El acusado del cuádruple atropello mortal en una boda, tras su arresto: Nos quieren matar

Micael D.S.M, acusado de atropellar a cuatro personas en Torrejón de Ardoz, fue arrestado tras una huida. La Fiscalía solicita 226 años de prisión por asesinato y tentativa

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Madrid, 23 may (EFE).- Agentes de la Guardia Civil han asegurado este viernes en sede judicial que Micael D.S.M, acusado de atropellar mortalmente a cuatro personas en una boda en Torrejón de Ardoz (Madrid) hace tres años, no paraba de repetirles que "les querían matar" cuando fue detenido en Seseña (Toledo), tras una huida por varias calles junto a sus hijos y sus sobrinos.

La Audiencia de Madrid ha proseguido este viernes con el juicio con jurado contra el presunto autor del cuádruple atropello mortal en una boda en Torrejón de Ardoz , conocido como El Portugués, para quien la Fiscalía reclama 226 años de cárcel por cuatro delitos de asesinato y nueve en grado de tentativa (hubo nueve heridos).

Según han declarado varios guardias civiles, El Portugués les contó que había acudido a una celebración junto a cuatro familiares más, quienes se vieron envueltos en un altercado. Han rememorado que el acusado le manifestó que los invitados de la boda les habían intentado matar y que les habían "pegado tiros".

No obstante, siempre según la versión de los agentes de la Benemérita que le detuvieron, nunca les habló de que hubiera atropellado a nadie. Posteriormente pudieron comprobar que al vehículo del acusado, que tenía sangre en el interior y en el exterior, le faltaba la parte frontal delantera y tenía una luna "totalmente destrozada", confirmando así que estaba implicado en el atropello mortal.

De hecho, la Guardia Civil había sido alertada con anterioridad de lo que había ocurrido en Torrejón de Ardoz y que el sospechoso había huido dirección sur, donde finalmente fue detenido.

De acuerdo al testimonio de varios agentes, ellos mismos detuvieron a tres de las cuatro personas que iban en el coche, que dejaron en un descampado y salieron corriendo a pesar de que les dieron el alto en varias ocasiones. "Teníamos la impresión de que huían de la Guardia Civil (...) Les dimos el alto y no nos hicieron caso", han concretado.

Tras una breve huida en la que los agentes iban en su vehículo oficial y los sospechosos a pie, les interceptaron en el interior de una urbanización privada, a donde acudieron para tratar de ocultarse. "Se paran cuando ya ven que es imposible huir", ha apostillado otro guardia civil que participó en la persecución.

En su testimonio ha destacado que presentaban salpicaduras de sangre, así como "magulladuras" en los nudillos. "Estaban muy nerviosos y alterados. Apenas podían hablar", ha señalado.

Asimismo, varios agentes han confirmado que aunque no los conocían con anterioridad, sí que conocían a su familia, a la que han definido como "bastante problemática".

Por estos hechos cuatro de las cinco acusaciones ejercidas por las víctimas reclaman para el acusado la pena a la prisión permanente revisable, mientras que su abogada pide su absolución al argumentar que concurren las eximentes de miedo insuperable y estado de necesidad. Está previsto que declare el próximo jueves, una vez que hayan finalizado el resto de testificales. EFE