A finales de 2023, Natalia Lacunza (Pamplona, 1999) decidió que era tiempo de parar. En solo tres años sacó dos EP y un álbum: EP2 (2O2O) y Duro (2023), y entre medias su debut, Tiene que ser para mí (2022), que sumado a un sinfin de conciertos y festivales y muchas horas de promoción sintió que “estaba agotada”. Pulsó el botón de pausa —todo lo que puede parar un artista— y se puso a componer. Un año y medio después de estrenar su útimo trabajo —con la excepción de un tema doble el verano pasado y alguna que otra colaboración— la navarra está de vuelta con Un castigo, el primer single de lo que será su segundo álbum que está previsto para finales de año.
La canción, a dúo con el artista guatemalteco—mexicano Jesse Baez, referente del R&B latinoamericano y colaborador de C.Tangana, nace del duelo. Pero no el anhelo de un amor romático, sino por la pérdida de una amistad, por crecer y por cambiar de etapa casi sin darse cuenta. “La vida va de eso, de ir completando etapas y de repente no te das cuenta, pero ya no estás en la de antes”, cuenta en la redacción de Infobae España el jueves 8 de mayo, horas antes de que la canción esté disponible en plataformas. Por eso también medita sobre la nostalgia, de lo que va su segunda puesta de largo. “De no querer aceptar el paso adelante, de aferrarte a lo que ya conoces como un clavo ardiendo”, cuenta la cantante de 26 años.
Es una tarde nublada y lluviosa —otra más— en la capital. Tal vez, la ocasión perfecta para reflexionar sobre el pasado y también sobre el feminisimo, dos de los temas que más le han tocado en los últimos años. Si durante la promoción de Duro ya estaba cansada de que, especialmente los hombres, le preguntaran por este último tema, vuelve a lanzar la misma bala. “Gastas muchísima energía y te cuestionas un montón sobre lo que has contestado, lo que no. También dices: ‘Yo qué cojones sé’”. Durante la convesarción, dispara otra vez la pistola, pero sin apuntar a nadie, o tal vez a todos. “Se expondría a tanta gente que sería esto una masacre”, añade sobre un Me Too que en España, ni en el la industria musical ni audiovisual, termina de cuajar. Natalia Lacunza, como siempre, va con todo. Está de vuelta.
Pregunta. A finales de 2023 estrenaste tu EP Duro. En ese momento dijiste que necesitabas parar, y hasta el verano pasado que estrenaste el single doble SIMELLAMA / LAPLATA no habías sacado más música. ¿Qué te pasó por aquel entonces?
Respuesta. Me pasó una cosa muy lógica, que es que yo llevaba trabajando de todo a la vez como tres años. Estuve con muchísima gira, componiendo, haciendo promo... haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Al final este trabajo requiere de una energía muy grande para poder sacar toda la creatividad. Yo sentía que estaba llegando a un punto en el que estaba agotada. Mi energía había bajado a mínimos totalmente y creo que todos los artistas necesitamos tener un poco de barbecho, hacer un equilibrio entre épocas de trabajo muy duro y las de un poco menos para poder centrarte en lo que es la composición y la creación del siguiente proyecto. Este tiempo desde que salió Tiene que ser para mí (2020) y Duro (2023), fue un sin parar también. He tenido este momento de estar más en barbecho, de tocar menos, de exponerme menos y de centrarme mucho más en el proceso creativo. Y ha dado sus frutos, la verdad.

P. ¿En qué momento dirías que estás ahora?
R. Estoy en un momento un poco tenso porque el segundo álbum siempre es una cosa que impone un montón. Yo creo que tanto para el artista como para el público, siempre el segundo largo es un momento importante. Puede ir muy bien o muy mal. Pero bueno, como todo en la vida, estoy intentando no pensar demasiado en cómo se va a recibir, sino en intentar disfrutar del proceso hasta que llegue ese momento que está siendo un poco agónico. Estoy en un momento un poco de nervios, de incertidumbre, de muchos altibajos, un día súper contenta, otro día en plan: “Esto es una mierda”. Pero bueno, nos pasa a todos.
