La alianza matrimonial entre cárteles que el FBI malinterpretó: “El Negro” y Gloria Beltrán Leyva

Documentos de inteligencia revelan que la hermana menor del clan también participó dentro de los lazos que prometían lealtad entre cárteles

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El hijo de ‘El Azul’
El hijo de ‘El Azul’ fue detenido en enero de 2017, pero protagonizó una fuga del penal de Aguaruto apenas dos meses después, junto a otros cuatro reos. (Jesús A. Aviles|Infobae México)

La vida criminal de Juan José Esparragoza Monzón, conocido como “El Negro” o “El Azulito”, no sólo estuvo marcada por su papel como operador financiero del Cártel de Sinaloa (CS), sino también por las alianzas familiares que tejió en el mundo del narcotráfico.

Hijo de Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, considerado por las autoridades como uno de los cofundadores del CS junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, “El Negro” fue detenido el 23 de enero de 2016 y figuraba entre los 122 objetivos prioritarios del gobierno federal.

Pero más allá de sus operaciones criminales, su historia está atravesada por un vínculo familiar con una organización que fue aliada y después enemiga de los sinaloenses, el Cártel de los Beltrán Leyva.

Su matrimonio con Gloria Beltrán Leyva, miembro de esa poderosa familia criminal, representó un lazo de sangre entre dos estructuras que compartían rutas, enemigos y traiciones. La unión, sin embargo, fue malinterpretada por agencias como el FBI, que asumieron que esos enlaces garantizaban lealtad absoluta.

Juan José Esparragoza Monzón, hijo
Juan José Esparragoza Monzón, hijo de Juan José "El Azul" (Reuters/captura de pantalla)

La historia detrás de la alianza de los Beltrán Leyva y el hijo de El Azul

La unión matrimonial entre Gloria y Juan José Esparragoza Monzón por un tiempo, simbolizó la aparente cohesión entre el Cártel de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva.

De acuerdo con la declaración ministerial de Albino Quintero Meraz, líder de la célula principal del cartel de Juárez que encabezaba Amado Carrillo Fuentes “El señor de los cielos, citada por la periodista Anabel Hernández en su libro Los Señores del Narco (2010), el enlace religioso se celebró en 1995, en una iglesia de Querétaro, y reunió a miembros de las familias Esparragoza, Beltrán y Guzmán.

Gloria, la más joven del clan Beltrán Leyva, ha sido señalada en informes de inteligencia como parte activa en las operaciones financieras y logísticas de la organización criminal encabezada por sus hermanos.

Sin embargo, la Anabel Hernández documenta que esta clase de alianzas familiares no garantizaban estabilidad. “El FBI suponía que esas relaciones de sangre entre los narcotraficantes mexicanos se concretaban para quitarle espacio a la posibilidad de una traición. Supuestamente generaban fidelidad. Se equivocaron”, escribe.

Y es que en enero de 2008, tras la captura de Alfredo Beltrán Leyva, alias “El Mochomo”, la aparente lealtad entre cárteles colapsó, los Beltrán acusaron directamente a Joaquín “El Chapo” Guzmán de haberlo delatado, lo que desató un quiebre irreversible entre ambos grupos.

La ruptura entre los Beltrán
La ruptura entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa desató una guerra sangrienta que incluyó asesinatos de familiares de alto perfil. (Infobae)

Desde entonces, la ruptura se tradujo en una escalada de violencia sin precedentes, los hermanos Beltrán Leyva, convencidos de que los millonarios sobornos a funcionarios de alto nivel, entre ellos el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, no bastaron para evitar traiciones internas, rompieron con el Cártel de Sinaloa y sellaron una alianza con Los Zetas.

La guerra desatada dejó una estela de muertes, entre ellas la de Édgar Guzmán Beltrán, hijo de “El Chapo”, y episodios brutales como la masacre en Concordia, Sinaloa, en 2012. El caso evidenció que en el mundo del narco, ni la sangre ni los pactos matrimoniales son sinónimos de lealtad duradera.