¿Qué significa la alerta amarilla por las lluvias y cómo afecta a la ciudadanía?

La tarde del domingo 25 de mayo la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) de la Ciudad de México activó la alerta amarilla por las lluvias en todas las alcaldías de la capital del país.

En un comunicado en la cuenta de X la secretaría capitalina informó de la activación de la alerta y exhortó a la población de la Ciudad de México a tomar precauciones por las precipitaciones.

Este nivel de alerta, que forma parte de la Red de Alerta Temprana Meteorológica, advierte sobre fenómenos climatológicos que, aunque no son extremos, pueden generar afectaciones si se combinan con otras condiciones desfavorables.

Esta medida se aplica cuando se esperan acumulaciones de lluvia de entre 15 y 29 milímetros en un lapso de 24 horas. Un milímetro de precipitaciones equivale a un litro de agua por metro cuadrado, lo que significa que este nivel de precipitación puede ocasionar problemas como encharcamientos en vialidades, caída de ramas o árboles debilitados y afectaciones en áreas con sistemas de drenaje insuficientes.

La dependencia ha emitido una serie de recomendaciones para mitigar los posibles efectos de las lluvias. Entre las principales medidas, se aconseja evitar tirar basura en la vía pública, ya que esto puede obstruir las coladeras y agravar los problemas de encharcamiento.

También se sugiere cerrar puertas y ventanas para prevenir daños por ráfagas de viento y evitar cruzar calles o avenidas donde haya corrientes de agua, ya que estas pueden representar un peligro para peatones y vehículos.

La Red de Alerta Temprana Meteorológica ha establecido una escala de colores diseñada para clasificar los niveles de riesgo asociados a fenómenos meteorológicos, permitiendo a las autoridades y a la población adoptar medidas preventivas según la intensidad de los eventos climáticos.

Este sistema, que abarca cinco categorías, busca facilitar la comprensión del peligro potencial y fomentar una respuesta adecuada ante situaciones de emergencia.

El nivel más bajo, identificado con el color verde, indica condiciones promedio sin riesgos significativos. En este escenario no se espera que los fenómenos meteorológicos representen una amenaza. Por otro lado, la categoría amarilla señala la presencia de sucesos climáticos ligeros que, aunque no representan un peligro grave, podrían ocasionar daños menores.

El nivel naranja se utiliza para advertir sobre fenómenos cuya intensidad podría generar daños estructurales. La categoría roja indica acontecimientos atmosféricos de alta intensidad que tienen el potencial de causar daños considerables.

Finalmente, el nivel más alto de la escala, representado por el color púrpura, se reserva para eventos meteorológicos de intensidad excepcional que pueden ocasionar daños graves. Este rango implica un riesgo extremo y demanda medidas de emergencia de gran alcance para mitigar las consecuencias.