Ángela Fernández, psicóloga: “Te traigo una estrategia que te ayudará a detenerte y no reaccionar tan rápido”

Tomarse tres segundos para respirar puede dar mejores resultados que una reacción descontrolada

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La importancia de pensar antes
La importancia de pensar antes de actuar. (Freepik)

En un mundo que parece moverse cada día más rápido, donde las agendas están saturadas y las demandas no cesan, detenerse puede parecer un lujo. Sin embargo, la psicóloga Ángela Fernández ha asegurado en sus redes sociales que aprender a pausar no es solo posible, sino que necesario: “Aprender a detenernos en vez de reaccionar es una herramienta de autorregulación emocional muy poderosa. Te va a ahorrar muchos conflictos, muchos quebraderos de cabeza y te va a ayudar también a no cronificar o no hacer más grandes ciertos problemas”.

Fernández explica que la rapidez con la que reaccionamos no es casual. “Cuando algo te activa, ya sea una crítica, una discusión... se te activa tu amígdala, que forma parte de nuestro cerebro emocional”, señala. Esta reacciona en cuestión de milisegundos antes de poder dejar espacio para que la corteza prefrontal, la parte que se encarga de la planificación, pueda intervenir o tomar una decisión. “Cuando tu amígdala se activa, tu cuerpo se activa también, se pone en modo defensa”, subraya.

La amígdala es la alarma interna de nuestro cerebro. Antes de que podamos razonar, nuestro cuerpo ya está respondiendo. El corazón late más rápido, la respiración se acelera, y muchas veces reaccionamos sin pensar.

La pausa consciente: un espacio para elegir

La psicología propone una técnica llamada pausa consciente, que consiste en detenerse unos segundos antes de reaccionar: “Si justo ahí aprendes a hacer una pausa, aunque sea solamente tres segundos, das tiempo a que tu cerebro pueda procesar la información con lógica, no solamente desde el impulso”.

Así, la psicóloga asegura que entrenar esta práctica refuerza la actividad en el cerebro. “Cada vez que haces esto, estás favoreciendo tus circuitos de autorregulación. Literalmente, estás entrenado tu cerebro para que responda desde la calma en vez de desde el impulso o la amenaza. Detenerse no es callarte ni reprimirte, es darte el poder de elegir una respuesta en lugar de ser arrastrado por una reacción”, sentencia.

La pausa consciente: tomarse tres
La pausa consciente: tomarse tres segundos para pensar con lógica. (Freepik)

Por qué necesitamos pausas en la vida diaria

La neurociencia confirma que las emociones son respuestas automáticas que surgen antes de que podamos tomar decisiones conscientes. Entender esto permite gestionar mejor nuestras emociones:

  • Renovar energía: Alternar actividad y descanso optimiza el rendimiento cerebral.
  • Aumentar la concentración: Pausas breves mejoran el enfoque al retomar tareas.
  • Fomentar la creatividad: Los momentos de desconexión permiten que surjan nuevas ideas.
  • Mejorar el bienestar: Reducen el estrés y equilibran las emociones.

Fernández señala que incorporar pausas conscientes no requiere largos descansos: “Puede ser tan breve como respirar profundamente durante un minuto o tan estructurada como salir a caminar”.

Algunas actitudes que tenemos, pueden ser señales de lo que somos según los psicólogos

Cómo incorporar pausas efectivas

  1. Establecer recordatorios: Alarmas o aplicaciones pueden ayudarte a mantener un ritmo saludable de trabajo y descanso.
  2. Moverse: Un estiramiento o una caminata ligera despejan la mente.
  3. Respirar conscientemente: Inhalar y exhalar lentamente reduce el estrés de manera inmediata.
  4. Desconectar de las pantallas: Mirar por la ventana o cerrar los ojos por unos minutos.
  5. Crear microrituales: Tomar un té, escuchar música relajante o escribir en un diario.

“Detenerse no es un lujo ni una pérdida de tiempo; es una inversión clave para el bienestar y la productividad”, concluye Fernández.