La familia de un hombre fallecido por cáncer de pulmón pide a la sanidad andaluza 500.000 euros por no diagnosticarle a tiempo

Los síntomas empezaron en 2011, pero el diagnóstico no llegó hasta 2024

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Una doctora revisa un TAC
Una doctora revisa un TAC torácico. (Canva)

La viuda y los hijos de un paciente del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla han denunciado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) por el retraso en la detección de su de cáncer de pulmón. La familia considera que el fallecimiento de su esposo y padre se debió a “no haber sido diagnosticado a tiempo” y no haber sido “tratado de esta enfermedad”.

El caso se remonta al año 2011, pero el diagnóstico del paciente no llega hasta octubre de 2024. En un primer momento, los médicos del hospital sevillano localizaron “una masa sólida de amplia base pleural de morfología fusiforme y engrosamiento pleural, así como lesiones hepáticas sugerentes de hemangiomas“. Los especialistas relacionaron este signo como un enfisema centrolobulillar, una enfermedad pulmonar crónica que se acompañaba de ”lesiones hepáticas y esplénicas".

Cuatro años después, en el 2015, los resultados de un TAC mostraban que la enfermedad avanzaba pese al tratamiento. “Hay más lesiones y mayores”, explicaba el informe médico. En la reclamación, difundida por Europa Press, los familiares indican que “había habido una progresión radiológica de la enfermedad hasta que en 2023 aparece un nódulo pulmonar de unos 13 mm, adenopatías paratraqueales y paraesofágicas derechas altas, y prevasculares, retrocavo-pretraqueales de hasta 3,4cm".

Estos signos eran ya “susceptibles de estudios más profundos para esclarecer su naturaleza”, asegura en el escrito el letrado del caso, Pedro Arnaiz, pero los médicos no actuaron de tal forma: el hospital le citó para citologías en el mes de enero de 2024, que fueron negativas para celularidad maligna". Los resultados de la prueba llevaron a los sanitarios a realizar, al fin, un PET-TAC ese mes de enero, pero no fueron capaces de diferenciar entre una enfermedad inflamatoria o signos de cáncer.

Los paliativos, el único tratamiento posible

En julio de 2024, seis meses después, el hombre vuelve a someterse a un TAC de tórax, que muestra una vez más la evolución desfavorable de su enfermedad: las lesiones de sus pulmones han aumentado en número y tamaño. Durante los meses posteriores, las pruebas no hace más que mostrar la progresión de la enfermedad, que afecta ya al hígado y los huesos.

La contaminación del aire promueve el cáncer de pulmón en no fumadores.

Pero los médicos siguen sin dar con diagnóstico de cáncer: en septiembre le fue practicada una nueva citología de líquido pleural, que volvió a dar negativo por malignidad. El paciente quedó ingresado durante nueve días en el hospital con un diagnóstico de neumonía. Del 7 al 15 de octubre, el hombre vuelve a ingresar en el Servicio de Neumología, donde le confirman una neoplasia pulmonar (un tumor que se origina en las células del pulmón). Es entonces cuando los médicos encargan una biopsia, “única prueba capaz de dar un diagnóstico de certeza”, según indica Pedro Arnaiz.

El diagnóstico llega por fin: carcinoma poco diferenciado no de células pequeña, con metástasis cerebral. En estas condiciones, se decide intentar el único tratamiento ya viable: un paliativo con radioterapia holocraneal. La terapia se desestima por el empeoramiento del hombre, que termina falleciendo el 30 de octubre de 2024.

El abogado de la familia considera que ya en diciembre de 2023 el hombre mostraba claros indicios de una neoplasia pulmonar y que “bo tiene explicación que ante la falta de un diagnóstico más preciso desde el mismo momento que se sospecha una neoplasia y ante la negatividad de exploraciones menos eficientes que la biopsia pulmonar, no se llegase a realizar la biopsia hasta diez meses después”.