
En un nuevo informe Global Education Monitoring (GEM, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) titulado “Mujeres liderando por el aprendizaje” de mayo de 2024 se observa un techo de cristal internacional con respecto al acceso de mujeres a puestos directivos.
Un hecho que no deja de asombrar cuando la mayoría de los docentes a nivel mundial son mujeres y además está demostrado empíricamente “cómo las mujeres líderes en educación a menudo tienen un impacto positivo en la inclusión, abordando desafíos que afectan desproporcionadamente a las niñas”.
Además el género también marca una diferencia en la toma de decisiones, ya que según el informe las líderes educativas mujeres suelen tener mayores iniciativas de cultura colaborativa en las escuelas.
Una realidad internacional con diferencias y similitudes

A partir de un análisis global, la Unesco ofreció un mapa de la desigualdad en el liderazgo. “Mientras que el 81% de los directores en los centros de cuidado y preescolares eran mujeres en países seleccionados de la OCDE[Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos], las mujeres representaban solo el 16% de los directores de escuelas primarias en el África francófona”, destaca el informe.
Por otro lado, en 70 países de ingresos medios altos y altos, existe una brecha de género de 20 puntos en el liderazgo de las escuelas secundarias, siendo que el 57% del plantel docente está compuesto por mujeres.
A nivel mundial en la educación superior, el 45 % del plantel educador corresponde a mujeres, pero solo el 30% alcanza puestos de liderazgo.
A su vez, a partir de datos que surgen de las diversas realidades de las regiones del África subsahariana y el sur de Asia; como así también de los países de Australia, Chile, Qatar y Estados Unidos permiten observar que las mujeres suelen enfrentarse a mayores obstáculos para alcanzar puestos directivos y suelen tener que “demostrar su valor como docentes durante más tiempo que los hombres”.
No solo en las escuelas
A la hora de tomar decisiones, el techo de cristal también impacta en el área de gobierno donde se observa que en cuanto a ministros de educación y educación superior “solo el 27% eran mujeres entre 2010 y 2023, y que las ministras tuvieron mandatos más largos que los ministros masculinos en promedio por unos 4 meses”.
La Subdirectora General de Educación de la Unesco, Stefania Giannini reflexionó: “Aunque la mayor parte del personal docente son mujeres, estas enfrentan desafíos para ascender a mejores posiciones de liderazgo en la educación, al igual que ocurre con otras profesiones. Esto debe cambiar. No se puede ser lo que no se puede ver: más mujeres en el liderazgo educativo ayudarían a detener los estereotipos de género e inspirarían a las niñas a ir más allá, creando un ciclo virtuoso de beneficios para la sociedad en general”.
También el informe destaca que las mujeres involucradas en políticas y gestión pública suelen priorizar temas vinculados a la educación, y destaca que durante la pandemia del COVID-19 fue clave el accionar de las mujeres en el manejo efectivo del cierre de escuelas y continuidad del aprendizaje.
A esto se suma que “en 19 países de altos ingresos, un aumento de un punto en la representación femenina en las cámaras bajas del parlamento se asocia con un aumento de 0.04 puntos en el gasto en educación como porcentaje del PIB”.
Potencialidades

Según destacó la Unesco, las mujeres en educación suelen obtener menores oportunidades de acceso a mentorías o entrenamiento en capacidades de liderazgo, gestión y toma de decisiones.
Paralelamente cuando se analiza la visión del liderazgo femenino, en diversos contextos internacionales, “se asocia con un mayor compromiso comunitario, un mayor énfasis en políticas inclusivas que abordan las barreras para las niñas (como la violencia de género y la salud menstrual), y la promoción de culturas escolares colaborativas”.
“Los datos de 44 países de ingresos medios altos y altos muestran que las mujeres directoras dedican más tiempo que sus pares masculinos al currículo, la enseñanza y las interacciones con padres y estudiantes”, resalta el informe GEM.
Y agrega: “En los países de bajos ingresos, cuando las mujeres dirigen escuelas, se ha encontrado que los resultados de aprendizaje mejoran. También se ha descubierto que las escuelas dirigidas por mujeres mejoran los resultados de aprendizaje en el equivalente a un año adicional de escolarización en algunos países del África francófona, y hasta en 6 meses en algunos países del sudeste asiático”.
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