‘Morir y existir’: el narcocorrido de Gerardo Ortiz que expone una traición a ‘Nacho’ Coronel

Nacho Coronel Villarreal fue operador de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien desde Guadalajara se encargaba del traslado de droga, así como la repartición y venta de esta en la entidad jalisciense, por lo que desde hace más de 20 años estaba en el radar de las autoridades.

Su deceso en el año 2010, y que se fue peleando, fue lo que inspiró al cantante del regional mexicano Gerardo Ortiz para crear el tema ‘Morir y existir’, al resultar extraño el conocer quién fue el que le hizo el encargo debido a que salió a un año de su muerte.

“Detonaciones de artefactos, explosivos, que anuncian una guerra hacia el señor, iban punteando con la muerte, operativos de guerra, se acercaba un pelotón, de parte del capo Sinaloense, Nacho Coronel, también el jefe, no sabe si la muerte se inventó”, inicia el tema de Gerardo Ortiz.

Fue en la operación ‘Atala’, donde trabajaron en coordinación elementos de la Marina Armada de México, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la extinta Policía Federal para detener a Nacho, quien intentó huir por la azotea de su domicilio, pero fue alcanzado por las balas.

“Autoridades y enemigos, son las plagas que atacan, nuestra corporación, soy coronel y soy amigo, y si publican que no existo, ya me hicieron un favor, saben que soy 100% Chapo, de los grades capos de Durango, sin prisa la noticia no fui yo”, continúa el narcocorrido grabado en 2011.

En el narcocorrido se explica una teoría en la que se especula que su muerte se registró debido a una traición de un colaborador, debido a que su organización iba en ascenso, aunque todo se ha mantenido en especulación sin que se logre confirmar algún dato a más de 13 años.

“Ahora si sintieron contrapeso, mi comunidad está en asenso, peleamos por la plaza, peleamos por mi casa, las cuentas no se arreglan con traición, soy don Nacho soy el Capo, soy el coronel”, finaliza el tema de Gerardo Ortiz.

Coronel Villarreal, dejó de existir a los 56 años de edad, luego de que fuera abatido por el Ejército Mexicano en el municipio de Zapopan, Jalisco, tras operativo para lograr su captura, pero al resistirse terminó con la vida de un uniformado y a otro lo dejó lesionado.

Durante sus años en activo fue considerado como el principal operador financiero del Cártel de Sinaloa y el responsable del trasiego de droga en Guadalajara, Estados Unidos y Centroamérica.