Ignasi Coll, médico: “El 90% de los ictus son evitables y los responsables son agentes externos”

Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un ictus en el futuro

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El médico Ignasi Coll en
El médico Ignasi Coll en sus redes sociales. (@doctor_geriatra/Instagram)

El ictus es una enfermedad cerebrovascular de alta incidencia y mortalidad en España. Cada año, en el país se dan entre 110.000 y 120.000 accidentes cerebrovasculares, según la Sociedad Española de Neurología (SEN) y más de un 25% de quienes los padecen fallece. De los supervivientes, dos de cada tres deben vivir con las secuelas que deja, en muchos casos discapacitantes.

De hecho, el ictus es la primera causa de discapacidad en España, que generó más de 22.786 fallecimientos en 2024, según las estadísticas del INE. Pese a su alta incidencia, Ignasi Coll, médico especializado en Geriatría, afirma que “el 90 % de los ictus son evitables”, pues estos accidentes cerebrales se deben en la mayoría de los casos a agentes externos “que si intervenimos sobre ellos, podemos evitar las consecuencias que supone”.

El doctor explica en un vídeo publicado en sus redes sociales (@doctor_geriatra) que los ictus tienen especial incidencia en mayores de 50 años, aumentando considerablemente a partir de los 60-65, “aunque puede ocurrir a cualquier edad”. Generar un hábito de control de algunos indicadores sanitarios es clave para la prevención.

Factores que pueden desencadenar un ictus

Una doctora observa una resonancia
Una doctora observa una resonancia magnética. (Canva)

Según Coll, factores como la presión arterial pueden derivar en un ictus si no se controlan. “Recuerde que la hipertensión arterial es la enfermedad más prevalente probablemente en la población y que es una enfermedad silente, es decir, que no avisa. Y el día que avisa, malo, porque seguramente es porque ya hemos tenido un ictus o un infarto o una consecuencia importante debido a ella”, explica el médico.

Otras patologías, como el sobrepeso, pueden influir en el riesgo de sufrir un ictus. “Por ello es recomendable hacer el ejercicio de manera regular”, insiste Coll, que resalta que “da igual la intensidad” con la que se practique, “pero sí que tengamos esa rutina continuamente de que cada semana hacer cierta actividad física”, añade.

El ejercicio constante tiene otros efectos positivos, como la disminución del colesterol, otro factor de riesgo de cara a los accidentes cerebrovasculares. “También es muy importante precisamente ese control, ese seguimiento rutinario con su médico para conocer estos parámetros, al igual que el azúcar, que también pueden ser elementos que pueden intervenir negativamente como factor de riesgo hacia un ictus”, indica.

Generar el hábito de control de la tensión arterial y la visita médica periódica, incluyendo un análisis de sangre que incluya la determinación del colesterol y/o de la glicemia (azúcar vinculado a la diabetes) es fundamental para mantenerse alerta y prevenir la llegada de un ictus, que puede dejar consecuencias fatales en la salud. Mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio regular, una dieta adecuada y alejándose de malos hábitos como el consumo de alcohol y tabaco también son esenciales para la prevención en este caso.

“Con lo cual, si sabemos que hay todos estos elementos sobre los cuales podemos incidir, podemos evitar un ictus, actuemos, está en nuestras manos”, concluye Coll.

Cómo detectar un ictus

El ictus: qué es, cuáles son los síntomas y cómo prevenirlo

Ante un accidente cerebrovascular, es vital actuar con rapidez para evitar las peores consecuencias. Según la Clínica Universidad de Navarra, los síntomas más habituales que alertan de la llegada de un ictus son la pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo, desde la cara hasta la pierna; la dificultad para hablar, la pérdida de sensibilidad u hormigueo en la mitad del cuerpo, la pérdida súbita de visión en un ojo o el dolor de cabeza muy intenso y distinto del que se sufre de forma habitual.

Con la aparición de cualquiera de estos síntomas, es importante ponerse en contacto con los servicios de emergencias y acudir a un centro sanitario donde se pueda diagnosticar el ictus e iniciar el tratamiento correspondiente.