Los Chapitos: Jesús Alfredo Guzmán, el enigma detrás de su influencia en la transformación del Cártel de Sinaloa

El discreto descendiente de “El Chapo” ha jugado un papel clave en el organigrama de operaciones de Los Chapitos

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Jesús Alfredo Guzmán Salazar nunca
Jesús Alfredo Guzmán Salazar nunca ha sido capturado por autoridades mexicanas. (Infobae México | Jesús Avilés)

Jesús Alfredo Guzmán Salazar, conocido como “Alfredillo” o “El Gordo” es uno de los presuntos criminales más buscados por el gobierno de México y La Administración de Control de Drogas​ de EEUU (DEA), pues desde la captura definitiva de su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2017, pasó a ser uno de los líderes del Cártel de Sinaloa (CDS), concretamente de la facción de Los Chapitos.

Además, desde los arrestos de sus medios hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López, la DEA tiene registro de un aumento de influencia y poder de los hermanos Alfredo e Iván Guzmán Salazar quienes buscan controlar el CDS en su totalidad a través del enfrentamiento armado contra la facción de Ismael “El Mayo” Zambada García MF”, situación que ha incrementado los esfuerzos del gobierno mexicano por capturar a los capos.

A pesar de que a día de hoy se tiene muy poca información oficial de “Alfredillo”, su excolaborador Damaso López SerranoMini Lic” lo describió en una entrevista para Milenio como el más violento de “Los Chapitos”, llegando a tener un comportamiento impredecible y acelerado bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, mencionó que Guzmán Salazar ha sido clave para el crecimiento del Cártel de Sinaloa.

Alfredo, el “cerebro” de Los Chapitos

Iván y Jesús Alfredo Guzmán
Iván y Jesús Alfredo Guzmán lideran la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa. (archivo)

Alfredo Guzmán Salazar ha sido señalado como un coordinador logístico importante para la facción de Los Chapitos. Según documentos judiciales estadounidenses, específicamente del caso contra Jesús Vicente Zambada NieblaEl Vicentillo”, Guzmán Salazar organizaba envíos de grandes cantidades de cocaína y heroína hacia Estados Unidos. Por ejemplo, se le atribuye haber coordinado entregas de hasta 18 kilogramos de heroína en colaboración con distribuidores como los hermanos Flores en Chicago.

Aunque se le describe como más discreto que otros miembros, comparte responsabilidades en la dirección del cártel, incluyendo el tráfico de fentanilo, cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana. La DEA destaca su papel en la coordinación del envío de precursores químicos desde China para la producción de fentanilo.

Además, de acuerdo con reportes del servicio de inteligencia colombiana mencionan que el hijo de “El Chapo” extendió su influencia fuera de México estableciendo laboratorios con capacidad de producir aproximadamente 100 kilogramos de cocaína por semana en Medellín, donde también apoyó equipos de fútbol locales como estrategia para ganar influencia comunitaria.

La falsa captura de Jesús Alfredo Guzmán

Félix Beltrán fue confundido con
Félix Beltrán fue confundido con Alfredillo Guzmán por las autoridades mexicanas. (RODOLFO ANGULO /CUARTOSCURO)

El 21 de junio de 2012, la Secretaría de Marina (Semar) llevó a cabo un operativo en Zapopan, Jalisco, donde detuvo a un hombre identificado inicialmente como Jesús Alfredo Guzmán Salazar. La captura se presentó como un golpe significativo al Cártel de Sinaloa, ya que “Alfredillo” era considerado un operador clave de la facción liderada por su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

La entonces Procuraduría General de la República (PGR) anunció con rapidez que el detenido era “Alfredillo”, hijo de El Chapo. En una conferencia de prensa, se informó que el individuo fue arrestado con 135,000 dólares en efectivo, dos rifles, cuatro granadas, dos armas cortas e identificaciones falsas. La PGR lo presentó como un logro importante, sugiriendo que se trataba de un alto mando del cártel.

Sin embargo, horas después del comunicado, una abogada llamada Verónica González aclaró ante los medios que el detenido no era Jesús Alfredo Guzmán Salazar, sino Félix Beltrán León, un vendedor de autos usados en Jalisco sin relación con el Cártel de Sinaloa. La PGR no había verificado adecuadamente la identidad del detenido antes de hacer el anuncio público, lo que generó una controversia significativa.

A diferencia de su hermano Iván Archivaldo, o sus medios hermanos Ovidio y Joaquín, hasta el momento no se tiene registro de operativos de captura exitosos contra Alfredo Guzmán Salazar, situación que lo posicionan como uno de los capos más esquivos para las autoridades mexicanas y la DEA ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares (202 millones 900 mil pesos mexicanos) por información que puedan llevar a su captura.