R. Hay una cosa que me gusta mucho de Un castigo y es que dices que es una reflexión sobre el duelo, pero no solo de una relación, sino de una etapa vital. ¿Tenías también la necesidad de volver renovada también musicalmente hablando?
R. Sí, un poco. También a la vez necesitaba como volver a aunarme con una Natalia anterior. Un castigo es el tema que más me recuerda a la Natalia de antes. Me recuerda mucho a Tiene que ser para mí, A todo lamento, a estos temas más poppies, como funkerito, un poco ¿no? Tiene esta esencia de la Natalia de antes. Durante este tiempo he hecho bastante el ejercicio de abrazar a esa Natalia. Siento que llevaba un tiempo cuestionándome un montón e intentando escapar un poco de mi propia naturaleza al hacer música. Tengo una nube de melancolía y de nostalgia que vive en mi garganta, de la que quizá no me tengo que deshacer, ¿sabes? Tengo que abrazarlo y llevarlo al máximo exponente, que es un poco lo suyo. Cada uno tenemos una forma de expresarnos y esta es la mía. En vez de rechazarla lo que he hecho ha sido coger, abrazarla. El resultado ha sido este disco que tiene mucho de la Natalia de antes, de las melodías mías primeras y de esa forma de conectar con la música. Nunca me habéis escuchado como estoy sonando. Este disco tiene un poco las dos vertientes.
P. ¿Porqué decidiste sacar una colaboración como primer single?
R. Esta canción en todo momento la sentí bastante single. Es un tema que salió en una tarde e iba a ser yo sola, pero yo me seguía [en redes sociales] con Jesse Baez. Seguía el trabajo que él hace desde hace mucho tiempo, había pequeñas interacciones y yo decía: “Jolín, de repente este tema creo que puede quedarle muy guay y puede ser lo que le haga falta. Otra voz que le aporte textura, que juegue muchísimo con los arreglos vocales porque hay un montón de coros...”. Sentía que este tema era el más pop del disco, el que mejor iba a entender la gente también, y me parecía una buena vuelta después de haber divagado más por otros universos en mis anteriores trabajos cortos. Es como decir: “Mira, estoy volviendo al pop. Estoy volviendo conmigo misma de abrazar esta línea pop que yo quiero tener siempre”.
“Mis 25 años fue un momento de darme cuenta de que lo que yo pensaba que ya estaba seguro en mi vida tenía que volver a resignificarlo”
P. He leído una entrevista que diste para México en septiembre del año pasado que decías que te hacía falta un poquito más de autoestima y de seguridad. ¿Crees que lo has encontrado ahora?
R. Bueno. Creo que el camino de una chica es tremendamente largo e infructuoso. No sé si se diría así. Creo que va por momentos.
P. Hay días y días.
R. Hay días y días, total. No se puede estar siempre en la cresta de la ola, ni tampoco puedes estar todo el rato retozandote en tu propia mierda. Tienes que encontrar un punto medio. Yo estoy intentando escuchar mis emociones, identificando los pensamientos negativos que te hacen entrar en bucle. Creo que eso es un poco la clave para sobrevivir, entender qué pensamientos que estás teniendo vienen de un lado negativo e irreal de tu cerebro y cuáles son los que realmente tienes que escuchar. Estoy en ese camino de aprender a a encajonarlos y poder vivir con ello.
P. Hablando también de la etapa vital que mencionabas antes, nombras la tristeza sobre una juventud que no es como esperabas. ¿Cómo fue el momento en el que te diste cuenta de que no era como te imaginabas?
R. Yo creo que es que el año 2025 y mis... Bueno, no, mentira. El año 2024 y mis 25 años fue un momento de darme cuenta que lo que yo pensaba que ya estaba seguro en mi vida tenía que volver a resignificarlo. Las amistades que yo pensaba que iban a ser para siempre de repente no lo son. La sensación que yo tenía viviendo en Madrid cambia completamente y tienes que volver a resignificar tu espacio en la ciudad. También reencontrarte contigo misma de nuevo. No hay tregua y siento que esta cosa que me ha pasado a los 25 seguramente me pase los 30 y me pase los 35 también. La vida va de eso, de ir completando etapas y de repente no te das cuenta, pero ya no estás en la de antes. Esta es la primera vez que me pasa esto, ya en la edad adulta. Tengo 26 años, no son tantos, pero a la vez ya me estoy acercando a los 30. Es este momento de limbo, de decir: “Joder, ya no puedo excusarme con que soy una postadolescente”. Es que ya no lo soy. Tengo 26 años, debería saber perfectamente lo que estoy haciendo y no es así.
