, tras el hallazgo de cuatro cuerpos colgados y una camioneta con presuntas víctimas en su interior. (Facebook: El Ferri)

Esta situación llevó a la disolución temporal de estos grupos, ya que portar información sobre enfrentamientos o alertas podía significar un riesgo de detención o represalia.

“Ahorita vuelven a resurgir nuevamente, pero ya es un poco más tranquilo”, añade.

En cuanto a las cifras de personas desaparecidas, la activista ofrece datos que contrastan con los reportados por la Fiscalía.

Desde que inició el incremento de violencia el pasado 9 de septiembre en Culiacán, en Sinaloa oficialmente van registradas más de mil cuatrocientas personas desaparecidas en forma forzada, de acuerdo con el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Óscar Loza Ochoa.

La crisis de personas desaparecidas
La crisis de personas desaparecidas incrementó tras la detención de El Mayo. FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO.COM

“Es un número enorme, prácticamente se duplicó el número de personas desaparecidas que, antes del día 9 de septiembre, eran un promedio de 3 personas diarias, se ha duplicado: llegó a ser de 6.7 diarios, pero luego baja a 5.9, prácticamente el doble”.

La líder buscadora comentó que las desapariciones no repuntaron tras el estallido de violencia en Culiacán, el 9 de septiembre, sino que fue a finales de junio.

“Cerramos julio con 85 personas desaparecidas y agosto cerramos casi con 130 personas desaparecidas”, precisa.

El fenómeno se agravó a partir del 9 de septiembre, cuando comenzaron los “levantones masivos” de jóvenes.

“Primero empezaron a levantar a personas adultas, como que eran las cabecillas de las colonias... y ya después el nueve de septiembre, pues es cuando ya se empieza con los levantones masivos que ya se llevaban a los jóvenes”.

Sobre el número total de desaparecidos, Cruz Bernal sostiene que la cifra real duplica la oficial.

| X / @OHarfuch
| X / @OHarfuch

“La Fiscalía maneja su número de mil quinientos, seiscientos. Yo creo que nosotros tenemos el doble de lo que tiene la Fiscalía, porque nosotros tenemos los que no denuncian, porque les da miedo, porque los amenazan... yo creo que ahorita andamos entre los 2,500 y 2,800 personas”.

El perfil de las víctimas también ha cambiado. “Al principio sí eran personas que estaban tal vez ligadas al narcotráfico, o tal vez no, o eran lavado de dinero, eran otra cosa, pero después empezaron a llevarse a jóvenes que no tenían absolutamente nada que ver”, señala la activista.

Los secuestros y asesinatos se han convertido en un “juego de poder entre los dos” bandos en disputa, afectando a personas inocentes.

La respuesta de las autoridades ha sido, según Cruz Bernal, inexistente. “No pasa nada. Aquí no pasa nada. Que no hay nada de esto. Aquí todo está bien. Todo está controlado”, afirma con ironía sobre la postura oficial. Ni la Fiscalía ni otras instancias han implementado protocolos efectivos para atender la crisis.

El ánimo en Culiacán es de cansancio y hartazgo. “La gente sí está, está cansada. Estamos hartos de estar encerrados, porque vivimos literal, encerrados porque no sabemos cuándo se va a terminar esto”.

La presencia de más policías y militares “acrecenta más la violencia en vez de pararla”. Cifras oficiales refieren que de julio de 2024 a la fecha suman alrededor de doce mil seiscientos efectivos militares en Sinaloa.

La activista considera que “ellos dicen (el gobierno local) que se va a terminar cuando ellos (las facciones del Cártel de Sinaloa) quieran o cuando ellos les digan”.

Negocio con los cristales rotos
Negocio con los cristales rotos (Facebook/Informativo Sur Sonora)

La crisis ha tenido consecuencias económicas y sociales. “Hay cientos de negocios cerrados. La vida está más encarecida porque no hay empleos. Y eso equivale a que los jóvenes tal vez se vayan por la vía fácil”, advierte Cruz Bernal.

De acuerdo con un reporte del Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa, en el primer semestre de 2025, Culiacán encabezó la lista de municipios con mayor pérdida de empleos, al registrar una disminución de siete mil ochocientos cuarenta y dos trabajadores asegurados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en comparación con el mismo periodo de 2024.

La capital de Sinaloa contaba con un promedio de doscientos sesenta y dos mil seiscientos treinta y tres trabajadores registrados en el IMSS entre enero y junio de 2025, lo que representó una caída del 2.9 % respecto al mismo periodo del año anterior.

La representante de Sabuesas Guerreras pide a los políticos y autoridades que “volteen a ver Culiacán, porque la verdad... que esto ya pare. Yo creo que es lo que todos pedimos para así tener una vida normal como siempre la hemos tenido. Pero pues eso, que tomen cartas en el asunto”.

“Ya no se escuchan tantos corridos ahí en Culiacán como antes se escuchaban. Es más, ya ni carros hay, había muchos, ya no hay tantos, ya no hay carros de lujo. Los que quedan son puros viejitos aquí”, concluye Cruz Bernal, reflejando el impacto profundo y persistente de la violencia en la vida diaria de la población.