En riesgo el futuro de Casa Frida, refugio para migrantes LGBTQ+ en México: ¿Cuál es la razón?

Decenas de personas refugiadas encuentran apoyo en organizaciones solidarias mientras enfrentan amenazas y obstáculos que marcan profundamente su tránsito en la frontera sur mexicana

Guardar
Casa Frida se mantiene como
Casa Frida se mantiene como esperanza para quienes huyen de violencia y exclusión (AP Photo/ Moises Castillo)

Muchas personas migrantes se ven obligadas a huir de sus países debido a los peligros que enfrentan por su identidad de género u orientación sexual. En respuesta a esta situación, organizaciones como Casa Frida trabajan para brindarles refugio y apoyo.

No obstante, el contexto para esta organización se ha vuelto más complejo debido a los recortes en los programas de asistencia internacional impulsados por la administración del presidente Donald Trump, lo que ha afectado considerablemente los recursos destinados a estas iniciativas, según informó la agencia de noticias Associated Press (AP).

Ana Esquivel, una mujer transgénero de 50 años que escapó de Cuba, es un claro ejemplo de las adversidades que enfrentan los migrantes LGBTQ+. Esquivel llegó a México a principios de este año en busca de seguridad y una nueva oportunidad, ya que regresar a su país no era una opción viable.

En Cuba, sufrió persecución y violencia, incluyendo un año en prisión en el que fue víctima de abuso sexual. Ahora, en Tapachula, ha solicitado el estatus de refugiada mexicana con la esperanza de construir un futuro más seguro.

El impacto de las políticas migratorias y la violencia en la frontera sur

Las políticas restrictivas en la
Las políticas restrictivas en la frontera sur agravan la incertidumbre para migrantes (AP Photo/ Eduardo Verrdugo)

De acuerdo con AP, el flujo migratorio en la frontera sur de México ha disminuido desde que la administración Trump implementó medidas restrictivas para refugiados y solicitantes de asilo.

Estas políticas, junto con el cierre de la aplicación CBP One, que facilitaba el ingreso legal a Estados Unidos, han dejado a muchos migrantes en una situación de vulnerabilidad.

En Tapachula, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados no ha actualizado sus datos desde diciembre de 2024, pero los cambios son evidentes: las multitudes que antes llenaban las plazas públicas han disminuido, y los refugios han visto una reducción en el número de personas que albergan.

En un refugio católico cercano, el administrador Herber Bermúdez señaló que, mientras antes atendían hasta mil 700 migrantes simultáneamente, ahora el número ha bajado a cerca de 300.

Según Bermúdez, muchos migrantes han optado por regresar a sus países tras el cierre de la aplicación fronteriza. Sin embargo, para los migrantes LGBTQ+, esta no es una opción viable.

Casa Frida: un refugio para quienes no pueden regresar

Personas transgénero enfrentan amenazas incluso
Personas transgénero enfrentan amenazas incluso dentro de albergues por su identidad (AP Photo/ Eduardo Verdugo)

En contraste con la disminución general del flujo migratorio, las solicitudes de ayuda dirigidas a Casa Frida no han disminuido. Esta organización, que opera en tres ubicaciones en México, Ciudad de México, Tapachula y Monterrey, se dedica a apoyar a migrantes LGBTQ+ que han sido víctimas de violencia.

Según Sebastián Rodríguez, miembro del personal del refugio, las personas transgénero y no binarias son especialmente vulnerables a ataques y discriminación. Casa Frida evalúa un promedio de 80 solicitudes al mes en Tapachula, priorizando a quienes enfrentan mayores riesgos. Aunque los recursos son limitados, el refugio logra incorporar a unas 70 personas nuevas mensualmente y puede albergar hasta 200 migrantes LGBTQ+ al mismo tiempo.

Además de ofrecer techo y alimentación, la organización brinda orientación legal, apoyo psicológico y ayuda para encontrar empleos en entornos inclusivos. Rodríguez explicó que muchas mujeres transgénero se ven obligadas a vestirse como hombres para evitar ser blanco de burlas o ataques. Incluso dentro de los refugios, enfrentan desafíos, ya que suelen ser asignadas a dormitorios masculinos. Si intentan alquilar una habitación por su cuenta, enfrentan hostilidad o tarifas desorbitadas por parte de los propietarios.

Recortes presupuestarios y desafíos operativos

Rachel Pérez, mujer transgénero de
Rachel Pérez, mujer transgénero de 50 años, solicitó asilo en México. EN la imagen se muestra a la mujer sentada en su casa en Tapachula, Chiapas, México (AP Photo/ Moisés Castillo)

El trabajo de Casa Frida se ha visto amenazado por los recortes en los fondos de asistencia extranjera. Según Mariana de la Cruz, directora de operaciones de la organización, el 60 % de su presupuesto desapareció tras las órdenes de la administración Trump en enero.

Esto ha obligado al equipo a buscar alternativas de sostenibilidad, incluyendo campañas de financiación y reuniones con líderes locales e internacionales.

De la Cruz destacó que Casa Frida forma parte de una red de 13 organizaciones en 10 países de América Latina y el Caribe, de las cuales al menos la mitad han sido afectadas por los recortes. Aunque el equipo trabaja para mantener sus operaciones, la incertidumbre sobre el futuro persiste.

A pesar de los desafíos, Casa Frida ha sido un refugio crucial para personas como Manuel Jiménez, un joven de 21 años que llegó a la sede de la Ciudad de México en febrero tras huir del acoso de sus familiares.

Jiménez intentó llegar a Estados Unidos en noviembre de 2024, pero fue detenido y deportado. En su ciudad natal, enfrentaba amenazas constantes, por lo que buscó ayuda en Casa Frida. Ahora trabaja en un restaurante cercano y espera ahorrar lo suficiente para encontrar una vivienda propia.

En Tapachula, Ana Esquivel también mantiene la esperanza. Inspirada por el apoyo recibido en Casa Frida, sueña con estudiar, conseguir un empleo y establecerse en México. Según explicó, el refugio no solo le ha brindado un lugar seguro, sino también la posibilidad de imaginar un futuro mejor.

Otra migrante, Rachel Pérez, de 51 años, compartió una experiencia similar. También huyó de Cuba tras enfrentar discriminación y persecución.

En su país, fue acusada de prostitución simplemente por caminar sola de noche, lo que la llevó a ser detenida y encarcelada. Ahora, en México, busca reconstruir su vida lejos de la violencia que marcó su pasado.