Abuela con demencia mantiene un vínculo especial con el perro de su nieta, a pesar de no recordarla: “Me llena de alegría y me destroza a la vez”

El testimonio viral ha conmovido a miles de usuarios en redes sociales

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La presencia del Cocker Spaniel
La presencia del Cocker Spaniel se volvió fundamental para una mujer mayor que, pese a su condición, responde positivamente al animal. (TikTok: @kleopatra.szabo)

La demencia es una condición que afecta a millones de personas en el mundo y cambia radicalmente la vida de quienes la padecen, así como la de sus familias. Aunque muchas veces se asocia con el olvido y la pérdida de identidad, casos como el que se volvió viral recientemente en TikTok muestran cómo algunos vínculos emocionales, incluso con animales, pueden mantenerse vivos, aún cuando la memoria se desvanece.

El emotivo testimonio publicado por la usuaria @kleopatra.szabo en dicha red social, conmovió a miles de personas al compartir en un video la experiencia que vive con su abuela, quien sufre demencia.

“Mi abuela no me recuerda, aunque me conoce desde hace 21 años. De alguna manera, sí recuerda a mi perro, al que conoció hace sólo tres años cuando nos mudamos del extranjero”, relató.

“Tan precioso y a la vez tan doloroso. No habla con nosotros, pero le habla a mi perro y eso me llena el corazón de alegría y me destroza al mismo tiempo”, continuó en la publicación de @leah_stankus, donde redactó su caso.

El comentario recibió mil 459 reacciones en la red social, donde otras personas compartieron experiencias similares. Al respecto, una usuaria respondió: “Mi abuela encontró mucha alegría con mi cachorro cuando tenía demencia. Me alegra que tu perro pueda ayudar de alguna manera”.

El vínculo emocional que sobrevive al olvido

El perro ayuda a la
El perro ayuda a la familia a estimular a la abuela, incluso en actividades cotidianas como la alimentación. (TikTok: @kleopatra.szabo)

La relación entre la joven y Biscuit, un Cocker Spaniel americano, es estrecha y conmovedora. En un video publicado en su cuenta personal, cuenta que el cánido llegó a su vida cuando ella tenía 11 años y se han acompañado mutuamente durante las etapas más importantes de su vida.

“A los 18 nos mudamos a vivir juntos y ahora cumplo 22. Él ha estado conmigo en cada momento. Ha visto cada desamor y cada triunfo. Ha sido mi mejor amigo en todo momento”, escribe.

Para la abuela, que nunca fue aficionada a los canes, Biscuit se ha convertido en una presencia fundamental. La nieta explica que incluso logran que la mujer se alimente usando al lomito como motivación.

“Últimamente la única manera de que coma es diciéndole que mi perro tendrá que comerlo si no lo hace y que le dolería la barriga”, comparte.

Pero la adulta mayor no es el único miembro de la familia que encuentra en Biscuit un refugio: “Curiosamente (o tristemente, según se mire), una de mis primas tuvo un bebé humano y ahora está más apegada a mi perro que al recién nacido”, compartió la usuaria.

Este tipo de testimonios reflejan el poderoso rol que pueden jugar los animales en la vida de las personas con demencia, no solo como compañía sino también como puente emocional hacia sus seres queridos.

Animales de compañía y demencia

La conexión entre personas de
La conexión entre personas de la tercera edad y sus mascotas es conmovedora. (Imagen ilustrativa Infobae)

La comunidad médica y científica reconoce cada vez más los beneficios que los animales de compañía, especialmente los perros, pueden brindar a pacientes con demencia. De acuerdo con la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y Alteraciones semejantes de la República Argentina, “la gran mayoría de las personas les hablan a sus animales y lo hacen de una forma diferente a cuando hablan con otro ser humano”.

La interacción con animales produce en las personas con demencia una sensación de calma y reduce la presión social que muchas veces sienten en interacciones humanas. Según algunos estudios citados por la Asociación, los perros pueden funcionar como “catalizadores sociales” en pacientes con enfermedad de Alzheimer, actuando como un puente entre el paciente y su entorno familiar.

Sumado a ello, entre los beneficios observados, se encuentra:

  • Disminución de la agitación y la ansiedad
  • Aumento en la interacción social y verbalizaciones
  • Reducción del mal humor y la agresividad
  • Un efecto relajante general

Además, la presencia de una mascota en el entorno cotidiano del adulto mayor puede ayudar a sostener rutinas, mejorar el estado de ánimo y, en algunos casos, ser una motivación concreta para realizar actividades cotidianas como comer o caminar.