P. Justo por eso te preguntar, por si te da ansiedad crecer o eres de las que les encanta la nostalgia.
R. No es que me encante la nostalgia, pero creo que es una cosa con la que convivimos todos y que hay que saber cómo darle el lugar correcto en uno mismo. Es normal tener apego a cosas del pasado, pero también es necesario mirar para adelante. Te puedes volver a enamorar, puedes volver a tener un crush de amiga increíble, puedes volver a a pasear por esta ciudad y que signifique otra cosa, reinventarlo un poco. La nostalgia es un sentimiento que indica que has tenido cosas buenas en el pasado, entonces está guay, ¿no? También es como la sensación de, yo qué sé, escuchar a Kate Ryan, escuchar temas de los 2000 y que te dé toda la nostalgia. Si está bien canalizada, la nostalgia es muy buena, pero tampoco hay que recrearse en ella demasiado.
P. Porque también hace daño.
R. Claro. De hecho, eso es un poco de lo que va el disco. De no querer aceptar el paso adelante, de aferrarte a lo que ya conoces como un clavo ardiendo y darte de bruces.
P. ¿Y crees que antes, a lo mejor, tenías romantizado ciertas cosas sobre el paso de la vida, la juventud?
P. Creo que sí que tenía un poco romantizado el hecho de estar ya en una etapa como postadolescente y decir: “Vale, yo he escogido a mis amigas con mi dedo” y he dicho: “Tú te quedas conmigo por esto, por esto y por lo otro”. Y de repente, por mucho que tú hayas querido que esa persona signifique eso en tu vida, nunca sabes lo que va a pasar y se puede ir. Esto es una cosa que puede pasar. A mí por ejemplo me ha costado mucho soltar eso. Las personas vienen y van de tu vida. Es una cosa que parece que aprendemos desde muy pequeños, pero en realidad hasta que no lo vives en tus carnes no te das cuenta del duelo realmente grande que es.
P. Sí, sí, justo. Porque a veces perder a un amigo o un grupo de amigos incluso te puede llegar a doler más que...
R. De hecho este disco parece que va de una ruptura amorosa y en realidad es una ruptura amistosa. Es una cosa que me gusta porque es un dolor que no había sentido nunca. Esta intensidad de dolor por una ruptura amistosa, que es lo que dices, puede ser peor que una amorosa. Cuando tú estableces una relación romántica con alguien, el final ya cabe un poco en tu imaginario. Una relación romántica puede terminarse en algún momento, pero la amistad no se concibe de la misma forma. No está tan claro el horizonte, no cuentas tanto con la idea de que esa persona va a desaparecer. Es un duelo distinto.

P. Si a ti hace un par de años te hubiesen dicho todo esto, ¿qué consejo te hubieses dado a ti misma?
R. No te culpes por sentir cosas. Tú quiere todo lo que tienes que querer porque tienes un corazón enorme y es lo que tienes que hacer. Está bien hecho. Pero también entiende que puede que no sea para siempre. No te agarres a esto como si fuera el sustento entero de tu vida, porque realmente el sustento de tu vida vas a ser tú misma, no las cosas que te rodeen. Quiere todo lo que tengas que querer porque está bien hecho. Todo lo que sea amor dado está bien dado, pero luego no esperes que las cosas sean como a ti te gustaría que fueran. Después de eso, no está en tu mano como que el resto de gente se comporte.
P. Entrando un poco en terreno musical, ¿cómo ha cambiado tu visión de la música y de lo que tú haces desde 2018 hasta que empezaste oficialmente [tras salir de Operación Triunfo] hasta ahora?
