De problema que había que quemar a filón para la industria de los cosméticos: descubren en Valencia las propiedades antienvejecimiento de la paja de arroz

Cada año, la Albufera de Valencia genera cerca de 80.000 toneladas de este subproducto que hasta ahora causaba dolores de cabeza ambientales

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Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una planta de arroz. (EFE)

Un residuo agrícola que hasta ahora suponía un desafío ambiental para los productores de arroz en la Albufera de Valencia ha revelado un potencial inesperado: la paja de arroz contiene propiedades con aplicaciones antienvejecimiento en cosmética y ventajas industriales para el sector del calzado. Este hallazgo, resultado de una colaboración entre agricultores, la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, el Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop) y la empresa Analco, abre la puerta a una nueva vía de aprovechamiento económico y sostenible para este biomaterial.

Cada año, la Albufera genera cerca de 80.000 toneladas de paja de arroz, un subproducto cuya gestión ha representado históricamente un problema para los agricultores. La dificultad para retirar la paja de los suelos húmedos y embarrados ha llevado a prácticas como la quema, cada vez menos frecuente por su impacto en el calentamiento global y en la calidad del aire de las poblaciones cercanas, o el ‘fangueo’, que consiste en mezclar la paja con el suelo. Esta última técnica, aunque extendida, incrementa la materia orgánica y favorece la proliferación de plagas, lo que añade nuevos retos a la gestión agrícola.

Ahora, el proyecto impulsado por la Unió Llauradora i Ramadera y sus socios científicos y tecnológicos no solo ha identificado las cualidades de la paja de arroz para la industria cosmética y del calzado, sino que también ha resuelto el obstáculo logístico de su extracción. Pepe Castro, director autonómico de proyectos de la Unió Llauradora, ha señalado a la Agencia EFE que el mayor desafío superado fue la extracción de la paja, un material “complicado de manejar”, especialmente en condiciones de humedad o suelos encharcados. “Ahora sabemos cómo sacarla”. Para ello, se ha adaptado una máquina quitanieves procedente de Alemania, equipada con aperos especiales, que permite recoger la paja de manera eficiente sin depender de las condiciones del terreno.

Con la extracción garantizada, los impulsores del proyecto han iniciado los trámites para constituir una empresa dedicada al aprovechamiento de este residuo natural, alineada con los principios de la economía circular y orientada a la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2). El profesor Enrique Barrajón, del área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la UMH, explicó a la Agencia EFE que el propósito es transformar la paja de arroz en una fuente de ingresos para los arroceros: “El objetivo es conseguir que esa paja deje de ser un problema y pase a ser rentable para los arroceros”, afirmó. Barrajón subrayó que se trata de una materia prima de proximidad para los productores de cosméticos y calzado de la región, cuya disponibilidad puede preverse con antelación gracias a la actividad agrícola en zonas como la Albufera, el Delta del Ebro y las Marismas de Andalucía.

Un producto para la piel

En el ámbito industrial, la paja de arroz contiene ligninas y polioles, compuestos que permiten fabricar resinas y adhesivos con prestaciones comparables a las de los productos petroquímicos tradicionales. Esta innovación posibilita sustituir disolventes perjudiciales para el medioambiente por alternativas ecológicas basadas en polifenoles, que además de su uso en la industria del calzado, presentan aplicaciones en la elaboración de cremas cosméticas. Los ensayos realizados han demostrado que estos polifenoles aportan actividad antienvejecimiento, con efectos despigmentantes, fotoprotectores y reafirmantes para la piel.

*Con información de EFE