La iglesia del Cristo de los Gitanos: el icónico templo de Sevilla donde se celebra la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan

Guarda una estrecha relación con la Casa de Alba, pues en su interior descansan los restos de la duquesa

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El próximo 4 de octubre, Cayetano Martínez de Irujo contraerá matrimonio con Bárbara Mirján en una ceremonia que se llevara a cabo en Sevilla.

Este sábado 4 de octubre tiene lugar uno de los acontecimientos de año en el mundo del corazón: la boda entre Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona, y Bárbara Mirjan. Tras casi 10 años de noviazgo, la pareja se dará el ‘sí quiero’ en una ceremonia que llenará Sevilla de personalidades de diferentes ámbitos, así como a familiares y amigos cercanos de los novios. Tras la misa, la celebración se trasladará hasta Las Arroyuelas, la finca familiar en Carmona, donde más de 300 invitados disfrutarán de una recepción marcada por la elegancia y el sabor andaluz.

El rito está previsto para las 13:30 horas en la iglesia del Cristo de los Gitanos, uno de los templos con más personalidad y simbolismo de la capital andaluza. Situado en la calle Verónica, cercana a la Ronda, al barrio de la Macarena y la Puerta Osario, es la sede de la Hermandad de los Gitanos desde el año 1996 y guarda una estrecha relación con la Casa de Alba. Y es que en su interior descansan los restos de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba.

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Iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla. (Wikimedia)

El nombre real de la iglesia del Cristo de los Gitanos es Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada y su historia se remonta al siglo XV. En este momento formaba parte del convento franciscano del Valle, que contaba con la iglesia, dependencias, claustros, jardines y huerta. Las diversas desamortizaciones ocurridas durante el siglo XIX marcaron un antes y un después en el antiguo convento, que pasó a convertirse en colegio tras perder su uso religioso original.

Sin embargo, el paso del tiempo fue implacable y, ya bien avanzada la segunda mitad del siglo XX, el edificio terminó entrando en un estado de completo abandono. Finalmente, el convento fue derruido casi en su totalidad. Solo la iglesia consiguió resistir la piqueta, y aunque la desaparición del conjunto supuso un duro golpe para el patrimonio local, permitió que quedara al descubierto un tramo de la muralla almohade, con tres torreones, que hasta entonces formaban parte del interior del recinto conventual.

En 1996, la propiedad de la iglesia fue cedida a la Hermandad de los Gitanos, con el compromiso explícito de acometer su restauración. La financiación de los trabajos contó con la participación activa de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, quien aportó recursos para la recuperación del templo.

Una arquitectura sobria llena de encanto

Altar de la iglesia del
Altar de la iglesia del Cristo de los Gitanos, en Sevilla. (Hermandad de los Gitanos)

El edificio que pervive hoy se caracteriza por su austeridad exterior, aunque la portada principal destaca por su rica decoración de estilo neogótico. El templo presenta planta rectangular y está dividido en tres naves, con una nave central que ocupa un espacio considerablemente mayor que el de las laterales. Estas últimas están cubiertas por galerías que se extienden a lo largo de todo el templo. Las naves se separan mediante arcos apuntados, apoyados sobre pilastras de perfil polilobulado, cada una de ellas rematada por la imagen de un santo.

La nave principal cuenta con una cubierta de madera al estilo mudéjar y en el punto central sobresale el escudo de la Hermandad de los Gitanos, símbolo visible de la nueva etapa del edificio. A su vez, el acceso al camarín de la Virgen de las Angustias está adornado con pinturas murales firmadas por el pintor malagueño Raúl Berzosa. Estas obras, ejecutadas en óleo sobre lienzo, representan los siete dolores de la Virgen María y fueron bendecidas tras su finalización por monseñor Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla.

Su relación con la Casa de Alba

El vínculo con la Casa de Alba va más allá de la aportación de la duquesa en la restauración de la iglesia. Durante mucho tiempo, numerosos enseres ligados a la hermandad permanecieron resguardados en el Palacio de las Dueñas, una de las residencias predilectas de la aristócrata. Esta relación cercana entre la familia y el templo se refleja en el compromiso de distintos miembros del linaje: Cayetano, así como sus hijos, Luis y Amina, figuran en la nómina de cofrades, y el propio conde de Salvatierra ha participado como costalero hasta en once ocasiones.

El altar del santuario ha sido testigo de algunas de las ceremonias religiosas más relevantes para la familia en los últimos años. Las dos hijas del duque de Huéscar recibieron el bautismo en la misma pila bautismal donde, más de tres décadas antes, fue bautizado el propio duque. Además, este templo sirvió de escenario para el más reciente acercamiento público entre los hijos de Cayetana de Alba, quienes se estrecharon la mano a las puertas del santuario durante la misa funeral celebrada en el décimo aniversario de su fallecimiento.