La emotiva historia de Grutu, la cerdita que escapó del matadero por su ternura al jugar con la nieve

El video de un puerco asomado en una ventana nevada se volvió viral; gracias a las imágenes virales fue rescatada por activistas en Georgia y ahora vive con 18 perros

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Grutu, la cerdita, se volvió viral tras un video donde disfrutaba tranquilamente de la nieve en un edificio deteriorado de Georgia. Crédito: —(X, @Protect_Wldlife)

Desde una ventana rota y oxidada, en medio de un edificio abandonado cubierto de nieve, la silueta de un puerco observaba con atención el mundo exterior. Con las patas delanteras apoyadas sobre el borde, el animal parecía maravillarse con la caída de los copos blancos, como si estuviera contemplando la nieve por primera vez. La escena fue captada por una cámara y, en cuestión de horas, se convirtió en un fenómeno viral.

Quienes vieron el video no tardaron en reaccionar. Algunos lo describieron como una postal invernal sacada de un cuento infantil; otros, como una imagen profundamente conmovedora que decía más de lo que mostraba. Lo cierto es que aquel gesto del cerdo provocó una ola de emociones que traspasó fronteras y despertó la empatía de miles de personas.

Detrás de aquella imagen había una historia mucho más compleja y urgente; pues si bien se trataba de un momento enternecedor, escondía una realidad sobre un animal en situación de abandono y con un destino incierto. Sin embargo, el poder de una escena tan genuina fue suficiente para movilizar a las personas y cambiar una vida para siempre.

La cerdita que miró la nieve y conmovió al mundo

Los amantes de los animales
Los amantes de los animales no estaban dispuestos a dejar que la fama de Internet se convirtiera en una historia trágica, así que recaudaron 600 dólares para comprar la libertad de Grutu. —(X, @Protect_Wldlife)

A mediados de abril en Bakuriani, una localidad montañosa de Georgia conocida por sus paisajes nevados y su clima frío. En ese entorno, un video compartido en redes sociales captó a una cerdita asomada por la ventana de un edificio en ruinas. A pesar de estar cubierta de lodo y claramente descuidada, la expresión de su rostro mezclaba curiosidad y asombro, lo que fue suficiente para cautivar a los usuarios de redes sociales.

En las imágenes, el puerco parece contemplar la nieve con una expresión de calma en sus ojos. Estiró el hocico para atrapar copos, parpadeaba lentamente al sentirlos caer sobre su cara y permanecía inmóvil, como hipnotizada. Este animal se encontraba en lo que parecía una estructura deteriorada con paredes agrietadas y ventanas sin vidrio.

Luego de que la escena se hiciera viral en el internet, un grupo de activistas locales intervinieron y supieron que la cerdita —quien más tarde sería bautizada como Grutu— vivía en el abandono y que estaba marcada para el matadero. Conmovidos por su ternura y decididos a ofrecerle una oportunidad distinta, comenzaron una campaña urgente para reunir fondos y salvarla; en solo cuestión de días lograron recaudar alrededor de 600 dólares, el monto necesario para comprar su libertad.

Los activistas gestionaron su rescate y organizaron el traslado de Grutu a Tbilisi, la capital de Georgia, donde un cuidador con experiencia se ofreció a recibirla. En cuanto bajó del transporte, este cerdo hembra dio sus primeros pasos en un ambiente seguro. En su nuevo hogar, ella encontró una familia inusual con la que compartiría el espacio. El nuevo padre humano de Grutu tiene 18 perros rescatados que ahora conviven diariamente con este puerco. Ahora, los 19 animales juegan, reciben amor y duermen juntos.

Inteligencia y emociones, la gran capacidad de los cerdos

Grutu, como cualquier otro cerdo,
Grutu, como cualquier otro cerdo, no es solo un animal adorable; también es un ser consciente, curioso y capaz de formar vínculos afectivos profundos.—(X, @Protect_Wldlife)

Más allá de su imagen tradicional en granjas, los cerdos son animales extraordinariamente inteligentes, sensibles y sociales. Diversas investigaciones científicas muestran que estos mamíferos poseen habilidades cognitivas avanzadas, comparables —e incluso superiores— a las de perros, gatos, chimpancés y delfines.

De hecho, según un artículo de Igualdad Animal, los cerdos pueden reconocerse a sí mismos en un espejo, una capacidad que evidencia autoconciencia y que, hasta hace poco, solo se observó en primates, delfines y elefantes. Esta habilidad implica un nivel de percepción del yo que muchos animales no desarrollan nunca. Además, tienen una memoria a largo plazo tan precisa que les permite recordar soluciones a problemas por meses y adaptarse rápidamente a cambios en su entorno.

Pero su inteligencia no es solo racional, ya que también poseen un fuerte componente emocional. Son capaces de experimentar miedo, estrés, alegría y dolor, y muestran empatía hacia otros miembros de su grupo. Las cerdas, por ejemplo, son extremadamente protectoras con sus crías, y los cerdos en general forman vínculos de afinidad, resuelven conflictos sociales y se comunican a través de más de 30 sonidos distintos con significados específicos.

La historia de Grutu cobra así una dimensión más profunda: no se trata únicamente de haber salvado una vida, sino de haberle permitido a un ser altamente consciente y emocional disfrutar la libertad, el afecto y la seguridad que merece. Su caso replantea cómo percibimos a los cerdos y qué tanto valoramos sus capacidades, no solo desde lo biológico, sino desde una ética del reconocimiento y la compasión.