Del Monte, empresa con más de un siglo de historia, buscará comprador tras declararse en quiebra

La compañía fundada en 1886 y conocida por su presencia histórica en supermercados de Estados Unidos y Latinoamérica, inició un proceso judicial de reestructuración financiera bajo supervisión federal

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Del Monte Foods enfrenta una
Del Monte Foods enfrenta una reestructuración financiera tras acogerse al Capítulo 11 en Estados Unidos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Del Monte Foods, el icónico productor de frutas y verduras enlatadas con casi 140 años de historia en la industria alimentaria estadounidense, presentó el pasado lunes una solicitud de bancarrota bajo el Capítulo 11, como parte de un proceso de reestructuración financiera que incluye la búsqueda de un comprador para la totalidad o una porción significativa de sus activos.

La compañía con sede en Walnut Creek, California, informó que ha llegado a un acuerdo de apoyo a la reestructuración (RSA, por sus siglas en inglés) con sus prestamistas y ha asegurado un financiamiento por 912.5 millones de dólares que le permitirá continuar operando mientras avanza el proceso judicial. En su presentación ante el Tribunal de Quiebras del Distrito de Nueva Jersey, Del Monte estimó que sus pasivos y activos oscilan entre 1.000 millones y 10.000 millones de dólares.

“Tras una evaluación exhaustiva de todas las opciones disponibles, determinamos que un proceso de venta supervisado por la corte es el camino más eficaz para acelerar nuestra recuperación y construir un Del Monte Foods más fuerte y sostenible”, afirmó Greg Longstreet, presidente y CEO de la compañía, en un comunicado oficial.

La histórica compañía de alimentos
La histórica compañía de alimentos enlatados busca comprador mientras continúa operando bajo supervisión judicial. (REUTERS/Bing Guan/File Photo)

El plan judicial busca mantener operaciones mientras se concreta una venta

La declaración de bancarrota no implica el cese inmediato de las operaciones. Por el contrario, la empresa indicó que el financiamiento aprobado por sus prestamistas garantizará la continuidad del negocio mientras se lleva a cabo el proceso de venta como empresa en funcionamiento. Según el comunicado difundido por Del Monte, la compañía priorizará la oferta “más alta o mejor” durante la búsqueda de un comprador, en un esfuerzo por maximizar el valor de sus activos.

La venta podría incluir “todos o sustancialmente todos los activos de la compañía”, aunque no se ha especificado un calendario claro ni los posibles interesados en la adquisición. La empresa, que ha tenido una presencia sostenida en los supermercados estadounidenses durante generaciones, enfrenta ahora un proceso judicial cuyo desenlace podría transformar su modelo operativo y su posición dentro del mercado alimentario.

Del Monte Foods no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios realizada por CBS MoneyWatch.

La empresa no logró resistir la presión de los cambios en los hábitos de consumo

Uno de los factores centrales que empujaron a Del Monte a esta situación crítica ha sido el cambio en las preferencias de los consumidores. De acuerdo con Debtwire, firma especializada en análisis de datos financieros, la demanda por alimentos enlatados con conservantes ha disminuido de forma sostenida, desplazada por un interés creciente en productos frescos y opciones consideradas más saludables.

“En general, Del Monte afirma que la demanda del consumidor ha disminuido, lo que ha generado mayores costos relacionados con el exceso de inventario que ha debido almacenar y mover de los estantes mediante promociones más agresivas”, explicó Sarah Foss, directora global del área legal y de reestructuración en Debtwire, en declaraciones enviadas por correo electrónico a CBS MoneyWatch.

Este cambio cultural en la alimentación ha debilitado el modelo de negocio de muchas empresas tradicionales en el rubro, pero el golpe ha sido especialmente severo para Del Monte, cuyos productos centrales —frutas, verduras y sopas enlatadas— dependen de una logística de distribución estable y de una demanda constante que ha comenzado a erosionarse.

Del Monte se suma a
Del Monte se suma a una lista creciente de empresas alimentarias que han iniciado procesos judiciales este año. (AP foto/Ben Margot)

Del Monte se suma a una lista creciente de bancarrotas en la industria alimentaria

Del Monte es la cuarta empresa del sector de alimentos y bebidas que se acoge al Capítulo 11 en lo que va del año, según datos recopilados por Debtwire. Aunque no se han revelado públicamente los nombres de las otras compañías, el dato refuerza una tendencia preocupante en la industria: una ola de reestructuraciones que afecta tanto a marcas tradicionales como a empresas más recientes.

Las dificultades para adaptarse al cambiante panorama del consumo, combinadas con problemas estructurales en la cadena de suministro y presiones inflacionarias en materias primas, han complicado las operaciones de múltiples actores del mercado. En el caso de Del Monte, esos factores se han traducido en una espiral de recortes, deudas y decisiones financieras de emergencia que culminan ahora en la vía judicial.

Intentos anteriores de reducción de costos no evitaron el desenlace judicial

Los últimos años han sido especialmente complicados para Del Monte Foods. Según información difundida por Bloomberg, la empresa ya había iniciado un proceso de reorganización de deuda en 2024 y había implementado despidos y recortes operativos como parte de sus esfuerzos por contener los costos. Sin embargo, las medidas no fueron suficientes para revertir la tendencia descendente de ingresos ni para ajustar su estructura a los nuevos patrones de consumo.

La combinación de inventarios acumulados, promoción forzada de productos y dificultades para innovar en su portafolio llevó a la empresa a una situación límite. El proceso de bancarrota representa, entonces, una estrategia legal para reconfigurar su modelo económico y encontrar una salida viable a través de la venta de activos, total o parcial.

Del Monte Foods fue fundada en 1886 y durante décadas se convirtió en sinónimo de alimentos en conserva en Estados Unidos. Su bancarrota representa un momento simbólico para una industria en transición, empujada por consumidores que hoy exigen frescura, sostenibilidad y transparencia, más allá del empaque metálico y la vida útil prolongada.