
Muchas contribuciones de los afrodescendientes a la ciencia permanecen ocultas en la historia. John Edmonstone fue una de las personas afrodescendientes que generó un gran aporte al ámbito. Se trataba de un ex esclavo negro de Guyana que vivía en Edimburgo cuando conoció a Charles Darwin y le enseñó la taxidermia. Este conocimiento fue fundamental para que Darwin preservara los especímenes que recolectó durante su viaje de cinco años a bordo del HMS Beagle.
En El origen del hombre (1871), segundo libro sobre la teoría de la evolución, Charles Darwin señala que, si bien las razas humanas difieren en algunos aspectos, en su conjunto “se parecen en alto grado física y de una manera igual, mentalmente”. El autor escribió: “Durante mi estancia entre los indígenas de la Tierra de Fuego, a bordo del Beagle, me llamó la atención profundamente observar un gran número de rasgos característicos que evidenciaban cuán parecida era su inteligencia a la nuestra; lo mismo me ocurrió con un negro de pura sangre con quien una vez fui cercano”.
Si bien hacía referencia a John Edmonstone, Darwin no lo nombraba de forma directa. En sus notas autobiográficas redactadas al final de su vida, el naturalista señaló: “Por cierto, un negro vivía en Edimburgo, que había viajado con Waterton, y se ganaba la vida disecando pájaros, lo que hacía excelentemente: me daba lecciones a cambio de un pago, y solía sentarme con él a menudo, porque era un hombre muy agradable e inteligente”. Sin embargo, sí nombraba a otro naturalista: Charles Waterton, nombre que permitiría a la historia reconstruir datos sobre Edmonstone.

Waterton, el maestro de John Edmonstone
Según precisó la BBC, la notoriedad de Waterton se consolidó cuando llevó el curare, un extracto vegetal con propiedades paralizantes, desde el continente americano hasta Europa. Más adelante, esta sustancia cobró relevancia al utilizarse como anestésico en intervenciones quirúrgicas.
Waterton plasmó sus experiencias en el libro Andanzas por Sudamérica, el noroeste de Estados Unidos y las Antillas, publicado en 1825. En uno de sus viajes, comenzó a estudiar y recolectar especímenes de la jungla. Eran tantos los pájaros exóticos que deseaba conservar que buscó ayuda. Escribió: “Fue en esta colina en los días anteriores donde traté por primera vez de enseñarle a John, el esclavo negro de mi amigo el señor Edmonstone, la forma correcta de hacer pájaros. Pero John tenía pocas habilidades y requirió mucho tiempo y paciencia para inculcarle algo. Algunos años después, su amo lo llevó a Escocia, donde, al quedar libre, John lo dejó y se empleó en el museo de Glasgow y luego en el de Edimburgo”.

Quién fue John Edmonstone
La historia determinó, a partir de esa obra, que John Edmonstone fue quien enseñó a Darwin. Si bien se sabe poco de su vida, el Museo de Historia Natural de Londres reveló que nació en Guyana en 1790. Fue esclavizado en una plantación maderera en Demerara, propiedad del escocés Charles Edmonstone. De ahí surge su apellido. Su nombre de nacimiento se desconoce.
En 1817, Charles Edmonstone partió hacia Escocia. John se sumó al viaje. No hay certeza sobre si ya era libre, pero al pisar suelo escocés habría accedido a la libertad, ya que desde 1778 la esclavitud estaba prohibida en ese territorio.
Primero vivió en Glasgow. Hacia 1824 se encontraba en Edimburgo, donde trabajó en el museo zoológico de la Universidad y vivía en el número 37 de Lothian Street. En 1825, Darwin llegó a la ciudad para estudiar medicina. Su casa estaba cerca, en el número 11 de la misma calle. Lo contrató como tutor privado para aprender taxidermia. En una carta a su hermana escribió que era una opción barata.
Durante dos meses, Edmonstone dio clases diarias y posiblemente compartió con Darwin conocimientos sobre la fauna sudamericana. No se sabe dónde ni cuándo murió. Tampoco dónde fue enterrado. Pero su aporte quedó vivo en la historia.
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