El Parador en la frontera con Portugal que se enclava sobre los restos de un castillo romano: una de las mejores vistas de Andalucía

Ubicado en el extremo occidental de la provincia de Huelva, Ayamonte es uno de los pueblos más frecuentados de la costa onubense. Se le conoce como la Ciudad de la Luz y sus ocho kilómetros de litoral ofrece playas como Isla Canela y acceso a los humedales de Isla Cristina, integrados en el paisaje del estuario del Guadiana. Además, su proximidad a la frontera convierte a la localidad en un punto estratégico para quienes desean cruzar al Algarve portugués: apenas 20 minutos separan el núcleo urbano de la Praia de Santo António, el primer arenal del país vecino.

A esto se le suma un rico conjunto monumental y una oferta hotelera única, pues cuenta con uno de los alojamientos más exclusivos de España. Es por ello, que el Parador de Turismo de Ayamonte se alza como una de las mejores opciones para descansar en la ciudad gracias a sus instalaciones y servicios. Además, está considerado como uno de los más baratos de Andalucía, a lo que le acompañan sus impresionantes vistas de la costa y su cercanía con Portugal.

Sobre los vestigios de un antiguo castillo romano se alza el Parador de Ayamonte, uno de los alojamientos más representativos del suroeste andaluz. Su ubicación estratégica, elevada sobre la desembocadura del río Guadiana, permite contemplar desde su terraza una de las postales más características de la zona: la línea del horizonte teñida por los últimos tonos del día, mientras las aguas fronterizas separan –y unen– España y Portugal. La ciudad que lo rodea conserva el perfil blanco y ordenado de los pueblos andaluces del litoral, con un trazado urbano que reúne casas de indianos, templos mudéjares, plazas recoletas y un puerto que da cuenta de su vínculo histórico con la pesca y la navegación.

Tras recorrer sus calles empedradas o adentrarse en los entornos naturales de marismas y esteros, el Parador se ofrece como un alto en el camino. La piscina exterior, rodeada de jardines, permite detenerse al caer la tarde mientras las fachadas encaladas de Ayamonte se tiñen de naranja. El interior del edificio combina elementos clásicos con servicios modernos, y sus habitaciones, renovadas, incorporan diseño actual sin renunciar a la estética tradicional. El recinto dispone además de zonas comunes amplias, varias salas de reuniones, aparcamiento al aire libre y un restaurante que se ha convertido en uno de los espacios más valorados por quienes se hospedan y por el público local.

En su carta, la gastronomía onubense se expresa a través de productos de mar y dehesa, en una propuesta que, según destaca el propio establecimiento, “combina influencias portuguesas con ingredientes de máxima calidad, en un entorno con vistas privilegiadas”. Entre los platos más representativos figuran el atún encebollado, la raya al pimentón, el guiso de choco con habas o la coca ayamontina. Todo ello, servido frente a la calma del río y en diálogo con una cocina que busca conservar la tradición sin perder de vista el paisaje.

Las calles de Ayamonte invitan a perderse. Estas forman un laberíntico casco antiguo que ha mantenido la esencia del típico pueblo andaluz. En este recorrido, el visitante puede descubrir las casas de indianos, edificaciones de finales del siglo XIX y principios del XX que fueron construidas por emigrantes retornados de América. Estas viviendas destacan por su arquitectura de estilo colonial y su ornamentación detallada, reflejando la prosperidad de sus antiguos propietarios.

Igualmente, la ciudad es conocida por sus iglesias de estilo mudéjar, entre las que destaca la iglesia de San Salvador, un templo del siglo XV que combina elementos góticos y mudéjares. Otro edificio religioso de interés es la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, cuya construcción se remonta al siglo XVI y que alberga la imagen de la patrona de Ayamonte, una figura muy venerada por los locales. Otro punto de interés es la plaza de la Laguna, que es el centro neurálgico del pueblo, y el puerto deportivo, desde donde se pueden disfrutar de paseos en barco, pesca y actividades náuticas.

Por otro lado, para los amantes de la naturaleza, una visita obligada es la desembocadura del río Guadiana, un paraje de extrema belleza que ofrece uno de los mejores atardeceres de Huelva. A su vez, la playa de Isla Canela es otro de los lugares imprescindibles gracias a sus dunas naturales y su fina arena, que se funde con las aguas del Atlántico. El viajero también puede acercarse a Punta del Moral o a Isla Cristina, dos puntos de referencia en la Costa de la Luz.

Desde Huelva, el viaje es de alrededor de 40 minutos por la vía A-49. Por su parte, desde Tavira, en Portugal, el trayecto tiene una duración estimada de 30 minutos por las carreteras N270 y A22.