15 consejos que te ayudarán a deshacerte del desorden según especialistas en Feng Shui

Reorganizar espacios saturados, soltar objetos innecesarios y armonizar colores tiene un impacto positivo en la energía del hogar y la vida emocional, pero existen métodos para ello

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Las consecuencias de objetos innecesarios,
Las consecuencias de objetos innecesarios, desorden habitual y malas decisiones de decoración recaen en el bienestar físico y emocional dentro de los hogares. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El Feng Shui es una antigua filosofía asiática que se basa en la idea de ocupar y organizar conscientemente los espacios para favorecer el bienestar, la armonía y la atracción de energías positivas hacia quienes los habitan. Aunque sus raíces son milenarias, sus principios siguen siendo relevantes en la actualidad, no solo en China, sino también en muchas otras partes del mundo.

El principio fundamental de la doctrina es el chi, una fuerza vital que, según el taoísmo, fluye a través de todo lo que existe. De acuerdo con National Geographic, este flujo energético está influido por el equilibrio entre el yin y el yang, dos fuerzas opuestas pero complementarias que cuando se armonizan permiten al chi moverse con libertad, generando bienestar en todos los aspectos de la vida.

Montserrat Beltrán, directora de la Escuela Internacional de Feng Shui, explicó a la revista El Mueble que uno de los primeros pasos para mejorar la energía de un hogar es eliminar el desorden. “Es increíble cómo el exceso de objetos o las cosas fuera de lugar pueden generar una sensación de ruido mental, pesadez o incluso malestar emocional”, comenta.

Además de organizar, la especialista recomienda prestar especial atención a la luz natural, los colores y la ventilación, pues espacios oscuros, cargados o con poco aire pueden afectar directamente el estado de ánimo. Aunado a ello, según Architectural Digest, el desorden constante suele surgir de la acumulación de objetos rotos, viejos o innecesarios, lo que genera un desequilibrio físico y energético.

Cómo armonizar el hogar según el Feng Shui

La experta en Feng Shui
La experta en Feng Shui resalta que los sentimientos de escasez asociados al apego material obstaculizan el flujo energético y recomiendan soltar para avanzar emocionalmente.

Uno de los pilares del Feng Shui es aprender a soltar, tanto a nivel físico como emocional, ya que acumular cosas innecesarias o con carga negativa estanca la energía y crea una atmósfera densa e incómoda. Así mismo, según la creencia, el desorden también puede reflejar miedos, emociones atrapadas y creencias limitantes.

Por eso, antes de reorganizar, lo más recomendado por los especialistas es hacer un trabajo introspectivo para entender qué está reteniendo la energía y por qué.

1. El dormitorio, el mejor punto de partida

Beltrán recomienda iniciar cualquier transformación con el dormitorio, ya que es el espacio donde se recarga la energía. Si este lugar está en desorden, oscuro o cargado visualmente, influirá negativamente en el descanso y ánimo, por ello, pequeños ajustes, como suavizar los colores, mejorar la iluminación y reducir los objetos visibles, pueden marcar una gran diferencia.

2. La posición de la cama

Un detalle esencial en el Feng Shui del dormitorio es la orientación de la cama. Según la experta, lo ideal es que esté situada de modo que se vea la puerta sin estar alineada con ella y que el cabecero se apoye en una pared firme, lo que generará una sensación de seguridad y estabilidad que se traduce en un sueño más reparador.

El Feng Shui enseña que
El Feng Shui enseña que el dormitorio debe invitar al descanso, al amor y a la introspección. (Imagen Ilustrativa Infobae)

3. Escuchar al cuerpo

Aunque existen principios generales, Beltrán destaca que cada persona debe observar cómo reacciona su cuerpo al entorno. Si una posición específica para dormir genera tranquilidad, es probable que sea la adecuada, pues el cuerpo tiene su propia sabiduría energética.

4. El hogar refleja el estado emocional

Según el Feng Shui, lo que se retiene en casa suele representar aspectos emocionales no resueltos. Objetos que ya no tienen valor emocional, que están rotos o simplemente no nos hacen sentir bien, deberían salir del espacio dado que mantenerlos solo alimenta una energía estancada que repercute en el bienestar.