R. Es verdad que ha habido momentos. Siento que he perdido un poco de ingenuidad. Antes hacía música y no pensaba en la música que estaba haciendo, como que hacía lo que me salía y ya está. Sigo haciendo lo que me sale pero ahora lo pienso muchísimo más. Soy mucho más consciente de la repercusión o no que eso puede tener, de la interpretación o no... Hay muchas cosas que rodean al proceso creativo que sé que interfieren y eso es una cosa que va pesando con los años. Eso es un poco lo que ha cambiado.
“Este disco parece que va de una ruptura amorosa y en realidad es una ruptura amistosa. Una relación romántica puede terminarse en algún momento, pero la amistad no se concibe de la misma forma”
P. También son tus ingresos, a lo mejor, aunque inconscientemente, también tienes que pensar si va a gustar, por si la gente te lo va a comprar.
R. Claro, justo. Al final estás monetizando el arte y eso es una movida tremenda porque el arte no debería ser monetizado. Entran unos patrones de estructura que son muy distintos a tu pura relación con la creatividad y con la música. Estos años han sido básicamente irme dando cuenta de qué va la vaina. Pierdes un poco como de ilusión, de frescura... pero tienes que pelear por recuperarla, seguir enamorada de lo que haces a pesar de que haya muchas cosas que hacen mucho ruido que quizá no te lo ponen tan fácil.
P. Este es el primer single de tu segundo álbum. ¿Por qué has preferido siempre sacar más EPs más que una puesta de largo?
R. El formato EP es muy divertido porque evidentemente hay un compromiso muy grande con el trabajo, pero no son las palabras mayores que es un álbum. Es guay porque puedes experimentar, puedes sacar cosas sin que tenga el peso de ser “mi segundo álbum de estudio”. Es un formato más ligero y más divertido de hacer. El disco tiene mucha más intensidad emocional, pero también tiene mucho más peso, más presión, más expectativa... Cuesta más hacerlo. Estamos ahí, ya estamos acabando.
P. Y ahora en mayo (este miércoles 14, en Rivas) empieza tu gira de festivales hasta agosto (MadCool incluído). ¿Qué has planeado?
R. Un poco un intermedio entre todo lo que he hecho. Es un poco un greatest hits con un poco de todo lo que he ido sacando. También he intentado incorporar temas antiguos que hace tiempo que no canto, que sé que a la gente le gustan mucho. Es intentar hacer un Best of Natalia, ¿sabes?, y presentar poco a poco también los singles del disco.
P. Durante la promo de Duro en septiembre 2023 dijiste que estabas harta de que te preguntaran sobre feminismo, pero especialmente que te lo preguntaran hombres. ¿Cómo has lidiado con todo esto? Siento siempre que se os pregunta a vosotras y nunca qué pueden hacer ellos.
R. Claro. Cuando respondí a esto era como: “Pregúntaselo a algún man, ¿no?“. Pregúntaselo a algún hombre, a ver qué te contesta. Creo que esa respuesta te sirve más de análisis que la que yo te pueda dar. Al final soy una persona con unas convicciones, unas creencias, que he vivido unas cosas en mi propia carne. Te puedo dar mi testimonio, mi opinión al respecto, pero aquí el trabajo más grande que hay que hacer es el de analizar a la otra parte. Eso era un poco lo que yo quería decir en ese momento. ¿Cómo lo he llevado? Pues a veces bien, a veces peor. Hay muchas veces que no quiero hablar de esto porque siento que ya lo he hablado. Es una cosa que me drena un montón, porque también te sientes muy comprometida, ¿sabes? Cuando te hacen ese tipo de preguntas yo te puedo decir lo que pienso y creo firmemente, pero también está ese momento especulativo de ver qué contesto... es que no sé si quiero estar en esa posición.
“Se expondría a tanta gente que sería esto una masacre”
P. Te debía pasar mucha factura mentalmente.
R. Claro, es que gastas muchísima energía y te cuestionas un montón lo que has contestado, lo que no, también dices: “Yo qué cojones sé”. Tiene que haber alguien doctorado en esto que te pueda contestar. Estamos hartas de que nos pregunten a nosotras cómo se siente ser una mujer en la industria. Ya sabemos cómo se siente ser una mujer en la industria, ahora tendrás que preguntarle al directivo de Universal, de Sony, de tal o de cual que van a hacer ellos para que cambien las cosas. El foco esté también ahí.
