Por qué tanta gente se duerme escuchando true crime: la explicación científica detrás de este fenómeno

Un hábito que parece extraño, pero que tiene más sentido del que imaginas

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Jessica en su vídeo de
Jessica en su vídeo de TikTok (@huelladeldelito)

Dormirse escuchando pódcast de asesinatos, desapariciones o documentales sobre crímenes parece, a simple vista, una contradicción. Sin embargo, millones de personas lo hacen a diario y aseguran que este tipo de contenido les relaja más que cualquier sonido de lluvia, música suave o meditación guiada.

Puede parecer inquietante, pero tiene una explicación científica muy clara, según la psicóloga y criminóloga Jessica Prado, quien ha analizado este fenómeno en profundidad.

La clave, explica Jessica Prado, está en la forma en la que el cerebro interpreta el peligro. Cuando una persona escucha historias de crímenes, la amígdala, encargada de detectar amenazas, se enciende de inmediato. Es un mecanismo automático, diseñado para protegernos.

Sin embargo, el contexto lo cambia absolutamente todo. Prado lo explica así: “Estás en tu cama, en tu sofá con la manta… recibes señales contradictorias: hay peligro, pero no hay un peligro real”.

Este choque entre una señal de alarma y un entorno seguro provoca un fenómeno interesante: el cerebro siente que controla el miedo. No está en peligro, pero está expuesto a una historia que teóricamente debería generar tensión. ¿El resultado? Un efecto de alivio, descompresión y seguridad que, paradójicamente, facilita el sueño.

Voces hipnóticas que inducen al descanso

Los pódcast de true crime no solo atrapan por su contenido. Según la psicóloga, gran parte del efecto relajante proviene del tono de quienes los narran. Muchos creadores utilizan voces pausadas, ritmos lentos y un tono monótono, casi hipnótico.

“Puede ser que no te duermas por el crimen, sino por el tono de voz que están utilizando”, señala Prado.

Este tipo de narración activa zonas cerebrales relacionadas con el descanso, del mismo modo que hacía un cuento antes de dormir en la infancia. La voz reduce el estrés y ayuda al cuerpo a bajar revoluciones.

Escuchar crímenes también tranquiliza

Imagen de una persona viendo
Imagen de una persona viendo True Crime (Freepik)

Más allá del sonido, existe otro factor clave: la reducción de la ansiedad. Jessica Prado explica que muchas personas necesitan anticipar lo que podría ocurrirles para mantener bajo control la incertidumbre de la vida. “Hay gente que necesita saber qué cosas pueden pasar para tener controlados todos los escenarios posibles”, comenta.

El true crime, por tanto, actúa como una herramienta inconsciente de gestión emocional. El miedo se vive desde un lugar seguro, lo que ayuda al cerebro a entrenar su respuesta sin exponerse a un peligro real. Es una forma de enfrentarse a las propias preocupaciones desde una distancia emocional protegida.

Cuando el cerebro se expone a historias de crimen en un entorno sin riesgo, aprende a regular las emociones sin activar de forma completa el sistema de alerta. De este modo, el cuerpo experimenta un estado de calma progresiva, ideal para conciliar el sueño.

El proceso es tan natural que, con el tiempo, el propio cerebro asocia los pódcast de true crime con el momento de dormir, igual que otros relacionan el sueño con la música o el silencio.

“No significa que seas insensible”: el mensaje final de la psicóloga

Ante quienes se preocupan por disfrutar de este tipo de contenido, Jessica Prado lanza un mensaje tranquilizador: “No quiere decir que seas insensible ni que te encante la violencia. Simplemente te gusta escucharlo porque te da sensación de seguridad”.

En otras palabras, relajarse escuchando crímenes no implica nada negativo sobre la personalidad. Es, según la experta, una reacción normal y funcional, que ayuda al cerebro a gestionar el miedo desde un lugar seguro y controlado.