5. El “por si acaso” es una trampa emocional

Acumular cosas por miedo a necesitarlas en el futuro refleja una creencia de escasez. Cada objeto ocupa lugar no solo físico, sino mental, por ello la recomendación es preguntarse honestamente si volverías a elegir ese objeto hoy. Según Beltrán “Si no te representa en tu presente, es momento de dejarlo ir con gratitud”.

Pequeños cambios en luz, colores
Pequeños cambios en luz, colores y disposición de muebles favorecerán tu espacio familiar.

6. Una sala saturada impide que la energía fluya

La sala, siendo el centro de reunión y descanso, debe permitir el libre movimiento. Un exceso de muebles o decoración obstaculiza la circulación energética, lo que también se refleja en la capacidad de relajarnos o conectar con quienes nos rodean.

7. La disposición debe invitar al encuentro

Muchas salas están diseñadas para mirar únicamente hacia la televisión. Según Beltrán, esto limita el propósito social del espacio, ya que es fundamental que la disposición de los muebles favorezca la conversación, el contacto visual y una atmósfera cálida.

8. Tu casa debe hablar de ti

Un error común es “decorar sin alma”, explica la experta. Cuando los espacios parecen bonitos pero no reflejan algo personal, no conectan emocionalmente. Por esta razón, incorporar elementos con historia, plantas o piezas naturales da vida y autenticidad al hogar.

9. Elegir colores con intención

Los colores tienen un impacto directo en el estado de ánimo, así que, para la sala se recomiendan tonos cálidos como tierras, cremas o verdes suaves que generan acogida. En el dormitorio, tonos envolventes como el rosa empolvado o el melocotón fomentan el descanso; mientras que en cocina y comedor, se recomiendan colores que abran el apetito y favorezcan el diálogo, como los naranjas suaves o tonos arcilla.

La apariencia o estado de
La apariencia o estado de muebles, habitaciones y objetos tienen un impacto positivo en la energía del hogar y la vida emocional.

10. Colores que inviten al descanso

Para propiciar un sueño profundo, los colores del dormitorio deben ser suaves y relajantes, por ejemplo, Beige, arena o terracotas claros ayudan a crear una atmósfera de calma que favorece la desconexión del día.

11. Tonos que alimenten cuerpo y alma

En espacios donde se comparten los alimentos y conversaciones, colores estimulantes como verdes cálidos, naranjas suaves o tonos tierra ayudan a crear un ambiente positivo y familiar.

Los baños blancos puedes ser
Los baños blancos puedes ser minimalistas, pero generan una sensación impersonal. (Imagen Ilustrativa Infobae)

12. Evita los tonos fríos en el baño

El Feng Shui aconseja usar colores cálidos en los baños, evitando el blanco clínico o los tonos azulados. Entre los ejemplos, colores suaves como beige, arenas o incluso un toque de naranja claro hacen que la estancia se sienta revitalizante y acogedora.

13. El recibidor define la energía de entrada

La energía de la casa empieza a fluir desde la entrada, por lo que mantener dicho espacio despejado, sin abrigos a la vista ni objetos dispersos, ayuda a que la energía positiva entre y se mantenga. Beltrán recomienda incluir elementos como una lámpara cálida, una planta pequeña o un objeto significativo que reciba con buena energía.

14. Ventilar es renovar la energía

Abrir las ventanas cada mañana, aunque sea unos minutos, es una práctica básica pero poderosa, de acuerdo con la especialista. También lo es ordenar lo esencial antes de salir, es decir, hacer la cama, despejar superficies o recoger lo fuera de lugar, ya que las pequeñas acciones generan un efecto acumulativo positivo.

15. El primer paso es observar

Finalmente, Beltrán enfatiza que el verdadero Feng Shui no comienza moviendo muebles, sino aprendiendo a percibir. “Observa tu casa con nuevos ojos. Detente un momento y pregúntate: ¿Cómo me hace sentir este espacio? ¿Qué refleja de mi vida actual?”, explica. Esas reflexiones permitirán que puedas comenzar tu proceso de reorganización o depuración.