P. Y también pregúntale a X artistas.
R. Bueno, eso ya ni te cuento.
P. Que se cuestionen ellos también ciertas cosas.
R. En ese caso, ¿sabes qué pasa? Que se expondría a tanta gente que sería esto una masacre.
P. Hay una pregunta que muchas veces se os suele hacer, que es tipo comodín, que es la de ¿qué os gustaría que os preguntasen? Yo voy a hacerte la contraria. ¿Hay una pregunta que te gustaría que te dejaran de hacer?
R. Pues realmente no. Soy bastante chill. He contestado la misma pregunta 80 veces y entiendo que es parte del trabajo también. Luego cada vez me sale decir una cosa, voy indagando un poco en mi propio cerebro. Está guay. Tampoco me raya especialmente ninguna pregunta. Si te puedes ahorrar la de qué se siente siendo una mujer en la industria musical pues mejor, pero bueno, yo contesto a todo generalmente.
P. Están ahora haciendo castings para la nueva edición de OT (que se estrena en septiembre). ¿Qué consejo le darías a alguien que entrara ahora? Porque creo que en estos siete años ya han pasado muchísimas cosas...
R. ¡Siete años! Madre mía...
P. Creo que en estos años han cambiado muchas cosas, para bien, pero también en otras para mal. ¿Qué consejo te darías a ti misma en el hipotético caso de que fuese 2018 y volvieses a entrar?
R. Yo es que creo que lo hice súper bien. Creo que fui con la mentalidad que tenía que ir, fui sin expectativas de ganar en absoluto, a aprovechar la experiencia, a aprender un montón y a disfrutar de mis compis. Es un campamento, al final del día. Es como un My Camp Rock. Es literalmente eso y es súper divertido. Yo creo que no cambiaría nada. La Natalia que entró a Operación Triunfo entró justo cuando tenía que entrar, sin miedo, con ganas de pasárselo bien, de aprovechar la experiencia un montón. Sí que le habría dicho como: “Cuídate muy bien luego”. No le habría dicho nada sobre dentro porque es que creo que estaba perfectamente preparada para lo que tenía que hacer. Pero para luego, sí. Toda la movida, la paranoia máxima de decir “qué está pasando aquí”. Es como una cosa superantinatural. No haber hecho nada de tu propia cosecha en el sentido creativo y de repente tener una atención desmesurada en comparación a lo que tú sientes que has dado al público. Ahí empieza un poco la crisis existencial. Es muy importante cuidarte un montón, ir a terapia, rodearte de la gente que te quiere. A mí me pasó que lejos de que se me fuera la cabeza, se me bajó más todavía. Solo quería estar con la gente que ya conocía. Evidentemente luego hice un montón de amigos y todo eso iba como con el corazón súper abierto y luego pasaron cosas muy chulas también, pero que te guarden de tu propia soledad. Cuídate en tu foro interno, porque es que pueden pasar muchas cosas raras.
[OT] es una cosa superantinatural. No haber hecho nada de tu propia cosecha en el sentido creativo y de repente tener una atención desmesurada en comparación a lo que tú sientes que has dado.
R. ¿Y ya para terminar, hacia dónde va la Natalia de 2025?
R. Pues no lo sé, la verdad. Como que no lo tengo claro. Para mí este disco no se siente ni una apertura, ni un cierre de etapa ni nada así. Es como una continuidad completa de lo que vengo haciendo y de cómo vengo sintiendo. Me siento muy dentro del disco todavía, también a nivel pues que hablo de cosas y está escrito en una situación vital que todavía no ha terminado. Simplemente estoy expectante de a ver qué pasa. Tengo muchas ganas de que salga, de tenerlo terminado, de tenerlo en mis manos, de que compartirlo con el público, de volver a girar... De volver a sentirme otra vez en la rueda un poco. También está bien retirarse, pero me apetece ya como sentirlo en mi realidad, como en mi día a día.
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