Una familia de gorilas toca y acicala a un fotógrafo de vida salvaje; “Me siento como uno del grupo”

El fotógrafo de vida silvestre John J. King vivió un momento inusual con gorilas salvajes de montaña que habitan en la selva de Uganda

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Los accesos al Parque ecoturistico de Uganda son limitados, cuestan 600 dólares por día y no hay una garantía para avistar gorilas. De encontrarlos, se debe mantener una distancia de siete metros lejos de ellos. —(YouTube, Aleutiandream)

La observación de la vida salvaje es una experiencia privilegiada que permite a los seres humanos acercarse a la majestuosidad del mundo natural. Desde los safaris en África hasta las expediciones árticas, cada avistamiento representa un momento único. Estos encuentros, realizados en su mayoría por expertos del mundo animal y documentalistas, permiten aprender de las especies sin alterar su comportamiento ni su hábitat.

Sin embargo, hay ocasiones en que la frontera entre lo humano y lo salvaje se difumina de manera insólita. Aunque los especialistas recomiendan mantener distancia y no interferir con los animales, existen momentos que desafían las reglas, los protocolos y hasta la lógica de lo esperado. En estos episodios, los animales observan con curiosidad la presencia humana, la reconocen y la incorporan aunque sea por instantes a su propio universo.

Uno de estos casos excepcionales ocurrió en los bosques del suroeste de Uganda, donde un grupo de gorilas salvajes de montaña interactuó espontáneamente con un ser humano, incluso acicalándolo. El encuentro quedó grabado en video y dejó atónito tanto al explorador como a millones de espectadores en todo el mundo.

“Ahora soy parte del grupo”

John permaneció sentado junto al
John permaneció sentado junto al grupo de gorilas; los jóvenes primates lo tocaron y inspeccionaron entre su cabello, probablemente buscando parásitos para limpiarlo. — (Captura de pantalla/ YouTube, aleutiandream)

La escena ocurrió en 2011, en las inmediaciones del Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, una reserva natural reconocida como Patrimonio de la Humanidad y hogar de cerca de la mitad de los gorilas de montaña que aún habitan el planeta. El video, que se encuentra en YouTube bajo el título de “Tocado por un gorila salvaje de montaña: el original, es parte del trabajo de John J. King II, fotógrafo de vida silvestre, quien formaba parte de una expedición liderada por el guía Jonathan Roussow. Ambos contaban con permisos oficiales para rastrear y observar a los gorilas en su entorno natural.

Durante el tercer día de su estadía, luego de seguir a los grupos Habinyanja y Rushegura en jornadas anteriores, el equipo despertó con una sorpresa difícil de concebir: los gorilas del grupo Rushegura, aparentemente, los habían seguido hasta el campamento y se encontraban a escasos metros de sus tiendas. La familia, conformada por varios ejemplares adultos y crías, se aproximó sin reservas hacia donde John se encontraba sentado. Lo tocaron, inspeccionaron su cabello y hasta lo “acicalaron”, como si fuese uno de los suyos.

En la grabación se observa cómo se acercan primero los pequeños primates mientras los vigila el gorila lomo plateado a menos de un metro de distancia del fotógrafo. Luego de ver que su manada no corría peligro, el “padre” del grupo se sentó directamente detrás de John, sin mostrar signos de amenaza ni incomodidad.

El macho lomo plateado se
El macho lomo plateado se colocó detrás del fotógrafo para observar cómo los bebés gorilas interactuaban con él. — (Captura de video/YouTube, )

“Quédate quieto, no los mires directamente”, se escucha decir a Jonathan, el compañero que grabó el momento. “Está bien, estoy bien… es increíble”, respondía John en voz baja, tratando de contener la emoción. Uno de los jóvenes gorilas incluso le lamió el rostro, una acción que denotó curiosidad y confianza. Durante toda la interacción, John mantuvo una postura sumisa y respetuosa, siguiendo las indicaciones aprendidas para no representar una amenaza.

Varios de los gorilas bebés se acercaron a él, se posaron a sus espaldas, espurgaron su cabeza y lo olfatearon. Acto seguido, la madre de la manada se acercó, le dio un vistazo al hombre y también se colocó detrás de él. La interacción duró alrededor de cinco minutos; luego, los gorilas se levantaron y se alejaron del lugar dirigidos por el macho lomo plateado.

En aquel momento, el video se compartió millones de veces en redes sociales y medios internacionales, destacando tanto la belleza del momento. Las imágenes captaron la atención no solo del público general, sino también de especialistas en primatología, quienes calificaron la escena como “altamente inusual” y “emocionalmente poderosa”. En enero de 2012, John informó en su blog que el video ya contaba con cuatro millones de reproducciones en YouTube. Ahora, el video de hace 13 años acumula más de 33 millones de visualizaciones.

Conservación y ecoturismo: un equilibrio delicado

Un gorila de montaña de
Un gorila de montaña de la familia Bitukura, en peligro de extinción, es visto dentro de un bosque en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, en Uganda. —(REUTERS/Thomas Mukoya)

El Parque Nacional Impenetrable de Bwindi es uno de los últimos refugios naturales para los gorilas de montaña, una subespecie críticamente amenazada por la pérdida de hábitat, la caza furtiva y la transmisión de enfermedades humanas. Desde hace décadas, Uganda impulsa un modelo de conservación basado en el ecoturismo regulado, permitiendo a visitantes observar a estos primates mediante un sistema de permisos diarios limitados y costosos, cuyo objetivo es financiar la protección del área y beneficiar a las comunidades locales.

Este modelo permite habituar a ciertos grupos de gorilas a la presencia humana, lo cual facilita su observación y estudio. No obstante, esta habituación no está exenta de riesgos. La doctora Michele Goldsmith, experta en primates con más de dos décadas de trabajo en el campo, advierte sobre los peligros de una sobreexposición a los humanos.

Después de que se expusiera el video de John King, la especialista expresó sus preocupaciones sobre la posibilidad de que los gorilas pierdan el miedo natural a los humanos, lo cual podría facilitar la acción de cazadores furtivos o la propagación de enfermedades respiratorias.

Por ello, Goldsmith propone una visión ética y sostenible del ecoturismo, en la cual los animales sean valorados no solo por su atractivo económico o turístico, sino por su papel insustituible en los ecosistemas y su derecho a vivir libres de interferencias indebidas. En su charla TEDx, utilizó imágenes del video de John King para ilustrar la complejidad de estas relaciones, reconociendo tanto la belleza como la ambivalencia de tales encuentros.

La reacción de King fue de apertura y reflexión. En su blog, compartió las imágenes y transmitió el mensaje de la doctora Goldsmith, subrayando la importancia de mantener un debate honesto sobre los límites entre la conservación y el espectáculo. “Aunque sus puntos de vista son críticos respecto al ecoturismo que apoyamos, sentimos que es vital compartir su mensaje”, escribió King.