
La Policía Metropolitana de Londres ha abierto una investigación penal contra Jonathan Barnett, histórico agente de futbolistas como Gareth Bale, Jack Grealish, Ashley Cole o Jordan Pickford. Fue el responsable de que se produjera el traspaso al Real Madrid del astro galés. No obstante, ahora vuelve a los focos tras ser acusado en Estados Unidos de violar a una mujer en 39 ocasiones y someterla a esclavitud sexual durante seis años.
El caso, que se presentó inicialmente en California, ha sacudido el mundo de la representación deportiva y ha añadido presión internacional al que fuera considerado el “superagente” más influyente del fútbol. La denunciante, todavía sin identificar, explicó que Barnett la retuvo bajo sometimiento sexual entre 2017 y 2021, obligándola a obedecerlo, soportar violencia y cumplir prácticas degradantes.
En los documentos oficiales se afirma que “la denunciante afirma que Barnett la mantuvo como esclava sexual durante seis años y la violó más de 39 veces”. Según la demanda presentada en California, el exagente y sus empleados de la agencia Creative Artists Agency (CAA) llegaron a “traficar, amenazar, torturar y mantener cautiva en numerosos lugares del mundo, incluyen Los Ángeles”. La mujer sostiene que fue forzada a trasladarse desde Australia hasta el Reino Unido en 2017, viaje financiado por la empresa del exagente de Gareth Bale.
Una vez instalada en Londres, relata episodios de extrema violencia sexual. Barnett supuestamente le ordenaba llamarlo “mi amo”, le prohibía quejarse durante las prácticas sexuales y la sometía a humillaciones físicas: “Fue obligada a beber orina, ingerir heces, y pasó noches enteras atada de pies y manos, sin posibilidad de comer o beber”, según la denuncia.
La relación entre ambos se remontaría a un primer encuentro en los años noventa, a través de un deportista profesional, aunque la conexión que dio lugar a la presunta explotación comenzó cuando volvieron a comunicarse en 2017 a través de redes sociales.
Pagos millonarios y “relación consentida”
Barnett ha negado tajantemente todas las acusaciones y su defensa sostiene que no hubo tráfico de personas ni abusos, sino una relación “consentida y personal”. El exagente, que fue arrestado el pasado 29 de marzo en el aeropuerto de Heathrow por “violación y lesiones graves”, reconoce haber pagado grandes cantidades de dinero a la mujer, pero asegura que fueron fruto de chantajes.
“Cuando mi relación con la demandante terminó alrededor de septiembre de 2021, me amenazó con divulgarla públicamente a no ser que le pagara importantes sumas de dinero. Como consecuencia de esas amenazas, le pagué durante varios años, abonándole finalmente una cantidad muy superior a un millón de libras (1.132.410 euros)”, declaró el exagente ante el tribunal.
Por su parte, los abogados defensores argumentan que los jueces estadounidenses no tienen la competencia necesaria para juzgar este caso. “Todos los documentos oficiales, intercambios y comunicaciones entre la demandante y mi persona ocurrieron exclusivamente en Londres. Todos los hoteles, apartamentos y otros lugares donde nos reunimos estaban en Londres”, insisten. Por otro lado, La agencia CAA ha negado cualquier vínculo con la mujer y también ha solicitado desestimar la causa en Estados Unidos.
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