Operan a un hombre de cáncer y muere por una infección contraída en quirófano: acusan al cirujano de homicidio y la Justicia le absuelve

La viuda del paciente denuncia falta de reacción en el posoperatorio mientras la Fiscalía pedía dos años de prisión e inhabilitación para el médico

Guardar
Unos cirujanos operando en un
Unos cirujanos operando en un quirófano. (Freepik)

El Tribunal Correccional de Toulouse ha decidido absolver al cirujano de guardia acusado de homicidio involuntario por la muerte de Luc, un paciente de 57 años fallecido en 2013 tras desarrollar una infección mortal después de ser operado de una tumoración en el recto en la clínica de L’Union, en el departamento francés de Haute-Garonne. La resolución, hecha pública este jueves, pone fin —al menos temporalmente— a una larga instrucción marcada por informes periciales contradictorios y por la profunda emoción que rodeó la vista oral celebrada el pasado 15 de octubre.

La acusación se centraba en la actuación del cirujano responsable del seguimiento posoperatorio durante el fin de semana posterior a la intervención. El médico había sido señalado por varios expertos como presunto responsable de una falta de reactividad ante los signos de empeoramiento que mostraba el paciente. Sin embargo, la sala no ha apreciado responsabilidad penal en su comportamiento, pese a que la Fiscalía había solicitado para él dos años de prisión con suspensión y la inhabilitación profesional definitiva.

Una audiencia cargada de emoción

Durante la vista, la viuda de Luc ofreció un testimonio que conmovió a los presentes. Describió a su marido como un hombre que “se fue demasiado pronto”, y lamentó que falleciera “sin haber conocido a sus nietos”. Luc, de 57 años, había sido diagnosticado de cáncer y se sometió el 26 de marzo de 2013 a una intervención para extirpar un tumor rectal. Tras la operación, su estado se deterioró a causa de una peritonitis que resultó mortal.

El cirujano que realizó la intervención inicial había fallecido en los años siguientes, por lo que la causa penal se centró exclusivamente en su colega, entonces encargado de asegurar el seguimiento posoperatorio el fin de semana posterior a la operación. Este facultativo, hoy de 43 años, mantuvo durante todo el proceso que no cometió “ningún error” en la valoración del caso, pese a que varios expertos consultados a lo largo de la investigación consideraron que sí hubo una falta de reacción ante los primeros signos de infección.

La viuda, representada por el abogado Emmanuel Tricoire, aseguró haber percibido en aquellos días una actitud marcada por “el desapego y la resignación” por parte del médico ahora absuelto. La acusación particular sostuvo que esa falta de implicación fue determinante para que la infección progresara sin que se adoptaran medidas a tiempo.

Unos cirujanos operando en un
Unos cirujanos operando en un quirófano. (AdobeStock)

El criterio enfrentado de la Fiscalía y el tribunal

La Fiscalía compartía la tesis de la acusación particular. En su informe final, el fiscal solicitó dos años de prisión con suspensión, así como la prohibición definitiva de ejercer la medicina para el cirujano de guardia. La acusación pública entendía que la evolución de la infección y la posterior peritonitis podrían haberse evitado o tratado con mayor eficacia si el profesional hubiera actuado antes o con mayor contundencia ante las señales clínicas.

Sin embargo, la decisión del tribunal ha sido distinta. Los jueces han concluido que no puede establecerse un nexo causal suficientemente claro entre las decisiones del médico y el fallecimiento del paciente. La sala tampoco ha considerado probadas las acusaciones de negligencia grave imputadas por los expertos críticos con la actuación del facultativo.

Es una inmensa decepción. Para mi clienta, esta ausencia de toma de conciencia, tanto por parte del cirujano como de la propia jurisdicción, resulta asombrosa”, declaró el abogado Tricoire tras conocer el fallo. La defensa del acusado, dirigida por el letrado Georges Lacoeuilhe, había insistido durante todo el proceso en que su cliente actuó conforme a los protocolos habituales y que la evolución de Luc no permitía prever la gravedad que alcanzó la infección.

Dudas sobre un eventual recurso

La absolución ha dejado abierta una última incógnita: si la Fiscalía presentará recurso. El Ministerio Público, que había defendido una línea contundente contra el médico, debe ahora decidir si lleva el caso ante una instancia superior, lo que prolongaría un procedimiento ya especialmente extenso y emocionalmente complejo para la familia del fallecido.

La viuda de Luc, visiblemente afectada, abandonó la sala sin declaraciones adicionales, mientras su defensa insistía en que la decisión supone un golpe para quienes confiaban en que el proceso aportaría algún reconocimiento de responsabilidades.