El mayor miedo de entrar en quirófano es pensar que “te puedes morir ahí”, según un cirujano: “El riesgo en España es una de cada 500.000 intervenciones”

La seguridad del paciente es una prioridad, y uno de los métodos que ha demostrado ser más efectivo en reducir riesgos es la anestesia local con sedación

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A medida que se avanza
A medida que se avanza en edad, es esencial realizar una evaluación exhaustiva antes de cualquier intervención quirúrgica. (Composición fotográfica/Canva)

El riesgo inherente a cualquier intervención quirúrgica es un tema que siempre genera preocupación en pacientes y profesionales de la salud. A pesar de que la probabilidad de complicaciones graves es extremadamente baja, no se puede negar que siempre existe un margen de riesgo, algo similar a cruzar la calle, según explica Dr. Miguel Saldaña, cirujano, en un reciente vídeo suyo en la red social TikTok.

“Es un riesgo pequeño, pero siempre hay riesgo”, explica el especialista, quien señala que, a pesar de los avances en medicina y cirugía, no existe un procedimiento que sea 100% seguro. “La vida es un camino hacia la muerte. Lo que buscamos es que eso no ocurra nunca en el quirófano, pero no podemos garantizar la seguridad total”, afirma, subrayando que, aunque la tecnología y las técnicas mejoran constantemente, el riesgo cero es una utopía en el ámbito médico.

En España, la tasa de complicaciones graves en intervenciones quirúrgicas es de aproximadamente una de cada 500.000 operaciones. Sin embargo, los profesionales no bajan la guardia y, como destaca el cirujano, “cada noche rogamos para que no sea nuestra paciente” la que experimente alguna complicación.

La seguridad del paciente como la prioridad

La seguridad del paciente es una prioridad, y uno de los métodos que ha demostrado ser más efectivo en reducir riesgos es la anestesia local con sedación, cuando se realiza correctamente. Esta técnica, aplicada con frecuencia en intervenciones quirúrgicas menores, disminuye considerablemente los riesgos al evitar la necesidad de anestesia general. “La clave es que el paciente esté bien vigilado por un anestesista y entrenadores. Si se hace de manera correcta, los riesgos se reducen considerablemente,” asegura el especialista.

A pesar de los avances, los médicos insisten en que los pacientes deben ser siempre conscientes de que el riesgo nunca es cero, y aunque los medios y las tecnologías disponibles han avanzado significativamente, el trabajo de los profesionales sigue siendo esencial para garantizar la mayor seguridad posible durante cualquier procedimiento quirúrgico.

¿Cómo prepararse para la intervención?

A medida que se avanza en edad y, especialmente, teniendo en cuenta el estado general de salud del paciente, es esencial realizar una evaluación antes de cualquier intervención quirúrgica. En algunos casos, es necesario adoptar medidas para mejorar la salud del paciente antes de proceder con la cirugía, sin importar la complejidad o la naturaleza de la misma.

Esta es la conclusión de un estudio científico publicado el año pasado que se centró en el análisis del impacto de las intervenciones quirúrgicas en más de un millón de pacientes mayores de 65 años.

Los resultados no son sorprendentes: un peor estado de salud (mayor fragilidad) antes de la operación multiplica el riesgo de mortalidad al mes y al año de la intervención. Ese incremento en las cifras de mortalidad es independiente del tipo de intervención. Es decir, los pacientes más frágiles tienen más riesgo de morir al mes o al año de una operación, sea esta una cirugía de corazón a vida o muerte o un tratamiento quirúrgico mucho menos grave.

Jordi Amblàs Profesor de la Universidad de Vic y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, ha comentado en una entrevista con La Vanguardia que considera “impensable” someter a una persona mayor a una intervención quirúrgica sin haber valorado los riesgos.

La sanidad pública española deja sin realizar casi dos millones de cirugías por la saturación de las listas de espera.

“El índice de fragilidad se obtiene a través de un cuestionario de unas 20 preguntas que se pasa en cinco minutos y donde vas identificando si una persona tiene o no problemas en distintas dimensiones. Este cuestionario te permite saber si una persona es el 10% frágil, el 30% frágil o el 60% frágil, algo que es imprescindible a la hora de tomar decisiones individualizadas”, explica durante la entrevista.

Hace referencia a la puesta en marcha de un programa pensado para mejorar la capacidad funcional del paciente antes de la cirugía a través de aspectos como el ejercicio físico, la nutrición o la reducción del componente de ansiedad y frustración: “Igual que un atleta se prepara para hacer una maratón, una persona frágil puede prepararse para enfrentar una operación”, explica el experto.