Un estudio saca a la luz que un conocido pesticida podría ser el causante de daños cerebrales

La exposición al pesticida en el vientre materno se relacionó con alteraciones en el cerebro

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La exposición al pesticida se
La exposición al pesticida se relacionó con alteraciones en el cerebro. (Pexels)

Una investigación estadounidense ha descubierto que la exposición prenatal a un insecticida común (clorpirifós) se asocia con alteraciones duraderas en el desarrollo del cerebro y el rendimiento motor de niños y adolescentes. El estudio, publicado en la revista JAMA Neuronlogy, es el primero en revelar efectos moleculares, celulares y metabólicos duraderos en el cerebro humano relacionados con la exposición prenatal al clorpirifós (CPF).

La investigación fue liderada por Bradley S. Peterson y un equipo multidisciplinario del Institute for the Developing Mind, Children’s Hospital Los Angeles, junto con la Columbia University y otras instituciones. Contó con la participación de 270 jóvenes de entre 6 y 14 años, todos ellos residentes en Nueva York. Sus madres, de origen latino y afroamericano, habían estado expuestas al CPF durante el embarazo y sus hijos presentaban niveles detectables de clorpirifós en la sangre del cordón umbilical al nacer

Este pesticida es uno de los insecticidas más utilizados a nivel mundial y, aunque su uso residencial se prohibió en Estados Unidos en 2001, sigue presente en la agricultura y, por tanto, en alimentos y ambientes cercanos a zonas de cultivo. En la Unión Europea, se prohibió su uso y comercialización en el año 2020, debido a las preocupaciones despertadas sobre su peligrosidad para la salud humana.

A más CPF, peores capacidades

Pesticidas. (Europa Press)
Pesticidas. (Europa Press)

Los investigadores sometieron a cada niño a estudios de neuroimagen y evaluaciones conductuales entre los 6 y 14 años. Los resultados fueron claros: a mayor exposición prenatal al CPF, mayores alteraciones en el cerebro. Se observaba un engrosamiento anómalo de la corteza en regiones frontales y temporales, con una reducción del volumen de la sustancia blanca, y cambios en la microestructura de los tractos nerviosos que conectan distintas regiones cerebrales. Los jóvenes más expuestos también presentaban una disminución generalizada del flujo sanguíneo cerebral y una menor densidad neuronal en zonas profundas del cerebro.

En cuanto a sus capacidades motoras, quienes estuvieron más expuestos al CPF en el vientre materno obtuvieron peores resultados en pruebas de velocidad y coordinación. Los investigadores concluyeron, por tanto, que el pesticida es capaz de alterar la estructura, la función y el metabolismo cerebral.

“Las alteraciones en el tejido cerebral y el metabolismo que observamos con la exposición prenatal a este pesticida fueron notablemente generalizadas en todo el cerebro. Es probable que otros pesticidas organofosforados produzcan efectos similares, lo que justifica la precaución para minimizar las exposiciones durante el embarazo, la lactancia y la primera infancia, cuando el desarrollo cerebral es rápido y especialmente vulnerable a estas sustancias químicas tóxicas", afirmó en un comunicado el primer autor, el doctor Bradley Peterson, vicepresidente de Investigación y jefe de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Keck de la USC.

Pese a estar prohibido en el ámbito doméstico, Estados Unidos continúa permitiendo el uso de CPF en la agricultura “a niveles comparables a los experimentados en esta muestra”, apuntó la doctora Virginia Rauh, autora principal del estudio y profesora Jane y Alan Batkin de Salud Poblacional y Familiar en la Escuela Mailman de la Universidad de Columbia. Su presencia “sigue poniendo en peligro a los trabajadores agrícolas, las mujeres embarazadas y los fetos. Es de vital importancia que continuemos monitoreando los niveles de exposición en poblaciones potencialmente vulnerables, especialmente en mujeres embarazadas de comunidades agrícolas, ya que sus bebés siguen estando en riesgo", concluyó.