Pete Hegseth, jefe del Pentágono, afirmó que EEUU “devastó” el programa nuclear del régimen iraní

El secretario de Defensa norteamericano sostuvo que Donald Trump “busca la paz” e instó a Teherán a “tomar ese camino”

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El Secretario de Defensa de
El Secretario de Defensa de EEUU Pete Hegseth (Reuters TV/U.S. Department of Defense/REUTERS)

El secretario de Defensa estadounidense Pete Hegseth declaró el domingo que los ataques contra las instalaciones nucleares iraníes fueron un éxito “increíble y abrumador” que “devastó” el programa nuclear del país, advirtiendo a Irán que aunque Washington no busca la guerra, actuará con “rapidez y decisión” si ve sus intereses amenazados.

En una conferencia de prensa en el Pentágono, Hegseth afirmó que los “ataques de precisión” fueron “concentrados, potentes y claros” durante la operación denominada “Martillo de Medianoche”, que no encontró resistencia iraní según el secretario de Defensa y el general de la Fuerza Aérea Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto.

“Anoche por orden del presidente Trump, el comando central de Estados Unidos llevó a cabo un ataque de precisión en medio de la noche contra tres instalaciones nucleares en Irán con el fin de destruir o degradar severamente el programa nuclear de Irán”, declaró Hegseth. “Fue un éxito increíble y abrumador. Hemos devastado el programa nuclear iraní”.

La operación involucró siete bombarderos furtivos B-2 Spirit que volaron 18 horas desde territorio continental estadounidense hasta Irán, con múltiples reabastecimientos en vuelo, según detalló Caine. “Los cazas iraníes no volaron, y parece que los sistemas de misiles tierra-aire iraníes no nos detectaron durante la misión”, precisó el general.

El general de la Fuerza
El general de la Fuerza Aérea Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto. (Reuters TV/Departamento de Defensa/REUTERS)

Los ataques se dirigieron contra los sitios nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan, empleando un total de 75 armas guiadas de precisión. Caine expresó que el objetivo de la operación se había logrado, manifestando que “las evaluaciones iniciales indican que los tres sitios sufrieron daños y destrucción extremadamente severos”.

Hegseth subrayó que la operación se dirigió exclusivamente contra instalaciones nucleares iraníes, y no contra tropas o civiles iraníes.

“Esta misión no fue ni ha sido sobre un cambio de régimen”, añadió el secretario de Defensa, quien precisó que el presidente Trump autorizó “una operación de precisión para neutralizar las amenazas a nuestros intereses nacionales planteadas por el programa nuclear iraní y la defensa colectiva de nuestras tropas y nuestro aliado Israel”.

Al elogiar el liderazgo de Trump, Hegseth declaró: “Muchos presidentes han soñado con dar el golpe final al programa nuclear de Irán, y ninguno pudo hasta el presidente Trump. La operación que planeó el presidente Trump fue audaz y fue brillante, mostrando al mundo que la disuasión estadounidense está de vuelta. Cuando este presidente habla, el mundo debe escuchar”.

El secretario de Defensa reveló que la misión del bombardero B-2 fue la de mayor distancia desde 2001, y marcó el primer despliegue de la bomba MOP (penetrador masivo de ordenanza).

Según funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato, el ataque a Fordow empleó bombas antibúnker, mientras que submarinos estadounidenses lanzaron alrededor de 30 misiles Tomahawk.

Hegseth indicó que el plan llevó “meses de posicionamiento y preparación para poder estar listos” una vez que Trump diera la orden.

“Como ha declarado el presidente Trump, Estados Unidos no busca la guerra, pero permítanme ser claro, actuaremos con rapidez y decisión cuando nuestro pueblo, nuestros socios o nuestros intereses se vean amenazados”, advirtió. “Irán debería escuchar al presidente de Estados Unidos y saber que lo dice en serio, cada palabra”.

El ataque insertó a Estados Unidos directamente en la guerra de Israel destinada a destruir el programa nuclear iraní, en una apuesta para debilitar a un antiguo enemigo. La decisión se produce después de más de una semana de ataques israelíes que degradaron significativamente las defensas aéreas de Irán y las capacidades de misiles ofensivos.

Horas después de los ataques estadounidenses, la Guardia Revolucionaria paramilitar de Irán lanzó una andanada de 40 misiles contra Israel, provocando heridas a más de 80 personas y daños significativos en Tel Aviv. El ejército israelí respondió “neutralizando rápidamente” los lanzadores de misiles iraníes y comenzando ataques hacia objetivos militares en el oeste de Irán.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica confirmó que no hubo “aumento en los niveles de radiación fuera del sitio” después de los ataques, pero continúa monitoreando la situación.