Cómo aprovechar al máximo los beneficios del pulque y en qué estados es más rico

El pulque, una bebida fermentada que se obtiene del aguamiel del maguey, es uno de los tesoros culturales y gastronómicos de México. Con raíces prehispánicas, esta bebida no solo representa una herencia ancestral, sino también una fuente de beneficios nutricionales y medicinales, siempre que se consuma de forma natural y con moderación.

Una de las principales virtudes del pulque es su papel como probiótico natural. Gracias a su proceso de fermentación, contiene bacterias lácticas y levaduras vivas que favorecen la microbiota o flora intestinal. Esto contribuye a una mejor digestión, previene el estreñimiento y fortalece el sistema inmunológico.

El pulque también es una rica fuente de nutrientes. Aporta vitaminas del complejo B (especialmente B1, B2 y B12), vitamina C y minerales esenciales como hierro, calcio, fósforo y potasio, lo que lo convierte en una bebida altamente nutritiva.

Además, contiene aminoácidos esenciales, que son fundamentales para la regeneración celular y el mantenimiento del tejido muscular, siendo especialmente beneficioso para personas con desgaste físico o muscular.

Gracias a sus azúcares naturales, el pulque es un energético natural. Proporciona energía de forma rápida y sin aditivos artificiales, lo que lo convierte en una excelente opción para revitalizar el cuerpo de manera saludable.

Algunos estudios también han demostrado que posee un efecto antioxidante, ya que contiene compuestos fenólicos que podrían ayudar a combatir el envejecimiento celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Finalmente, su aporte calórico es moderado. Aunque contiene azúcares, tiene menos calorías que muchas bebidas alcohólicas industriales, como la cerveza o el vino, siempre y cuando se consuma sin aditivos ni azúcares añadidos.

Para obtener todos estos beneficios, es importante consumir el pulque fresco y natural. El pulque recién extraído conserva sus bacterias y propiedades probióticas, mientras que el pulque pasteurizado o enlatado pierde gran parte de su valor nutricional.

También es fundamental beberlo con moderación. A pesar de sus virtudes, sigue siendo una bebida alcohólica, por lo que una o dos copas son suficientes para aprovechar sus bondades sin afectar la salud.

Se recomienda evitar los curados industriales, que suelen tener altos niveles de azúcar o conservadores. Los curados artesanales, hechos con frutas frescas, son una mejor alternativa si se desea variar el sabor.

Una forma inteligente de consumir pulque es acompañarlo con alimentos ricos en fibra o proteínas, como tlacoyos, nopales o frijoles. Esto mejora su digestibilidad y potencia sus efectos nutricionales.

México cuenta con varias regiones productoras de pulque, pero algunas se distinguen por su tradición y calidad:

• Hidalgo es considerado la cuna del pulque. Municipios como Apan, Zempoala o Epazoyucan mantienen vivas las tradiciones del maguey y la fermentación en tinacales (espacios dedicados a su producción). Aquí, el pulque conserva su sabor más auténtico.
• Tlaxcala destaca por su amplia oferta de curados artesanales y por preservar prácticas tradicionales. Municipios como Nanacamilpa o Huamantla son destinos ideales para los amantes del pulque.
• En el Estado de México, localidades como Otumba o Texcoco celebran ferias pulqueras y mantienen haciendas donde se produce pulque de gran calidad.
• En Puebla, especialmente en la Sierra Norte, el pulque sigue siendo elaborado de manera tradicional y también se utiliza en prácticas de medicina popular.

El pulque es mucho más que una bebida alcohólica: es un elixir cultural, nutritivo y simbólico. Sus beneficios van desde la mejora digestiva hasta el aporte energético y antioxidante.