Esto es lo que pasa si vives más de 183 días en España: “Lo recomendable es tener una consulta fiscal”

La cifra determina la residencia fiscal y, por tanto, las obligaciones tributarias del individuo, tanto dentro como fuera de España

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Esto es lo que pasa
Esto es lo que pasa si vives más de 183 días en España: “Lo recomendable es tener una consulta fiscal”. (Montaje Infobae España con imágenes de Canva y TikTok)

El número 183 puede parecer arbitrario, pero en España tiene un gran peso para quienes deciden mudarse al país. Así lo explica el abogado especializado en derecho de extranjería y derecho penal, Toni, quien advierte que residir más de 183 días al año en territorio español puede tener importantes implicaciones fiscales para residentes y extranjeros. La cifra, según el experto, determina la residencia fiscal y, por tanto, las obligaciones tributarias del individuo, tanto dentro como fuera de España.

“183 días. Quédate con este número porque te puede afectar a tu bolsillo”, advierte Toni al inicio de su explicación, destacando la relevancia de esta regla en materia fiscal. La normativa española establece que cualquier persona que permanezca más de la mitad del año en el país puede ser considerada residente fiscal, con todas las obligaciones que esto conlleva.

Residencia fiscal: obligaciones que van más allá de España

El abogado explica que la condición de residente fiscal implica que la persona deberá tributar no solo por las ganancias obtenidas en España, sino también por los ingresos generados en el extranjero. “Supone de que si, por ejemplo, eres una persona extranjera y has venido a residir a España y has estado viviendo más de 183 días, tendrás que tributar en territorio nacional, y no solo por las ganancias que obtengas aquí, sino también tendrás que tributar por las rentas que obtienes fuera de España”, señala Toni, aclarando que esta obligación se extiende incluso a los bienes situados fuera del país.

En este sentido, el abogado subraya la importancia de planificar la residencia fiscal antes de tomar decisiones sobre mudanzas internacionales. “Con lo cual, tener en cuenta esa regla es de vital importancia”, afirma. La falta de atención a esta normativa puede generar consecuencias financieras inesperadas, incluyendo sanciones y pagos retroactivos de impuestos, especialmente para quienes poseen activos o ingresos en otros países.

Toni también recuerda que la residencia fiscal no solo tiene implicaciones tributarias, sino que se relaciona con aspectos legales y administrativos más amplios. Por ello, aconseja a quienes consideren trasladar su residencia a España, buscar asesoramiento especializado antes de tomar decisiones. “En estos casos, si una persona decide trasladar su residencia en España, además de cuestiones relacionadas con la propia extranjería, siempre recomiendo tener una consulta fiscal para ver, al fin y al cabo, si me sale a cuenta o no pagar los impuestos en España o, por ejemplo, pues quedarme aún en mi país pagando los impuestos que tenga ahí”, explica el experto.

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Cómo planificar la residencia fiscal para evitar sorpresas

La recomendación del abogado es clara: no se trata solo de cumplir con la ley, sino de planificar la situación fiscal de manera estratégica. Para quienes poseen negocios, propiedades o ingresos en distintos países, conocer con exactitud los días de estancia en España y sus consecuencias puede marcar la diferencia entre una transición ordenada y problemas tributarios inesperados.

Además, Toni apunta que la fiscalidad española, al considerar la totalidad de los ingresos mundiales de un residente fiscal, puede generar cargas impositivas significativas. Por ello, subraya la necesidad de evaluar cuidadosamente la conveniencia de establecer la residencia fiscal en España frente a mantenerla en el país de origen. Una consulta profesional puede ofrecer alternativas, como ajustes en la planificación de ingresos o la consideración de convenios de doble imposición con otros países.