Los Mossos acusados de colocar droga en el coche de un estibador en Barcelona niegan los hechos

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Los dos mossos que estaban destinados en la comisaría de Sant Martí de Barcelona que están acusados, junto a otros 2 hombres, de colocar droga y armas en el coche de un estibador para incriminarle falsamente en un delito de narcotráfico en junio de 2016 han negado su participación en estos hechos.

Lo han asegurado este miércoles frente al tribunal de la Sección 5 de la Audiencia de Barcelona, a quien uno de ellos ha explicado que antes de ser mosso fue policía portuario, pero que "para nada" conocía a estibadores ni el ambiente del puerto.

Sobre las búsquedas en la base policial que las acusaciones sostienen que realizó el 18 de marzo de 2016 por la tarde, referentes a la víctima, a su vehículo y a 'Bubito' --un estibador asesinado en noviembre de 2024 y señalado como instigador de estos hechos-- ha dicho que aquel día trabajaba en turno de mañana y que, según consta en el sistema, se desconectó a las 13.54 horas.

Además, ha explicado que el nombre de usuario y la contraseña del subinspector --usados para realizar las búsquedas-- eran conocidas "por toda la unidad y por todos los administrativos" y que cuando tuvo que consultar alguna información referente a la detención de la víctima usó las suyas propias.

LA FOTOGRAFÍA

La defensa de este procesado ha aportado como prueba documental la fotografía a la que hicieron referencia dos de los testigos --un cabo de Salud Pública y uno de los agentes de la Unidad de Estupefacientes-- en la que un informador los identificó señalándolos con los sobrenombres de 'Pep' y 'Godzilla' como 2 mossos que habían colaborado con una organización criminal dedicada al robo de droga.

La foto en cuestión corresponde a la 'Operación Picapiedra' y en ella no aparece uno de los procesados porque se encontraba fuera de España: "Ningún informador pudo reconocer a una persona que no aparece en la foto", ha manifestado su abogado, que también ha entregado al tribunal una copia de su pasaporte para corroborarlo.

El acusado ha dicho que cuando escuchó la referencia a esta imagen supo enseguida a cuál se referían los testigos porque la 'Operación Picapiedra' fue una de las más grandes y que la siguió a distancia, llamando a su jefe, porque no pudo estar: "Me lo perdí. Estaba en Brasil de vacaciones".

En la misma línea, el otro acusado, que lleva 31 años en el cuerpo, también ha negado que participara "de ninguna manera" ni en el acopio de las armas y las drogas ni en su colocación.

Además, ha dicho que cuando respondió a la llamada de un supuesto confidente de 'Trini' --el apodo usado por un agente de la unidad de estupefacientes-- en la que se dio el 'chivatazo' de que había droga en el interior de un vehículo nadie dijo que le pareciese extraño y el operativo se desarrolló "con normalidad".

A diferencia de un testigo, que dijo que los confidentes no conocían el apodo del agente, el acusado ha asegurado que él personalmente había respondido anteriormente otras llamadas en las que se preguntaba por este compañero usando su sobrenombre y que no hizo ninguna de las consultas que se le atribuyen utilizando el usuario del jefe de la unidad, cuyo despacho estaba abierto y era de uso habitual por parte de los miembros de la unidad.

Ambos han negado que los apodaran como 'Pep' y 'Godzilla', que conocieran a la víctima o a 'Bubito', y uno de ellos ha recordado que cuando lo detuvieron le dijeron que sabían que no tenía nada que ver y que si colaboraba quedaría libre esa noche y ha añadido, llorando, haber vivido una pesadilla: "No entiendo todavía por qué estoy aquí".

EL TESTIGO PROTEGIDO

Los otros dos acusados --tío y sobrino-- también han negado que fueran ellos, a instancias de los mossos acusados, quienes colocaron la droga al estibador.

El primero de ellos ha negado que le propusiera a su sobrino colocar la droga en el coche del estibador --a diferencia de lo que dijo un testigo, exsocio de su sobrino-- y ha hecho referencia a la declaración de un testigo protegido que en el pasado fue su amigo y con el que tuvo un "desencuentro" con relación a su exmujer.

Cabe destacar que este testigo protegido no ha declarado en este juicio por motivos de salud, por lo que se ha reproducido su declaración en fase de instrucción, en la que se desdecía de lo declarado en comisaría y decía no reconocer su firma: "Yo no he estado en ninguna comisaría declarando, ni con Mossos ni con nadie. Ni en ningún juzgado tampoco, es la primera vez que vengo".

Por su parte, el sobrino ha explicado que él nunca participó en los hechos de los que está acusado y que "por supuesto que es mentira" todo lo declarado por su exsocio, del que ha dicho que pudo haberlo señalado porque en aquel momento tenían discrepancias por el taller que tenían en común.

"ANSIEDAD Y MALESTAR EXTREMO"

El psiquiatra que asiste al estibador, que ha comparecido con la doble condición de testigo-perito, ha reconocido que inicialmente pensó que lo que le explicaba no obedecía a la realidad, pero que tras enviarle documentación se dio cuenta de que su discurso "era coherente" con lo que había manifestado.

El especialista ha dicho que la víctima padece un nivel de ansiedad y malestar extremo que se inició "con una situación de que alguien le coloca una serie de sustancias y armas en su vehículo y que a partir de ahí existe un acoso, que lo quieren hundir, que lo quieren meter en la cárcel, que quieren hundir su carrera".

Ha añadido que "teme por su vida en todo momento", que cree que lo espían electrónicamente, que lo siguen, que está siendo vigilado y acosado de todas las formas posibles y que ha llegado a cortar la relación con su entorno más cercano.

MÁS DE 18 AÑOS

La representante del ministerio público, que ha mantenido la petición de condena, solicita 18 años y 9 meses de prisión para los dos mossos, mientras que para los otros dos acusados solicita 14 años de prisión.

Pide para los policías 6 años y medio de prisión, así como una multa de 102.477 euros e inhabilitación absoluta durante 12 años por un delito contra la salud pública, mientras que para los otros dos acusados pide 5 años y medio y la misma multa por este delito.

Por el delito de tenencia ilícita de armas pide 2 años de prisión a cada uno de los cuatro acusados, así como 5 años y medio por detención ilegal, al que suma en el caso de los policías 9 años de inhabilitación especial por este delito.

Para los dos mossos también solicita 4 años y 9 meses de cárcel por un delito de descubrimiento indebido, mientras que para los otros dos pide 3 años de prisión por un delito contra la Administración Pública.

Además, pide que indemnicen a la víctima con 15.000 euros por los daños morales causados, con 1.980 euros por las consultas psiquiátricas a las que tuvo que acudir a consecuencia de los hechos y con 346,30 euros por el pago que tuvo que abonar al depósito para recuperar su coche, además de los 3 días que estuvo detenido y no pudo trabajar.

En el caso de los Mossos --que estuvieron suspendidos de empleo y sueldo durante 4 años-- solicita que la Generalitat responda subsidiariamente.