Cuatro mitos del café desmentidos por la ciencia

Investigadores aclararon falsas creencias sobre el impacto del consumo de café en la salud, desmintiendo años de desinformación sobre esta popular bebida

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Investigaciones científicas desmienten mitos históricos
Investigaciones científicas desmienten mitos históricos sobre el café, separando realidad de creencias populares. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El consumo de café, una práctica diaria para millones de personas en todo el mundo, está rodeado de mitos que han persistido durante años. Entre ellos, se encuentran creencias como que deshidrata, que puede causar enfermedades cardíacas o que su consumo en niños afecta el crecimiento.

Al ser una de las bebidas más consumidas en el mundo y objeto de numerosas creencias que generan tanto admiración como controversia, esta bebida es protagonista de debates y, a menudo, de información confusa.

Sin embargo, investigaciones científicas han desmentido estas afirmaciones y el día de hoy abordaremos los cuatro mitos principales que rodean al café, analizando lo que dice la ciencia y separando la realidad de la ficción.

Los cuatro mitos del café

El tueste oscuro del café
El tueste oscuro del café no contiene más cafeína que el tueste medio, según un estudio de la Universidad Thomas Jefferson. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una de ellas es que el café de tueste oscuro contiene más cafeína que el de tueste claro debido a su sabor más intenso pero un estudio de 2017 publicado en Nature por Megan Fuller y Niny Z. Rao, de la Universidad Thomas Jefferson, demostró lo contrario.

Al comparar la concentración de cafeína en muestras de café de tueste medio y oscuro, ambos elaborados con granos de café arábico de la región de Kona, Hawái, los investigadores encontraron que el tueste medio tenía una mayor concentración de cafeína. Esto indica que el sabor fuerte del tueste oscuro no está relacionado con un mayor contenido de esta sustancia.

Otro mito común es que el café puede afectar el crecimiento en niños. Según Roy Kim, médico del Cleveland Clinic, no existe evidencia científica que respalde esta creencia. Aunque el café puede actuar como un supresor del apetito, Kim señaló que esto no tiene un impacto significativo en el crecimiento infantil.

Sin embargo, el consumo de café en menores puede estar asociado con otros problemas, como alteraciones en el sueño, ansiedad, problemas de atención y malestar estomacal. Por lo tanto, aunque no afecta el crecimiento, su consumo en niños debe ser evaluado con precaución.

La Sociedad Europea de Cardiología
La Sociedad Europea de Cardiología descubrió que consumir entre dos y tres tazas de café al día está vinculado con una menor incidencia de enfermedades del corazón. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La idea de que el café deshidrata también ha sido refutada por la ciencia. Aunque la cafeína tiene propiedades diuréticas, un estudio de 2014 publicado en PLoS ONE por Sophie C. Killer, Andrew K. Blannin y Asker E. Jeukendrup, de la Universidad de Birmingham, concluyó que el café tiene propiedades hidratantes similares al agua.

En el estudio, 50 hombres participaron en dos pruebas: en una consumieron cuatro tazas de café de 200 mililitros, y en la otra, la misma cantidad de agua. Los resultados no mostraron diferencias significativas en los niveles de hidratación entre ambas bebidas, lo que sugiere que el contenido de agua del café compensa los efectos diuréticos de la cafeína.

Por último, se ha sostenido que el consumo de café puede provocar enfermedades cardíacas debido a su capacidad para aumentar temporalmente la frecuencia cardíaca. Sin embargo, investigaciones recientes contradicen esta idea.

Un estudio de 2022 realizado por la Sociedad Europea de Cardiología, basado en datos de más de 500 mil personas en el Reino Unido, encontró que el consumo moderado de café, entre dos y tres tazas al día, está asociado con una reducción significativa en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad. Este efecto positivo se observó incluso en diferentes tipos de café, como el instantáneo, el molido y el descafeinado.