Madrid, 23 abr (EFE).- La popular artista textil china Fanglu Lin ha pasado de ser la ganadora del prestigioso Craft Prize de la Fundación Loewe 2021 a formar tándem con Zara, el buque insignia de Inditex, firma para la que ha creado una colección que fusiona el arte ancestral con la sensibilidad contemporánea.
El fuerte el vínculo que mantiene Lin (Pekín, 1989) con España, donde hace cuatro años ganó con la pieza 'She' el premio Craft Prize de la Fundación Loewe, que celebra el mérito artístico y la originalidad en el campo de la artesanía moderna, la lleva ahora a firmar una colección a la que traslada sus valores.
La obra ganadora del premio Loewe nació influenciada por los métodos de costura de las mujeres de la minoría Bai -una técnica con más de cien años de antigüedad-, la misma que ha adoptado para crear esta colección.
A pesar de su vínculo con la costura, es la primera vez que Lin realiza su primera incursión en el diseño de moda, ha señalado la firma gallega en una nota. El resultado se ha plasmado en una colección cápsula para mujer, hombre, niño y hogar.
La campaña, fotografiada en campos de arroz, muestra prendas confeccionadas con técnicas tradicionales de tie-dyeing (teñido anudado) de la minoría Bai en la aldea de Zhoucheng, provincia de Yunnan (China).
Lin ha trasladado su proceso artístico a confección de prendas, centrándose en los detalles de sus obras de arte y recontextualizándolos a escala.
"En el ámbito de la artesanía tradicional, el tiempo no se cuenta, sino que se retiene en cada puntada y nudo, acumulándose silenciosamente", ha señalado Fanglu Lin, que admite que siempre ha buscado la forma de trasladar ese sentido meditativo del tiempo a los ritmos de la vida contemporánea.
Para Lin los tejidos nunca son solo un material, son recuerdos, una herencia que se transmite de mujer a mujer.
"Lo que cosemos no es solo tela, sino las costuras olvidadas de la historia y las emociones. Los bordes deshilachados, las huellas de las manos me recuerdan que el papel del arte no es velar la realidad, sino rozarla", reflexiona la artista, que admite que esta colaboración supone la primera vez que su obra encuentra "un cuerpo que habitar".
Los patrones construyen prendas con bordados, anudados y fruncidos, además de una sastrería deconstruida a la que incorpora detalles de cordones para anclar los escotes y dar forma a las siluetas de forma que ofrecen una dimensión escultural a piezas fluidas con mucho movimiento.
Vestidos y top que respiran y se despliegan, subraya la artista, con una paleta de colores natural, en negro e índigo, mientras que los tonos de los estampados proceden de sus acuarelas.
Una filosofía de suavidad que traslada a la ropa masculina y que se completa con una divertida línea infantil. EFE
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