
En México, más de 14 mil niñas, niños y adolescentes declararon vivir en situación de calle, según los resultados de la Consulta Infantil y Juvenil 2021. Sin embargo, esta cifra no refleja la totalidad del problema, ya que el país carece de un registro oficial que permita dimensionar con precisión la magnitud de esta realidad.
En el marco del 12 de abril, fecha destinada a reflexionar sobre las infancias en situación vulnerable, la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) hizo un llamado urgente para establecer un sistema de datos que facilite la creación de políticas públicas integrales y con enfoque de derechos humanos para atender a esta población.
De acuerdo con la REDIM, la niñez en situación de calle no es un problema aislado, sino una manifestación de la desigualdad estructural y el abandono institucional que afecta a millones de personas en el país. Actualmente, más de 46 millones de mexicanos viven en condiciones de pobreza, lo que agrava las circunstancias de vulnerabilidad de los menores que carecen de un hogar. La organización enfatizó que la falta de datos no debe ser una excusa para la inacción y exigió medidas inmediatas para garantizar los derechos de cada niña, niño y adolescente que enfrenta esta situación.

¿Quiénes son los niños en situación de calle y por qué llegan a esta condición?
Los menores en situación de calle son aquellos que viven total o parcialmente en espacios públicos, sin una vivienda estable. Algunos mantienen vínculos familiares, pero pasan la mayor parte de su tiempo en la calle, mientras que otros han perdido completamente el contacto con sus familias debido a factores como el abandono, la violencia, la muerte de sus cuidadores o el desplazamiento forzado.
Las causas que llevan a estos niños a vivir en la calle son diversas y, en muchos casos, interrelacionadas. Entre las principales se encuentran la violencia intrafamiliar, que puede ser física, sexual o psicológica; la pobreza extrema y el desempleo de los cuidadores; la desintegración familiar; el abandono o la negligencia; los problemas de adicciones en el entorno familiar; y la migración forzada o el desplazamiento por conflictos. Estas circunstancias no solo los privan de un hogar, sino que los exponen a una serie de riesgos que comprometen su bienestar y su desarrollo.
Los riesgos que enfrentan los menores en situación de calle
La vida en la calle coloca a los niños en una situación de vulnerabilidad extrema. Según la REDIM, estos menores están expuestos a múltiples peligros, entre los que destacan la explotación sexual y laboral, el consumo de drogas desde edades tempranas, la desnutrición y la falta de acceso a atención médica. Además, enfrentan violencia física, emocional y sexual, así como discriminación y estigmatización por parte de la sociedad.
Otro de los riesgos importantes es la criminalización de estos menores, quienes a menudo son percibidos como delincuentes en lugar de víctimas. Esta visión contribuye a perpetuar su exclusión y dificulta su acceso a oportunidades que les permitan salir de esta situación. Asimismo, muchos de ellos carecen de acceso a la educación formal, lo que limita sus posibilidades de desarrollo y perpetúa el ciclo de pobreza y exclusión.
Las necesidades urgentes de los niños en situación de calle
La REDIM subrayó que los menores en situación de calle no solo necesitan un techo, sino una respuesta integral que aborde todas sus necesidades. Entre las prioridades se encuentran la provisión de alimentos, ropa limpia, acceso a agua potable y atención médica. También es fundamental garantizar su protección mediante la creación de espacios seguros donde no estén expuestos a violencia ni explotación, así como el acceso a programas de apoyo psicológico y emocional.
En cuanto a las oportunidades, es esencial que estos niños puedan acceder a la educación formal y a actividades recreativas, culturales y deportivas que fomenten su desarrollo integral. En los casos en que sea posible y seguro, se deben implementar programas de reintegración familiar que les permitan recuperar el contacto con sus seres queridos y construir un entorno de apoyo.
El papel de la sociedad y las políticas públicas
La REDIM hizo un llamado a la sociedad para no criminalizar ni ignorar a los menores en situación de calle. En su lugar, instó a apoyar a organizaciones que trabajan directamente con esta población y a promover políticas públicas que atiendan sus necesidades desde un enfoque de derechos humanos. Además, destacó la importancia de sensibilizar a la población sobre esta problemática para humanizar y visibilizar las historias de estos niños.
Entre las acciones que la sociedad puede emprender se encuentran la participación en programas de voluntariado, la donación de recursos a organizaciones serias y la difusión de información sobre la situación de la niñez en calle. La REDIM enfatizó que abordar esta problemática no solo es una cuestión de justicia social, sino también una obligación ética y humana.
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