El regreso de los carteles de neón cautiva a ciudades icónicas y revive oficios artesanales

Fotógrafos, restauradores y colectivos impulsan la recuperación de letreros luminosos históricos en ciudades como Las Vegas, Los Ángeles, Nueva York y Ciudad de México, preservando memoria visual y oficios artesanales ante la amenaza de desaparición

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Letreros icónicos como el del
Letreros icónicos como el del hotel Aladdin y el Stardust se conservan en el Boneyard del Neon Museum, un espacio dedicado a la memoria visual de la ciudad.

En los últimos años, la recuperación de carteles de neón clásicos ha cobrado un nuevo impulso en ciudades de todo el mundo, donde fotógrafos, restauradores y artesanos se han propuesto rescatar estos emblemas luminosos antes de que desaparezcan del paisaje urbano. El resurgimiento de este interés no solo responde a una tendencia estética, sino que también refleja una preocupación creciente por preservar la memoria visual y el patrimonio artesanal de las grandes metrópolis.

En Las Vegas, el Neon Museum y su Boneyard Park se han consolidado como referentes en la conservación de letreros históricos que alguna vez iluminaron la Strip. Estas instalaciones albergan piezas emblemáticas de hoteles, casinos y teatros, muchas de las cuales han sido restauradas para devolverles su antiguo esplendor. Según artículos publicados en The Guardian, el museo no solo exhibe estos carteles, sino que también narra la evolución de la ciudad a través de su iconografía luminosa, convirtiéndose en un archivo vivo de la cultura popular estadounidense.

Un artesano del Museum of
Un artesano del Museum of Neon Art (MONA), en Glendale, California, moldea tubos de vidrio durante una demostración pública del proceso de fabricación de letreros neón.

La labor de preservación no se limita a la exhibición. En Los Ángeles, el Museum of Neon Art (MONA), ubicado en Glendale, combina exposiciones con talleres de restauración, donde se enseña el arte del soplado de vidrio y la manipulación del gas neón. El equipo de Signmakers L.A., un estudio especializado en la restauración de letreros antiguos, ha sido reconocido como referente en el sector. “Se han convertido en los especialistas a los que todos acuden para carteles de neón, ya sea para su preservación, restauración o fabricación desde cero”, afirmó el equipo de Signmakers L.A. a LAist. Esta labor artesanal resulta cada vez más valiosa ante la escasez de maestros que dominen las técnicas tradicionales.

La directora ejecutiva del MONA, Corrie Siegel, ha destacado el papel que estos letreros desempeñaron en la transformación urbana de Estados Unidos. En declaraciones recogidas por LAist, Siegel explicó: “Si tenías un edificio nuevo, o si querías renovar tu edificio para estar a la moda, añadías un cartel de neón porque era un símbolo de modernidad”. Esta percepción convirtió al neón en un elemento central de la identidad comercial y arquitectónica de las ciudades durante las décadas de 1960 y 1970.

El clásico letrero de neón
El clásico letrero de neón de la Union Station en Los Ángeles fue restaurado por el equipo de Acme Neon Signs, combinando técnicas tradicionales con iluminación moderna.

El valor simbólico de estos carteles trasciende su función publicitaria. Siegel también señaló a LAist que “los letreros de neón eran símbolos de lujo y clase en Estados Unidos durante su apogeo… Se consideraban una forma de mantener el entorno urbano vital y de impulsar los negocios”. Esta dimensión social y económica explica por qué la desaparición de los neones originales genera una sensación de pérdida colectiva, especialmente en barrios donde estos letreros formaban parte del imaginario cotidiano.

La tendencia de rescate y documentación de carteles de neón se ha extendido a otras ciudades. En Nueva York, artistas y fotógrafos han centrado su atención en los letreros de Coney Island, Chinatown y Times Square, capturando tanto su estética como el contraste con las nuevas pantallas digitales. Reportajes de El País y BBC Culture han documentado el trabajo de estos creadores, que buscan inmortalizar los últimos vestigios de una era antes de que sean reemplazados por tecnologías más eficientes pero menos evocadoras.

Visitantes recorren el Boneyard del
Visitantes recorren el Boneyard del Neon Museum al atardecer, rodeados de letreros que alguna vez iluminaron los casinos y hoteles más famosos de la Strip.

En Ciudad de México, colectivos como Luz de Barrio se dedican a recuperar neones de pulquerías, cines y tiendas antiguas, rescatando fragmentos de la historia urbana que de otro modo quedarían relegados al olvido. En Buenos Aires, diseñadores y fotógrafos han registrado los letreros de teatros y cafés de barrios como San Telmo o la avenida Corrientes, donde el neón fue durante décadas un signo distintivo de la vida nocturna y cultural.

El fenómeno no se limita a Occidente. En Tokio y Hong Kong, fotógrafos como Romain Jacquet-Lagrèze han documentado la desaparición de los neones tradicionales frente al avance de los LED modernos. Sus imágenes, recogidas por El País, muestran el impacto visual y emocional que supone la sustitución de estos carteles, considerados por muchos como símbolos de resistencia frente a la homogeneización digital de los espacios urbanos.

Un cartel clásico de los
Un cartel clásico de los años 50 vuelve a brillar tras su restauración en el taller de Atlantic Neon Sign & Art Company, reflejando el auge global por rescatar piezas históricas.

El proceso de restauración de un cartel de neón implica desmontar los tubos originales, limpiar y reparar los electrodos, y recargar el gas. Muchos talleres optan por utilizar materiales reciclados o adaptar circuitos LED para mantener la estética clásica sin sacrificar eficiencia energética. Fotógrafos y documentalistas han seguido de cerca tanto el trabajo de los artesanos como el contraste entre los neones antiguos y las nuevas tecnologías, generando un archivo visual que alimenta el auge del “neon revival” en redes sociales, moda y fotografía urbana.

No obstante, la preservación de estos letreros enfrenta desafíos considerables. Los costos elevados y la dificultad para encontrar piezas originales complican la restauración. Además, normativas de seguridad y regulaciones sobre contaminación visual restringen el uso de neón en muchas ciudades. La desaparición de talleres especializados y la falta de relevo generacional amenazan la continuidad de un oficio que requiere años de aprendizaje y destreza manual.

Un letrero de neón de
Un letrero de neón de la marca Mercury Outboard Motors, restaurado y exhibido en el American Sign Museum de Cincinnati, ejemplo de la estética industrial estadounidense de mediados del siglo XX.

El MONA ha respondido a estos retos promoviendo la innovación artística. “Siempre mostramos a artistas que innovan en el neón contemporáneo, el arte eléctrico o cinético… porque es gracias a los artistas que el MONA existe y que podemos imaginar colectivamente un futuro más brillante”, declaró Corrie Siegel a Saving Places. Esta apuesta por la creatividad y la experimentación ha permitido que el neón siga vigente como medio de expresión, más allá de su función comercial original.

La revalorización de los carteles de neón como patrimonio visual y cultural ha impulsado un movimiento global que combina nostalgia, activismo y arte. La documentación fotográfica, la restauración artesanal y la reinterpretación contemporánea de estos letreros contribuyen a preservar la memoria urbana y a mantener viva una tradición que, pese a los desafíos, sigue iluminando la identidad de las ciudades.