La facción de Los Chapitos, encabezada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, enfrenta su momento más vulnerable desde que heredaron parte del control del Cártel de Sinaloa. En los últimos dos años, su aparato de seguridad ha colapsado tras la caída —una a una— de sus principales figuras de protección.

Desde 2023, al menos seis jefes de seguridad han sido asesinados, capturados o traicionados: Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”; Fernando Pérez Medina, alias “El Piyi”; Juan Luis Castro Morales, alias “El Gavilán”; Kevin Alonso Gil Acosta, alias “El 200”; Luis Alfonso López Reátiga, alias “El Toner”; y finalmente, Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias “La Perris” o “El 27”.

El declive dejó a Iván Archivaldo expuesto como nunca, en plena guerra contra La Mayiza, la facción encabezada por Ismael Zambada Sicairos, alias “El Mayito Flaco”.

En este contexto de crisis operativa, entró en juego una alianza impensada: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), históricamente rival de Los Chapitos, se convirtió en su amigo en la guerra por sobrevivir.

Este pacto, sellado desde finales de 2024, finalmente ha sido confirmado por la DEA en un reciente informe. Sin embargo, nuevos detalles de esta alianza criminal ha dejado ver qué tan estrechos son los lazos entre la familia Guzmán Salazar y el grupo comandado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.

De acuerdo con el periodista Óscar Balderas, tras la caída de La Perris el CJNG hizo un nuevo trato con Los Chapitos y ofreció uno de sus operadores más valiosos para llenar el vacío de Figueroa Benítez: El nombre que se impuso en esa negociación fue el de Audias Flores Silva, alias El Jardinero.

Según su reportaje, publicado en Milenio, en la reciente renovación del pacto Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar accedieron a compartir con el CJNG sus rutas de trasiego de drogas, armas y migrantes, lo que permitirá al cártel de las cuatro letras ampliar su presencia operativa en el norte del país. A cambio, obtuvieron respaldo armado, acceso a refugios seguros y el ingreso de un operador externo para reorganizar su esquema de seguridad interno.

Audias Flores Silva, alias El Jardinero, es considerado uno de los operadores más peligrosos, escurridizos y confiables del CJNG. Nació el 19 de noviembre de 1980 en Huetamo, Michoacán, dentro de la región conocida como Tierra Caliente, y a lo largo de dos décadas ha escalado en la estructura criminal como brazo táctico de confianza de El Mencho.

Sus otros alias —El Comandante, El Bravo 2, Audi o Mata Jefes— lo describen como un hombre con amplio control de tropas y liderazgo violento dentro del cártel. También ha sido identificado con la identidad alterna de Gabriel Raigosa Plascencia, utilizada en registros oficiales para evadir la persecución federal.

Durante años, fungió como jefe de seguridad personal de El Mencho y más tarde como responsable del control territorial en Jalisco, Nayarit, Zacatecas y parte de Colima, regiones en las que opera una red de laboratorios de metanfetamina.

Según la DEA, también coordina rutas terrestres, pistas clandestinas y transporte aéreo para mover narcóticos desde Centroamérica hacia Estados Unidos.

Su influencia ha sido determinante en la estructura internacional del cártel. En 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lo sancionó por sus vínculos con el tráfico de drogas, y actualmente el gobierno estadounidense ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por información que permita su localización o captura.

Audias Flores Silva fue acusado el 13 de agosto de 2020 por una corte federal del Distrito de Columbia de conspirar para distribuir más de cinco kilogramos de cocaína y un kilogramo de heroína, así como de portar armas de fuego en relación con delitos de narcotráfico. Anteriormente, en 2002, también había sido procesado en el Distrito Oeste de Carolina del Norte por tráfico de estupefacientes, causa por la que fue condenado y cumplió una pena de cinco años de prisión antes de ser liberado y regresar a México.

En 2016 fue detenido por autoridades mexicanas tras ser acusado de orquestar la emboscada contra policías estatales en Soyatlán, pero logró obtener su liberación al revertir las acusaciones en tribunales federales.

En el plano operativo, se le atribuyen diversos hechos de violencia. El más documentado ocurrió en abril de 2015, cuando fue señalado como autor intelectual de la emboscada en la que fallecieron 15 agentes de la Fuerza Única de Jalisco. Fue detenido ese mismo año y enviado al penal federal de Puente Grande, del que salió en 2019, tras revertir las acusaciones en su contra. Desde entonces, ha eludido varios intentos de captura.

Además de su rol armado, ha construido una fachada empresarial con propiedades en zonas residenciales de alto perfil en Bahía de Banderas, Puerto Vallarta y Guadalajara, y ha sido descrito por autoridades como coleccionista de arte y empresario fantasma, usado como pantalla para el lavado de activos.

A nivel simbólico, su figura ha sido elevada por la narrativa digital del narco, donde se le suele representar con emojis de flores.

Hoy, El Jardinero es el único operador en activo que protege a dos de los criminales más buscados del país: su jefe principal, El Mencho, por quien la DEA ofrece 15 millones de dólares de recompensa, y su nuevo protegido, Iván Archivaldo Guzmán Salazar.

La participación de El Jardinero fue determinante para sellar la alianza entre el CJNG y la facción de Los Chapitos, según reveló el periodista José Luis Montenegro e Illicit Investigations.

El contacto inicial entre ambas organizaciones se produjo días antes de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y de Joaquín Guzmán López en territorio estadounidense.

Iván Archivaldo —anticipando una ofensiva interna de La Mayiza— buscó establecer comunicación con Nemesio Oseguera Cervantes. El emisario fue justamente El Jardinero.

Flores Silva transmitió personalmente la petición. El Mencho respondió con cautela y se pactó un encuentro en Guadalajara, al que acudieron por parte del CJNG, El Jardinero, y por el lado de Los Chapitos, Abdiel Guzmán Araujo, hijo de Aureliano Guzmán Loera, alias El Guano.

Durante esa reunión, Abdiel expuso que La Mayiza no solo se había fortalecido con el ascenso de El Mayito Flaco, sino que recibía apoyo de grupos aliados como los hermanos Cabrera Sarabia, líderes del Grupo Flechas en Zacatecas, una zona disputada por los de Jalisco.

Flores Silva, aunque escéptico por el historial de tensiones entre ambas organizaciones, accedió a continuar las negociaciones. Se dice que el punto que lo terminó de convencer fue la venganza por el asesinato de su hermano, Jesús Miguel Flores Silva, ocurrido el 13 de noviembre de 2022 en la zona Dorada de Mazatlán. El crimen, atribuido a sicarios de El Mayito Flaco, convirtió el pacto en una cuestión personal para El Jardinero.

Los términos iniciales fueron claros: el CJNG recibiría el control de Nayarit, Chiapas y Zacatecas; Los Chapitos conservarían Sinaloa, Durango y Sonora. Además, se comprometieron a colaborar en la recuperación de plazas clave en Estados Unidos, como Chicago, Nueva York, Phoenix y Washington, dominadas por la red de los Zambada.

Para sellar el compromiso, se acordó el traslado temporal de Jesús Alfredo Guzmán Salazar a un rancho del CJNG en Jalisco, mientras que Los Chapitos usaron como “seguro” información delicada sobre la ubicación de Jessica Johana Oseguera González, hija de El Mencho, en Estados Unidos.

Mientras la guerra interna en el Cártel de Sinaloa recrudece y las autoridades mexicanas y estadounidenses intensifican la persecución contra ambos bandos, El Jardinero se posiciona como una figura clave para la supervivencia y expansión de dos de las organizaciones más violentas y poderosas del continente.