Tras un siglo de ausencia, los flamencos americanos vuelven a poblar los humedales de Florida

Un fenómeno impulsado por la restauración ecológica, los cambios migratorios y sucesos climáticos recientes lleva esperanza a biólogos y conservacionistas por la recuperación de una especie emblemática de Estados Unidos

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Los flamencos vuelven a establecerse en Florida después de 100 años

Tras cien años sin presencia estable, los flamencos americanos vuelven a ser avistados en los humedales de Florida, marcando un fenómeno biológico que despierta el interés de la comunidad científica y ambiental. Este retorno no es casualidad, sino el resultado de procesos históricos, reveses ecológicos y un notable esfuerzo de restauración en los ecosistemas clave del estado.

Según un artículo reciente publicado en The Conversation, la cadena de eventos más reciente que impulsó la llegada de estos vistosos animales se inició con el paso del huracán Idalia en agosto de 2023. En esa ocasión, una bandada de entre 300 y 400 flamencos, en probable migración entre la península de Yucatán y Cuba, fue desviada y dispersada a lo largo del este de Estados Unidos, desde Florida hasta lugares tan septentrionales como Wisconsin y Pensilvania.

En la zona de Tampa, uno de estos flamencos, posteriormente llamado Peaches, fue rescatado tras casi ahogarse en el Golfo de México. El animal fue equipado con un rastreador GPS y una banda azul, aunque poco después se perdió el contacto.

Su última localización en Florida fue en octubre de 2023, hasta que reapareció en junio de 2025, fotografiado anidando en la Reserva de la Biosfera de Río Lagartos, en México. La odisea de Peaches ilustra tanto la magnitud del evento como la creciente conectividad entre las poblaciones de flamencos del Caribe y Florida.

El regreso de los flamencos
El regreso de los flamencos a Florida marca un hito tras un siglo de ausencia (Captura de video)

Según informó Popular Science, la historia de los flamencos en Florida se remonta mucho más atrás. Durante el siglo XIX, los humedales del sur del estado eran el escenario natural de grandes bandadas, de cientos a miles de individuos, según documentó Robert Porter Allen en su obra de 1956, “Los flamencos: su historia de vida y supervivencia”.

Allen recopiló reportes históricos que daban cuenta de su abundancia en los Everglades, la Bahía de Florida y los Cayos. El declive abrupto de los flamencos, junto con otras aves zancudas, tuvo lugar a finales de ese siglo debido a la presión de la industria de la moda, donde las plumas de estas especies eran muy cotizadas para la confección de sombreros y accesorios, alcanzando valores similares al del oro.

El movimiento ambientalista que surgió en torno a la Asociación Nacional de Sociedades Audubon logró avanzar en la promulgación de leyes que prohibían la caza y el comercio de plumas, aunque la aplicación efectiva en un territorio tan vasto como Florida fue limitada y, en ocasiones, violenta.

No fue hasta la aprobación de la Ley del Tratado de Aves Migratorias en 1918 que se puso freno definitivo a la matanza. Con el nuevo marco legal, varias especies de aves zancudas recuperaron sus poblaciones en las primeras décadas del siglo XX.

De la extinción local al
De la extinción local al renacimiento: los flamencos recuperan terreno en los humedales de Florida (Tour Du Valat/Francia)

Sin embargo, los flamencos no lograron restablecerse, y ya en 1956 Allen calculaba que su número apenas llegaba a una cuarta parte del existente un siglo antes, concentrándose en unos pocos sitios del Caribe y América Latina.

Varios factores explican la lentitud en la recuperación. Además de su longevidad (pueden vivir hasta 50 años), los flamencos presentan patrones reproductivos muy distintos: solo anidan una vez al año, en grandes colonias, y producen un solo huevo por temporada.

Este comportamiento contrasta con otras aves que pueden anidar varias veces y con más crías por puesta. Su estricta fidelidad a los sitios de anidación históricos también dificulta la recolonización de áreas perdidas.

Durante muchas décadas, los avistamientos esporádicos de flamencos en Florida se atribuían a fugas desde zoológicos o instalaciones como el Hipódromo de Hialeah, que importó decenas de estas aves en los años 30.

El avistamiento de 125 flamencos
El avistamiento de 125 flamencos en 2025 refuerza la esperanza de su establecimiento definitivo en Florida (Tour Du Valat/Francia)

Sin embargo, el hallazgo de flamencos anillados procedentes de Río Lagartos, México, fotografiados en la Bahía de Florida en los años 2000 y 2010, así como el seguimiento de ejemplares como Conchy entre 2015 y 2017, aportaron pruebas sólidas de que algunos individuos silvestres estaban haciendo escalas prolongadas e incluso residiendo durante largos períodos en el estado.

En 2018, un estudio conjunto de investigadores y plataformas de ciencia ciudadana confirmó el aumento paulatino de avistamientos, sugiriendo una recuperación genuina de la población wild en Florida. La clave de este retorno parece estar ligada a los proyectos de restauración ecológica, especialmente en los Everglades y la Bahía de Florida.

Después de décadas de degradación por drenajes masivos, urbanización y alteración de los flujos de agua, la zona sufría un colapso con elevadas salinidades que hacían inviable la vida estuarina. El Plan Integral de Restauración de los Everglades, aprobado en 2000, canalizó inversiones millonarias y coordinó esfuerzos para rehabilitar el hábitat.

El resultado es evidente: la recuperación de los flujos, el retorno de los pastos marinos, la baja de las algas nocivas y la estabilización de la salinidad han favorecido el regreso y la expansión de varias especies de aves zancudas. Entre 2018 y 2021, la cifra de parejas reproductoras superó las 100,000, un hito no visto desde la década de 1940.

Con la reciente observación de una bandada de 125 flamencos en julio de 2025 y registros consistentes de ejemplares tras el huracán Idalia, la esperanza de ver a los flamencos nuevamente anidar y establecerse en el estado del sol parece más sólida que nunca. El regreso de estas emblemáticas aves es considerado por los expertos un indicio inequívoco del éxito —aún parcial, pero prometedor— de los ambiciosos proyectos de restauración ecológica emprendidos en Florida.