Rafael Cubero, albañil español que vive en Suiza, desmiente el mito del empleo en el extranjero: “No es tan fácil como lo pintan”

El creador de contenido en redes explica que muchos jóvenes se encuentran con dificultades para encontrar un puesto estable por el idioma o la experiencia y “solo vienen para hacer el trabajo sucio”

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Los creadores de contenido en redes sociales que comparten sus historias de éxito mudándose a otros países europeos para avanzar con su carrera inspiran a muchas personas a emigrar para buscar puestos mejor retribuidos en el extranjero, pero quienes llegan a Suiza con la esperanza de encontrar un futuro en la construcción suelen toparse con una realidad menos favorable de lo que prometen las expectativas. Tal como explica el albañil Rafael Cubero en la descripción de un video publicado en su perfil de TikTok (@rafael_cubero), encontrar un trabajo digno en Suiza “no es tan fácil como lo pintan”. La aparente sencillez para conseguir empleo se difumina ante la falta de experiencia y el desconocimiento del idioma, problemas que pueden convertir la rutina laboral en una auténtica lucha por la supervivencia.

“La mayoría de las empresas rara vez ofrecen un contrato fijo si no tienes suficiente experiencia, y en muchos casos, el idioma supone un obstáculo añadido”, contó Cubero sobre su experiencia recogida en las obras suizas. Las oportunidades reales para quienes desconocen el ámbito de la construcción o no hablan alemán o francés suelen limitarse a tareas temporales y de carga pesada, con contratos mínimos o simplemente jornadas sueltas.

La contratación temporal es la norma

El albañil insistió en el carácter provisional de estas oportunidades laborales, detallando casos recientes: “Hace dos semanas, en la obra donde estoy, trabajaban conmigo un portugués y un español de origen boliviano. Ambos eran muy trabajadores, pero uno de ellos nunca había trabajado en la construcción y se notaba. El otro tenía experiencia en construcción de casas, pero no en obra civil. Al disminuir la carga de trabajo, y cuando surgió otro candidato que hablaba alemán y tenía más experiencia, la empresa decidió prescindir de ellos”.

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Rafael Cubero, albañil español que vive en Suiza, desmiente el mito del empleo en el extranjero. (Montaje Infobae España con imágenes de TikTok / @rafael_cubero)

La situación se agrava para quienes poseen permisos de residencia temporales, conocidos como “permiso L”. Cubero ilustró con el caso de un joven español: “Lleva tres años en Suiza sin aprender nada de alemán y tiene el permiso L, que le han renovado ya seis o siete veces. La última renovación vence en diciembre de 2025. Si no encuentra trabajo hasta entonces, tendrá que dejar el país, lamentablemente”.

Un entorno laboral competitivo

La competencia entre aspirantes es feroz. Según Cubero, “las agencias reciben entre cien y trescientos currículums de perfiles similares: personas dispuestas a trabajar, pero sin conocimientos técnicos ni dominio del idioma”. Incluso para quienes sí han logrado alguna experiencia, las empresas suelen priorizar a candidatos capaces de comunicarse en alemán o francés y que puedan desempeñar funciones más especializadas.

Al margen de estas limitaciones, la experiencia técnica suele pesar más que el dominio lingüístico cuando se buscan oficiales o trabajadores cualificados para la obra. Pese a ello, Cubero matizó que “para los peones, el acceso a un empleo estable sigue siendo un reto considerable” y asegura haber presenciado como muchos jóvenes accedian solo a contratos temporales con malas condiciones en los que “solo vienen para hacer el trabajo sucio”.

Esta realidad termina provocando que muchos migrantes vivan a merced de los ciclos de contratación temporal, con la constante amenaza de perder su empleo y, en consecuencia, su derecho a residir en uno de los países con mejores condiciones laborales del continente europeo.