Estas son las razones por las que hay tiendas que no tienen apenas clientes y no entran en bancarrota: “Al grupo empresarial le interesa que tenga pérdidas”

Estos comercios ubicados en el centro de las grandes ciudades operan durante años como parte de una estrategia empresarial, según advierte el perito judicial Juan Carlos Galindo

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Tienda de fundas de móviles
Tienda de fundas de móviles (Montaje Infobae con imágenes de @jcgalindo_ / TikTok y Canva)

A pesar de la ausencia casi permanente de clientes, ciertas tiendas situadas en el centro de las grandes urbes de nuestro país mantienen sus puertas abiertas durante años y no entran en bancarrota. Este fenómeno, lejos de ser casual, responde a estrategias empresariales deliberadas e incluso, en algunos casos, a tramas mucho más oscuras. Así lo explica Juan Carlos Galindo, investigador y perito judicial, en un vídeo publicado en TikTok desde su cuenta @jcgalindo_, donde aclara las razones que mantienen con vida a estos comercios “fantasma”.

“La pregunta de cómo es posible que tengan una tienda en el centro de Valencia, en el centro de Madrid y en Barcelona y no hay gente nunca o casi nunca hay gente” es algo habitual, admite el experto. Según Galindo, la situación no se limita solo a tiendas, sino que también afecta a restaurantes y establecimientos especializados, como aquellos que venden accesorios para teléfonos móviles o juguetes de figuras fantásticas. “Pasas un día, otra semana, otro mes y sigue abierta. No han cerrado”, asegura, antes de añadir que este patrón resulta llamativo para cualquier viandante.

Estrategias empresariales: pérdidas a propósito y balances controlados

Contrario a la percepción general de que todo negocio vacío está abocado al cierre, el investigador destaca que en muchas ocasiones se trata de una “tienda de conveniencia de pérdidas”. Explica que “al grupo empresarial le interesa que esa tienda tenga mucho gasto y no tenga ingresos para cuadrar su balance y no pagar impuestos”.

En otras palabras, se trata de una fórmula utilizada especialmente por grandes multinacionales para generar pérdidas artificiales en determinados locales y así minimizar la base imponible de su grupo empresarial. “Esto de la tienda de pérdidas es históricamente muy famoso y se sigue usando”, subraya Galindo en la publicación.

La jueza Inmaculada Iglesias ha rechazado el intento de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, de evitar ir a juicio por la presunta comisión de dos delitos fiscales y uno de falsedad documental en relación a un supuesto fraude fiscal cometido en 2020 y 2021 (Fuente: Europa Press).

Estas tiendas cumplen así una función fiscal: son una pieza dentro de un engranaje financiero mayor, donde perder dinero de forma controlada se convierte en una forma de optimizar el balance de toda la compañía. Se trata de un método perfectamente legal cuando se ajusta a la normativa, aunque genera inquietud en el tejido comercial tradicional y entre los expertos.

Posibles casos de actividades ilícitas

Galindo no esquiva el tema más delicado y subraya que, más allá de los intereses fiscales, existe una segunda explicación posible: la utilización de estos establecimientos como tapadera para actividades fraudulentas. “Pueden ser tiendas donde la caja sea ficticia y sea utilizada de dinero ilícito”, advierte el perito judicial. De este modo, el flujo financiero aparente permite blanquear capitales procedentes de actividades ilegales, escondidos tras la fachada de un comercio aparentemente inofensivo y de escasa clientela.

Este mecanismo, según recalca Galindo, es algo que “todos estamos pensando”, sugiriendo que la sospecha social suele ir más allá de las meras sospechas fiscales y apunta también hacia la economía sumergida. “Pueden ser dos cosas, fíjate qué curioso”, insiste el perito, dejando claro que ni todos los negocios sin clientes están operando obligatoriamente al margen de la ley, ni todas las historias tienen una única explicación.