Unos 62.000 pingüinos han muerto en las costas africanas por la falta de alimento: la especie podría extinguirse en 2035

En dos de las colonias de cría más importantes de Sudáfrica se estima que ha desaparecido el 95 % de estas aves en un periodo de ocho años

Guardar
Pingüinos africanos en la costa
Pingüinos africanos en la costa de Sudáfrica. (Adobe Stock)

En la costa suroeste de África, concretamente en Namibia y Sudáfrica, vive una especie catalogada desde 2024 como en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN): el pingüino africano (Spheniscus demersus). Este animal, que habita las zonas frías por las corrientes marinas de este continente, ha visto gravemente reducida su población en un corto periodo de tiempo.

Según un nuevo estudio publicado en la revista Ostrich: Journal of African Ornithology y realizado por el equipo internacional de investigadores del Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente de Sudáfrica y de la Universidad de Exeter, en un periodo de ocho años (de 2004 a 2011), se estima que murieron alrededor de 62.000 individuos reproductores de esta especie en la costa de Sudáfrica.

El serio declive se localiza especialmente en dos de las colonias de cría más importantes históricamente: la isla Dassen y la isla Robben. Allí, se estima que alrededor del 95 % de las aves que se reprodujeron en 2004 murieron en los ocho años siguientes.

Varios pingüinos africanos en la
Varios pingüinos africanos en la costa de Sudáfrica. (Adobe Stock)

La falta de alimento les impide prepararse para el ayuno durante la muda del plumaje

“Entre 2004 y 2011, las existencias de sardinas en las costas del oeste de Sudáfrica estuvieron constantemente por debajo del 25 % de su abundancia máxima y esto parece haber causado una grave escasez de alimentos para los pingüinos africanos”, explica el doctor y coautor del estudio Richard Sherley, del Centro de Ecología y Conservación del Campus Penryn de la Universidad de Exeter en Cornwall.

La reducción de la sardina en la costa suroeste africana —provocada por cambios ambientales en cuanto a temperaturas y salinidad, y por la sobreexplotación pesquera, pues en 2006 se llegó a alcanzar el 80 %— impide que los pingüinos se preparen para su época de muda.

Una vez al año, esta especie cambia su plumaje para mantener su aislamiento e impermeabilidad. Sin embargo, hay un periodo sin protección entre que se desprenden de las antiguas plumas y las reemplazan por las nuevas, por lo que deben permanecer en tierra y no pueden cazar en el mar. Para prepararse para esta temporada, que dura cerca de 21 días, el pingüino debe engordar, ya que no podrá comer durante ese tiempo.

“Han evolucionado para acumular grasa y luego ayunar mientras su cuerpo metaboliza esas reservas y las proteínas de sus músculos para ayudarles a superar la muda”, explica el doctor Sherley. Y, cuando consiguen su nuevo plumaje, necesitan recuperar rápidamente su condición física. Por ello, la falta de alimento antes o inmediatamente después de la muda les impide obtener las reservas suficientes para sobrevivir durante este período.

Cómo es Peto, el pingüino más grande del mundo

Medidas para salvar una especie que podría desaparecer en 2035

Esta disminución de las poblaciones no es única de las islas Dassen y Robben, pues los expertos señalan que a nivel global ha habido una pérdida de casi el 80 % en los últimos 30 años. Una de las claves para evitar la continuación de este declive es “restaurar la biomasa de sardinas en áreas de alimentación clave”. Para ello, la gestión pesquera resulta fundamental.

En este sentido, el marzo de este año, el Gobierno de Sudáfrica prohibió la pesca comercial con red de cerco en las seis colonias de cría más grandes de Sudáfrica, como celebró la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (OIC por sus siglas en inglés) de la UNESCO. El organismo de la ONU destacó que esta era “una medida vital para proteger a una especie que enfrenta una extinción inminente”. De hecho, la OIC destaca que la evidencia científica apunta a un “alarmante descenso anual del 8 % en la población de pingüinos africanos”, derivando en “proyecciones que sugieren que la especie podría desaparecer para 2035″.

Para salvar a estos animales, además, se utilizan nidos artificiales, se maneja a los depredadores y se procede al rescate, rehabilitación y crianza manual de adultos y polluelos de pingüinos. “Esperamos que las recientes intervenciones de conservación implementadas, junto con las tasas de explotación reducidas de la sardina cuando su abundancia es inferior al 25% del umbral máximo, comiencen a detener el declive y que la especie muestre algunos signos de recuperación”, señala el doctor Sherley.