Un coche sin conductor se estrella contra el escaparate de una cafetería y deja dos heridos leves: el dueño se había olvidado de poner el freno de mano

El vehículo descendió sin control por una calle en pendiente, cruzó una avenida concurrida y se empotró contra el local lleno de clientes

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Una furgoneta de la policía
Una furgoneta de la policía suiza (Adobe Stock)

Un vehículo sin ocupantes se precipitó este domingo por la pendiente de una calle de Lausana y acabó incrustado en el escaparate de la cafetería Le Panetier, en plena tarde y con el establecimiento lleno de clientes. El accidente se produjo a finales de la mañana, pero su impacto alteró durante horas la actividad del popular local situado en la Avenue de Cour, una de las arterias más transitadas de esta ciudad suiza.

Una de las camareras del local relataba lo sucedido mientras continuaba atendiendo a los clientes, casi sin interrupción, entre cafés y mesas ocupadas. “Estaba detrás de la barra, en la máquina de café, cuando escuché a varios clientes gritar. Los que estaban sentados de cara a la calle vieron cómo el coche se lanzaba contra el cristal. Y después hubo un gran estruendo“, explicaba la empleada al diario 24 heures durante la tarde del domingo, cuando una empresa especializada ya estaba colocando un cristal provisional para sustituir el que había quedado destrozado.

Según su testimonio, el establecimiento está situado frente a una calle con una fuerte pendiente. “Al parecer, un señor que estaba realizando una mudanza no había echado el freno de mano. El coche bajó la cuesta, cruzó la avenida y se detuvo directamente en el escaparate. El local estaba lleno, la gente se asustó mucho, pero todo ocurrió tan rápido…“, relataba aún visiblemente impresionada.

Un vehículo descontrolado sin ocupantes

Las circunstancias del suceso fueron confirmadas por la Police de Lausanne. Su portavoz, Alexia Hagenlocher, detalló a 24 heures que el vehículo estaba estacionado en una contracalle, a la altura de los números 42 al 58 de la Avenida de Cour, cuando comenzó a desplazarse marcha atrás. “Por suerte, en su trayectoria no se encontraba ningún peatón ni tampoco ningún otro vehículo”, precisó.

Agentes de la policía suiza
Agentes de la policía suiza (Louis Dasselborne/Keystone vía AP)

Una patrulla policial y una ambulancia acudieron con rapidez al lugar de los hechos. Aunque el coche seguía en condiciones de circular y posteriormente pudo marcharse por sus propios medios, el susto fue considerable entre los clientes que se encontraban en el interior del local en el momento del impacto. “No hubo heridos graves, pero aun así se pidió una ambulancia, porque dos personas presentaban cortes”, explicaba la camarera. Una mujer sufrió una herida detrás de la oreja y un hombre en el rostro. Ambos fueron trasladados al hospital para ser sometidos a un control médico.

Una decena de casos similares cada año

Este accidente no ha sido un hecho aislado. En el plazo de una misma semana, la ciudad ha registrado dos episodios de características similares. El lunes anterior, en la calle Traversière, otro vehículo sin ocupantes recorrió unos sesenta metros antes de ser detenido, también sin causar heridos. La repetición del suceso ha vuelto a poner el foco sobre un tipo de incidentes que, aunque poco frecuentes, se repiten con cierta regularidad en esta localidad de pronunciadas pendientes.

“Lo primero que se nos viene a la cabeza en estos casos es un freno de mano mal apretado o directamente olvidado”, señalaba la portavoz policial. No obstante, también advertía de que pueden existir otras causas, y que en el caso concreto del accidente ocurrido frente al salón de té no podía afirmarse con total certeza cuál fue el motivo exacto que provocó el desplazamiento del automóvil.

Las ventas de coches en España crecen un 5,3% en enero.

La propia policía municipal recuerda que en una ciudad con una orografía tan acusada se registran cada año en torno a una decena de estas “puestas en movimiento fortuitas de vehículos”. Se trata de incidentes que, en la mayoría de los casos, no provocan consecuencias graves, pero que pueden derivar en situaciones de alto riesgo, especialmente en calles con tráfico intenso de peatones y establecimientos abiertos al público.