Cómo era físicamente Hernán Cortés, según las crónicas de la época de la Conquista

El pasado viernes, una mujer descendiente de Cortés donó un retrato del conquistador para quedar bajo el resguardo del INAH

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Hernán Cortés quería mandó edificar
Hernán Cortés quería mandó edificar una iglesia en Tlatelolco por ser uno de sus lugares favoritos Imagen: Wikimedia

Tatiana Nicoletta Pignatelli Aragona Cortés, una mujer descendiente de Hernán Cortés, donó un retrato de conquistador español para quedar bajo el resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Tatiana Nicoletta donó dicha obra al consulado general de México en San Francisco, Estados Unidos.

La mujer dio el retrato para su análisis, cuidado, conservación y difusión.

La pintura es un óleo sobre tela que formaba parte de la colección privada de la familia de Cortés, en la que se le ve de perfil con media armadura, un testimonio de la época virreinal.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó, por medio de un comunicado que “constituye un ejemplo de las buenas prácticas internacionales para contribuir a la conservación de los elementos históricos mexicanos y de la concientización de las y los ciudadanos sobre la importancia de preservar la identidad cultural de nuestra nación”.

Hernán Cortés (Ilustración: Steve Allen)
Hernán Cortés (Ilustración: Steve Allen)

¿Cómo era Hernán Cortés físicamente, según las crónicas de la época?

En los retratos que existen de Cortés, se observa que era un hombre de cabello largo, con barba y de complexión delgada. Sin embargo, hay escritos de cronistas de la época que describen cómo era físicamente el conquistados español.

El cronista López de Gómora, especialista en el relato de la Conquista de México, describe a Cortés como una persona “de de buena estatura, rehecho y de gran pecho; el color ceniciento, la barba clara, el cabello largo. Tenía gran fuerza, mucho ánimo, destreza en las armas”… muy dado a mujeres, y diose siempre”.

Por su parte, Bernal Díaz del Castillo, historiador y soldado que luchó junto a Cortés durante la Conquista, dijo que “fue de buena estatura v cuerpo, y bien proporcionado y membrudo, y la color de la cara tiraba algo a cenicienta, e no muy alegre; y si tuviera el rostro más largo, mejor le pareciera; los ojos en el mirar amorosos, y por otra graves; las barbas tenía algo prietas y pocas y rasas, y el cabello que en aquel tiempo se usaba era de la misma manera que las barbas, y tenía el pecho alto y la espalda de buena manera, y era cenceño y de poca barriga y algo estevado , y las piernas y muslos bien sacados. Ni enano, ni cascorvo, ni deforme.”

Por su parte, Francisco Cervantes de Salazar, historiador humanista y canónigo de la catedral de México, en su Historia de la Nueva España, la calidad y temple de ella, la propiedad y naturaleza de los indios, escribió que Cortés que era “de buen rostro”.