Si bien muchos miembros de esta generación consideran que llegar 10 minutos tarde sigue siendo “a tiempo”, personas exitosas como Selena Gomez, quien se esfuerza por llegar 30 minutos antes al trabajo o a las reuniones, ofrecen un camino diferente y explican que llegar temprano tiene su propio conjunto de ventajas.
Al hablar sobre la grabación de su programa Only Murders in the Building, protagonizado por Gomez y los iconos de la comedia Steve Martin y Martin Short, la actriz y fundadora, cuyo patrimonio neto alcanzó los mil millones de dólares en 2024, compartió una de sus mejores herramientas para mantenerse profesional: llegar temprano. Gomez está acostumbrada a anticiparse tanto que, en ocasiones, sus compañeros debían engañarla para que no llegara demasiado antes.
“Mi papá solía decir: ‘Si llegas a tiempo, ya llegas tarde’. Eso significa que llego a los lugares 30 minutos antes, o mi equipo ha tenido que engañarme por llegar tan temprano, pero me gusta estar preparada, saludar y no tener prisa”, dijo la actriz en un episodio reciente de Good Hang con Amy Poehler.
“Cuando empecé a trabajar con Steve Martin y Marty Short, realmente tomaron la iniciativa; marcaron la pauta en todo”, sostuvo Gomez. “Son muy profesionales y llevan mucho tiempo haciendo esto. A veces me sentía cansada en el set, y ellos no, y pensaba: ‘¡Wow! Vale, yo también puedo hacerlo’”.
“No creo que la gente se dé cuenta de que en nuestra industria, como en la mayoría de los trabajos, te metes en problemas si llegas tarde o te despiden”, señaló Poehler.
Poehler tiene razón: uno de cada seis empleadores duda en contratar a recién graduados universitarios, y más de una quinta parte de los responsables de contratación considera que estos jóvenes a menudo no pueden gestionar la carga de trabajo esperada. Aproximadamente el 20% admite llegar tarde al trabajo, según una encuesta de Intelligent.com.
Ser puntual no solo evita que Gomez ingrese en un entorno de presión y un trabajo apresurado, sino que también es una señal de respeto hacia sus compañeros.

“La verdad es que me pondría a llorar, solo porque me estresa”, confesó. “Si hiciera esperar al equipo aunque fuera 30 minutos, me sentiría como un cachorrito con el rabo entre las piernas todo el día. Es simplemente… irrespetuoso. No todo el mundo se siente así, pero ¿a mí? Eso arruinaría mi ambiente”.
La puntualidad no solo podría costarle a los trabajadores su reputación, sino también miles de millones a la economía. El personal que llega tarde al trabajo le cuesta a la economía más de USD 11.000 millones al año, según un análisis de una encuesta de El Independiente.
El consejo de Gomez sobre ser puntual podría ser una lección para la Generación Z
Tal vez la mentalidad de Gomez sea una de la que los jóvenes podrían beneficiarse, especialmente ahora que los lugares de trabajo comienzan a enfatizar la responsabilidad, la gestión del tiempo y el regreso a la oficina.
Muchos jóvenes aún creen que llegar 10 minutos tarde equivale a “puntualidad”, algo que contrasta con la perspectiva de los baby boomers, quienes ven la tardanza como una señal de falta de profesionalismo o respeto.
La generación de los “zoomers” se incorporó al mercado laboral en la época del teletrabajo, donde la flexibilidad dominaba en casa. Además de la impuntualidad, se ha observado que no siempre cumplen sus tareas y acostumbran a llegar tarde. En promedio, los trabajadores de la Generación Z incumplen casi una cuarta parte de sus plazos cada semana, frente al 6% de los baby boomers y al 10% de la Generación X, según un estudio del MIT.
Un aspecto positivo: parte de la tardanza se asocia a la gestión del tiempo, que suele mejorar a medida que uno envejece.
(c) 2025, Fortune
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