Los síntomas del bruxismo que pueden pasar desapercibidos: de dolor de oído a estrés o ansiedad

Esta condición provoca que los dientes rechinen o se aprieten de forma involuntaria

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Una persona con bruxismo (AdobeStock)
Una persona con bruxismo (AdobeStock)

Aunque para muchos pasa desapercibido, el bruxismo se ha convertido en uno de los trastornos más frecuentes en la población adulta y también en niños. Esta condición es el hábito involuntario de rechinar o apretar los dientes. Este problema puede generar una amplia variedad de síntomas que afectan no solo a la boca, sino también a la musculatura facial, al descanso nocturno e incluso al bienestar emocional.

Rechinar los dientes no es un gesto inocuo, alertan desde MedlinePlus. La fricción constante ejerce presión sobre los músculos y tejidos que rodean la mandíbula, provocando con el tiempo molestias y alteraciones funcionales. En muchos casos, esta tensión repercute directamente en la articulación temporomandibular (ATM), una estructura compleja ubicada junto al oído y responsable del movimiento de apertura y cierre de la boca. Por ello, el bruxismo no solo daña la dentadura, sino que puede desencadenar problemas articulares que afectan a la calidad de vida.

Uno de los aspectos más llamativos es que muchas personas no saben que sufren bruxismo. El rechinamiento ocurre con frecuencia durante la noche y puede ser tan intenso que llega a despertar a compañeros de dormitorio. Para otros, el primer indicio es el desgaste progresivo de los dientes, que se vuelven más planos, sensibles o presentan fisuras que no tenían antes. La erosión dental es uno de los signos físicos más característicos, pero no el único.

En el ámbito emocional, los síntomas abarcan ansiedad, estrés y tensión, factores que no solo pueden actuar como desencadenantes del bruxismo, sino que también se agravan por la propia falta de descanso. La relación entre estrés y rechinamiento es estrecha, generando un círculo vicioso difícil de romper. A ello se suma que muchas personas con bruxismo pueden experimentar depresión o alteraciones del sueño, incluido el insomnio, especialmente cuando el dolor o el ruido que producen los propios dientes interrumpen el descanso.

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El dolor es otro de los grandes protagonistas, recoge MedlinePlus. La cercanía entre la ATM y el canal auditivo explica la aparición frecuente de dolor de oído, que no necesariamente proviene del oído mismo, sino de un fenómeno conocido como “dolor referido”.

Lo mismo ocurre con el dolor de cabeza, una de las quejas más comunes entre quienes aprietan la mandíbula de forma repetida durante la noche. Esta tensión prolongada también genera sensibilidad muscular, especialmente al despertar, cuando los músculos faciales han estado activos durante horas sin descanso.

La mandíbula, una de las grandes castigadas del bruxismo

La mandíbula suele ser otra de las zonas castigadas. El bruxismo puede provocar dolor o inflamación en la articulación mandibular, dificultando actividades cotidianas como masticar o abrir la boca con normalidad. En casos más avanzados, esta tensión puede derivar en chasquidos, bloqueos o fatiga muscular.

A nivel dental, la sintomatología también incluye sensibilidad a bebidas o alimentos calientes, fríos o dulces, resultado del desgaste del esmalte. Asimismo, algunas personas desarrollan trastornos alimentarios como consecuencia del dolor mandibular o de las molestias derivadas del propio rechinamiento.

Pese a la diversidad de síntomas, el bruxismo sigue siendo un trastorno infradiagnosticado. Muchas personas conviven con él sin identificarlo, atribuyendo el dolor de cabeza matutino, la rigidez facial o los despertares nocturnos a otras causas.

Sin embargo, un diagnóstico temprano permite reducir el daño dental y aliviar la tensión muscular mediante las conocidas como férulas de descarga, ejercicios de relajación o tratamientos orientados al manejo del estrés.