De pérdidas de orina a dolor lumbar: las señales que revelan que tenemos el suelo pélvico debilitado

Las mujeres gestantes, durante el postparto o en la menopausia pueden necesitan rehabilitación de suelo pélvico

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Una mujer con dolor de
Una mujer con dolor de útero (AdobeStock)

En los últimos años ha emergido una preocupación por el suelo pélvico a medida que conocemos mejor su implicación en la salud femenina. Este está formado por un conjunto de músculos y tejidos que sostienen la vejiga, el útero y el recto y desempeña un papel esencial en el funcionamiento urinario, digestivo, sexual y reproductivo.

De acuerdo con los especialistas de la Clínica Raposeiras, la fisioterapia de suelo pélvico es necesaria para aquellas mujeres que lo tienen debilitado. La rehabilitación puede ser necesarias para las mujeres gestantes, en periodos de postparto o durante la menopausia. Además, las personas que han sufrido cáncer de cérvix, útero, recto o vejiga pueden necesitarlo.

Para saber si se necesita de rehabilitación del suelo pélvico es importante reconocer correctamente las señales que indican que lo padecemos. Según la Clínica Raposeiras, existen cinco señales de alerta que pueden indicar la necesidad de acudir a un especialista en fisioterapia de suelo pélvico.

Pérdidas de orina

Entre las señales más relevantes se encuentra la incontinencia urinaria, que se manifiesta a través de escapes involuntarios al toser, reír, estornudar o realizar esfuerzos físicos. Aunque muchas personas asocian estos episodios a la edad o a antecedentes de partos, no deben considerarse normales y que la fisioterapia ofrece técnicas eficaces para fortalecer la musculatura y recuperar el control.

Presión en la zona pélvica

Otra señal de alerta es la sensación de pesadez o presión en la zona pélvica, que puede estar relacionada con el prolapso de órganos pélvicos. Esta condición se produce cuando la vejiga, el útero o el recto descienden debido a la debilidad del soporte muscular o ligamentoso.

Los síntomas pueden incluir molestias, sensación de bulto o presión en la pelvis. En fases iniciales, la fisioterapia contribuye a mejorar el tono muscular y puede retrasar o incluso evitar la necesidad de una intervención quirúrgica, según ha detallado la Clínica Raposeiras.

Dolor durante el sexo

El dolor durante las relaciones sexuales, conocido como dispareunia, constituye una tercera señal de alerta. Este síntoma puede estar vinculado a tensiones musculares, cicatrices o alteraciones en la elasticidad del tejido. Las técnicas manuales, los ejercicios de relajación y la reeducación postural que se aplican en fisioterapia ayudan a recuperar la comodidad y la confianza en la vida sexual.

Episodio: Menopausia. El comienzo de una nueva etapa.

Dolor lumbar recurrente

La debilidad del suelo pélvico también puede repercutir en la zona lumbar, ya que este grupo muscular trabaja en coordinación con la faja abdominal y la musculatura de la espalda baja. Cuando el suelo pélvico pierde fuerza, se altera el equilibrio corporal y aumenta la probabilidad de sufrir dolor lumbar. La fisioterapia se centra en coordinar el trabajo del suelo pélvico y el abdomen profundo para mejorar la postura y reducir el dolor de manera duradera.

Dificultad para controlar los gases

La dificultad para controlar gases o heces es otra manifestación que puede estar relacionada con la debilidad del suelo pélvico. Este problema suele asociarse a una pérdida de control de los esfínteres, lo que genera inseguridad y afecta a la vida cotidiana. La terapia con biofeedback, electroestimulación y ejercicios específicos permite recuperar el control y la seguridad, tal y como explica la Clínica Raposeiras.