¿Qué es el momento Eureka y por qué despierta la creatividad?

Aunque muchos no lo saben algunas expresiones coloquiales tienen su origen en momentos históricos

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El momento Eureka puede llegar
El momento Eureka puede llegar al cerebro luego de un momento de relajación. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una expresión coloquial es una frase o conjunto de palabras que se utiliza comúnmente en el lenguaje cotidiano, especialmente en contextos informales. Estas expresiones suelen reflejar las costumbres, la cultura y los valores de una comunidad o región, adaptándose al habla popular y siendo fácilmente entendidas por quienes forman parte de ese entorno.

Aunque cada región tiene sus propias costumbres y frases características, existen algunas expresiones que llegan a sobrepasar las barreras del idioma y el tiempo para consolidarse dentro del vocabulario universal, algunas provienen de anécdotas históricas o literarias que siguen siendo relevantes hasta la actualidad.

Una de ellas es la expresión Eureka, la cuál proviene del griego y que significa “Lo he encontrado”, esta palabra incluso ha llegado a relacionarse con un comportamiento del ser humano conocido como “momento eureka”, el cuál representa un estado de comprensión y creatividad en el cuál se es capaz de resolver algún problema que parecía imposible.

¿Qué sucede durante el “momento eureka”?

Esta reacción del cerebro puede
Esta reacción del cerebro puede venir acompaña de la liberación de dopamina, por lo que es placentera.

El estudio “Actividad neuronal cuando las personas resuelven problemas verbales con perspicacia” publicado en 2004 explica que durante el momento eureka, el cerebro experimenta una activación repentina de varias áreas relacionadas con la creatividad, la memoria y la resolución de problemas.

Este fenómeno se origina cuando el subconsciente hace conexiones entre información aparentemente inconexa acumulada previamente. La corteza temporal superior del hemisferio derecho desempeña un papel crucial, ya que es responsable de integrar y reorganizar estos datos en un aprendizaje inesperado que se traduce en una solución novedosa.

Además, en términos de actividad cerebral, estudios mediante electroencefalogramas han mostrado un aumento en las ondas gamma justo antes de que ocurra el momento eureka. Estas ondas están vinculadas al procesamiento de información compleja y a la generación de nuevas ideas. El lóbulo prefrontal medial, asociado con procesos introspectivos y creativos, también desempeña una función clave al facilitar la reorganización de pensamientos y al desencadenar el “click” mental que caracteriza este tipo de revelación.

Otro efecto importante, es que el sistema de recompensa del cerebro, vinculado a la liberación de dopamina, se activa tras el “descubrimiento”. Este aumento de dopamina genera una sensación de satisfacción y entusiasmo, reforzando emocionalmente el aprendizaje asociado al momento eureka.

“Es solo un pequeño descubrimiento que estás haciendo, pero produce el mismo tipo de características que existen en eventos de conocimiento más importantes”, mencionó Roberto Cabeza investigador de la Universidad de Duke con más de 30 años estudiando la memoria en entrevista para Muy Interesante.

La historia del primer momento Eureka

El científico estaba tan emocionado
El científico estaba tan emocionado que salió desnudo a contar su descubrimiento. (wikimedia)

Un artículo publicado en la revista National Geographic, menciona que el origen de la palabra “Eureka” está estrechamente relacionado con una anécdota del científico griego Arquímedes que vivió entre los años 287-212 a.C.

La historia cuenta que el rey Hierón II de Siracusa encargó a Arquímedes determinar si una corona de oro, elaborada por un orfebre, era de oro puro o había sido adulterada con metales menos valiosos, como plata, sin destruirla. Este desafío requería medir la densidad de la corona, una tarea compleja para la época, ya que implicaba calcular su volumen sin fundirla.

La anécdota cuenta que Arquímedes, frustrado tras días de reflexión, tuvo una epifanía mientras se bañaba. Al sumergirse en una tina, notó que el agua se desplazaba proporcionalmente al volumen de su cuerpo, lo que le llevó a formular el principio de flotación (hoy conocido como el Principio de Arquímedes): un objeto sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido desplazado.

Aplicando este principio, Arquímedes dedujo que podía comparar el volumen de la corona sumergiéndola en agua y pesándola, para luego contrastar su densidad con la del oro puro. Exaltado por su descubrimiento, salió corriendo desnudo por las calles de Siracusa gritando “Eureka!”.